Recuerdos de mi madre, Mujercitas, las hermanas ,March y la adolescencia

RECUERDOS....
RECUERDOS…. Las hermanas March

 

 

«El hecho de que apenas tenía recuerdos de mi infancia y mi adolescencia me extrañaba y hasta cierto punto me dolía»

 

Hace unos cuanto años, aún vivía mi madre, recuerdo que comentábamos con cierta frecuencia el hecho de que apenas tenía recuerdos de mi infancia y mi adolescencia. Era algo que me extrañaba y hasta cierto punto me dolía. Me preocupaba la laguna tan grande que tenía en mi memoria, como si esa época de mi vida hubiera querido borrarla inconscientemente de un plumazo. Era mamá la que avivaba mis recuerdos, me hacía reír y me emocionaba. Ella siempre decía, que a medida que vas haciéndote mayor, que los años van pesándote y pasándote factura de una u otra manera, los recuerdos toman vida y acuden a tu mente sin ningún esfuerzo por nuestra parte. Y así es querida mamá..¡que razón tenías!.Por fin tengo preciosos recuerdo de mi niñez, del colegio, de la familia, de mis primeros zapatos de tacón, de los libros que devoraba con pasión, de las noches de Reyes, de las reuniones en casa de mis amigas, de los guateques,…¡de mi primera bicicleta que era verde con la redecilla en la rueda trasera!…¡¡ufff de muchísimas cosas!!.

 

 

Hace un par de días leí que era el aniversario del fallecimiento de Louisa María Alcott. Pensé dedicarle unas líneas por el cariño que tengo a una de sus obras mas famosas:»Mujercitas». Creo que casi todas las adolescentes de mi generación hemos querido ser alguna vez Jo March: una adolescente de 15 años de carácter fuerte, irónico y sarcástico, rebelde, apasionada de la escritura que aborrece las características femeninas y rehúsa totalmente a adaptarse a los estereotipos de cómo deberían actuar las damas de su época. No quiero dejar de recordar esos momentos en los que disfruté gracias a su lectura y que me ayudaron a desarrollar una de mis pasiones: leer.Os dejo con la descripción que hace la autora de las 4 hermanas March. Son recuerdos.

 

 

Louisa María Alcott
Louisa María Alcott

 

«Margaret, la mayor de las cuatro, contaba dieciséis años, era una joven muy hermosa, rolliza, de piel clara y ojos grandes, con una larga cabellera castaña, sonrisa dulce y manos blanquísimas de las que estaba muy orgullosa. A sus quince años, Jo era muy alta, delgada y morena, y tenía un aspecto desgarbado que recordaba al de un potrillo, como si no supiese qué hacer con sus largos brazos y piernas. Su boca reflejaba un carácter decidido, su nariz resultaba cómica y sus ojos grises, perspicaces, no se perdían un solo detalle y lanzaban miradas unas veces fieras, otras divertidas y, en ocasiones, meditabundas. Su cabello, largo y abundante, era su principal atractivo, pero solía llevarlo recogido con una redecilla para que no le molestase. De hombros redondeados y manos y pies grandes, Jo acostumbraba a llevar ropas holgadas y tenía el aspecto de una jovencita que se volvía mujer a su pesar y no se sentía cómoda en su nuevo papel. Elizabeth —o Beth, como todos la llamaban—, era una muchachita de trece años, de mejillas sonrosadas, cabello suave y ojos vivos, carácter tímido, voz tenue y semblante sereno, que casi nunca perdía la compostura. Su padre la había apodado «señorita Tranquilidad» con justa razón. Se diría que Beth vivía en un mundo propio, feliz, del que solo se aventuraba a salir para comunicarse con las pocas personas a las que quería y en quienes confiaba. Amy, a pesar de ser la menor, era uno de los miembros más importantes de la familia, o al menos eso pensaba ella. Era una niña de tez clara, ojos azules y cabello rubio que caía en tirabuzones sobre sus hombros. Pálida y delgada, se comportaba siempre como una damita atenta a sus modales. En cuanto al carácter de las cuatro hermanas, dejaremos que el lector lo vaya descubriendo por sí mismo».

Mercedes Ibáñez Huete

Realizadora de TVE casi desde que nací. Capricornio nata, amo la poesía y el chocolate apasionadamente, adoro la Navidad, las charlas con amigos y la familia. Me encantan los días de otoño y las noches de invierno y aunque soy española de nacimiento y de corazón, viajaría en el tiempo hasta la Escocia de los siglos XVIII y XIX y me quedaría allí mucho tiempo. Definitivamente el Romanticismo es mi época. Esa soy yo.

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