
«El hecho de que apenas tenía recuerdos de mi infancia y mi adolescencia me extrañaba y hasta cierto punto me dolía»
Hace unos cuanto años, aún vivía mi madre, recuerdo que comentábamos con cierta frecuencia el hecho de que apenas tenía recuerdos de mi infancia y mi adolescencia. Era algo que me extrañaba y hasta cierto punto me dolía. Me preocupaba la laguna tan grande que tenía en mi memoria, como si esa época de mi vida hubiera querido borrarla inconscientemente de un plumazo. Era mamá la que avivaba mis recuerdos, me hacía reír y me emocionaba. Ella siempre decía, que a medida que vas haciéndote mayor, que los años van pesándote y pasándote factura de una u otra manera, los recuerdos toman vida y acuden a tu mente sin ningún esfuerzo por nuestra parte. Y así es querida mamá..¡que razón tenías!.Por fin tengo preciosos recuerdo de mi niñez, del colegio, de la familia, de mis primeros zapatos de tacón, de los libros que devoraba con pasión, de las noches de Reyes, de las reuniones en casa de mis amigas, de los guateques,…¡de mi primera bicicleta que era verde con la redecilla en la rueda trasera!…¡¡ufff de muchísimas cosas!!.
Hace un par de días leí que era el aniversario del fallecimiento de Louisa María Alcott. Pensé dedicarle unas líneas por el cariño que tengo a una de sus obras mas famosas:»Mujercitas». Creo que casi todas las adolescentes de mi generación hemos querido ser alguna vez Jo March: una adolescente de 15 años de carácter fuerte, irónico y sarcástico, rebelde, apasionada de la escritura que aborrece las características femeninas y rehúsa totalmente a adaptarse a los estereotipos de cómo deberían actuar las damas de su época. No quiero dejar de recordar esos momentos en los que disfruté gracias a su lectura y que me ayudaron a desarrollar una de mis pasiones: leer.Os dejo con la descripción que hace la autora de las 4 hermanas March. Son recuerdos.
