Fernando Trueba dos días después de su polémico discurso de aceptación del Premio Nacional de Cinematografía, aseguró para intentar zanjar el escándalo: No quiso ‘decir nada conflictivo ni provocador’
Fernando Trueba acaba de aparecer en televisión, en la 1 naturalmente, diciendo que no comprende a “estos que odian” y que por esta extraña malformación de sus caracteres no han ido a ver su película y aconsejan a los demás que no vayan pero olvida la esencia de la libertad del consumidor y el libre mercado que se mueve entre otras cosas por los sentimientos, la pasión y entiende el significado de subvención que, con nuestros impuestos, pagamos todos. (esto último es mi interpretación de sus palabras).
“la libertad del consumidor, elemento fundamental del sistema económico libre, no puede ser condicionada de ninguna manera”
Es sorprendente que quien manifestó tanto desprecio (y odio) para con sus conciudadanos se extrañe de ser pagado con la misma moneda. Pero es lógico, para quién no cree en el mercado y prefiere las subvenciones no entiende que la libertad del consumidor, elemento fundamental del sistema económico libre, no puede ser condicionada de ninguna manera. Nadie podrá obligar a un espectador a asistir a la proyección de una película, cuyo director le ha insultado previamente. Esto solo es posible en regímenes como el del tardíamente fallecido Castro.
Aunque solo fuese por una pequeña muestra de inteligencia comercial el Sr. Trueba debería haber guardado su opinión sobre los españoles para cuando ya no los necesitase para mantener su negocio. Es algo que sabe hasta el más humilde comerciante; no se puede criticar a los vecinos del barrio a los que pretendes vender tus productos, y si encima estos son de dudosa calidad….