Los informativos diarios desempeñan una función esencial para las empresas de televisión, ya que se han convertido en uno de los contenidos más emblemáticos de la función de servicio público a los ciudadanos, también para las cadenas privadas, que están obligadas por una concesión administrativa.
El tratamiento de un informativo debería ser objetivo, limitándose a informar sin incluir criterios valorativos o de opinión. El descarado infoentretenimiento practicado por la La Sexta merma la capacidad crítica del espectador, siendo totalmente contraria a la deontología de unos profesionales que por dejación olvidan una de sus funciones fundamentales.
El Código de la FAPE dice en su punto decimotercero: «El compromiso con la búsqueda de la verdad llevará siempre al periodista a informar solo sobre hechos de los cuales conozca su origen, sin falsificar documentos ni omitir informaciones esenciales, así como a no publicar material informativo falso, engañoso o deformado».
El Manual de RTVE considera como prioritario deber de sus profesionales «ofrecer a los ciudadanos una información rigurosa, neutral, imparcial, plural e independiente», prohíbe la manipulación de imágenes y sonidos. Pues bien, el infoentretenimiento practicado por LaSexta en sus informativos apuesta por una edición interesada de las imágenes alterando su orden y el sentido de lo grabado, introduciendo efectos audiovisuales de postproducción, de infografía redundante que a veces no se corresponde con lo expresado verbalmente y a pesar de que la música se desaconseja en el tratamiento responsable de la información, su presencia adquiere cierto protagonismo con el fin de potenciar el efecto perseguido con el mensaje, despertando la emotividad o el humorismo en el espectador. Es decir la descontextualización.
King y Elliott (2010) incluso propone puesto que este tipo de técnicas narrativas son de dudosa ética en un programa informativo, se incluya en ellos un símbolo de advertencia al público sobreimpresionado en pantalla que indique si el material difundido puede contener fabricación de imágenes o ediciones parciales. Todos estos recursos de postproducción, la ralentización de las imágenes, la música dramática, que utiliza de forma descarada La Sexta en sus informativos, son los adverbios, los adjetivos, los condicionales, los aumentativos o los superlativos, que hacen que las noticias no ofrezcan la concisión y la sobriedad propias de este género periodístico. Toda esta calificación audiovisual atenta contra la premisa de la objetividad en el lenguaje informativo “un error” muy grave que convendría evitar y denunciar. En lugar de eso los profesionales de reconocido prestigio premian sus “recursos” y su estilo.
FMuy buena critica sobre los programas informativos. excelente!