
Hace algo más de dos años, 23.09.2015 -vísperas de otras elecciones catalanas-, escribía esto: <<Un “verano” que terminó, precisamente hoy, día del “Equinoccio de Otoño” y que nos aboca a un “otoño” calentito que puede complicarse aún más el próximo lunes, cuando se conozcan los resultados de las elecciones catalanas>>. Nadie negará que cambiando estaciones -“Verano” por “Otoño” y éste por “Invierno”- y época del año -“Equinoccio” por “Solsticio”-, la frase valía para estas nuevas elecciones catalanas -cuartas en siete años (y algunos dicen que se prohíbe votar en Cataluña)-.
Y llegó la madrugada del viernes 22 con un “gordo” anticipado para Cataluña y una “pedrea” nada envidiable para un Gobierno de España que, posiblemente -soy optimista siempre y creo en la buena voluntad de la gente-, se arrepienta de no haber utilizado la mayoría absoluta en 2011 y aplicado con rigor el artículo 155 hace dos meses, actuando con firmeza en los medios de comunicación, altavoces del adoctrinamiento golpista, y controlando Educación, impartidores y libros de texto, como vengo repitiendo desde que empecé mi “activismo” político en 2008. Como reconocía Mª Dolores de Cospedal -diciembre de 2013-, sin querer inculpar directamente a José Mª Aznar, pero haciéndolo: “Fue un error transferir Educación a las autonomías. Nos equivocamos todos”. Pues eso. No viene mal recordar aquí algo que repito cuando viene al caso y que decía al respecto alguien tan poco dudoso como Pitágoras -S V a. de C.-: «Educad a los niños y no tendréis que castigar a los hombres».
«La envenenada “margarita” electoral se deshojó sin mucha sorpresa mostrando la podredumbre de lo que se ha venido haciendo desde 1980 por los “molt miserables” golpistas -Pujol y demás hereus-«
La envenenada “margarita” electoral se deshojó sin mucha sorpresa mostrando la podredumbre de lo que se ha venido haciendo desde 1980 por los “molt miserables” golpistas -Pujol y demás hereus- aunque se había sembrado un poco antes. Hoy todas las cargas son contra Mariano Rajoy -que no digo yo que no tengan cierta razón ya que es el más visible ahora- pero «Al César, lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» y no olvidemos lo que parece que muchos están interesados en hacer, que la desmembración de España, que muchos achacan hoy a la nefasta política del Partido Popular -cierta en parte, pero no exclusiva-, fue empezada en 1976 por el hoy “emérito” Rey Juan Carlos – yo sustituiría las tres últimas sílabas del término por una simple “x” (véase el DLE y la acepción de emérito en la antigua Roma)- cuando tan errónea como interesadamente -y no digo más- eligió digitalmente a Adolfo Suárez como Presidente del primer Gobierno tras la muerte de Franco -quizás empezando la era “digital” (de mediocres) en la política española-. Así empezaron las paradojas de la transición, con un “acreditado” falangista sepultando la Falange -criticable si se quiere, pero con principios y valores, hoy de ciencia ficción- que sembró la semilla de la ruptura con el invento de las autonomías, en base a unos supuestos “derechos” de dos mal llamadas “nacionalidades históricas”, que nunca antes fueron naciones ni tenían más historia -menos, diría yo- que muchas de las demás regiones españolas, y legándonos un “café para todos” que, como cualquier persona sensata podía adivinar, sería la fuente de discordia en que se ha convertido el régimen de las “Autonosuyas”: “Yo quiero lo mismo que ese”.
Sembrada la semilla del desastre con una Constitución mal cerrada y peor negociada, no había más que abonarla -leyes a medida- y regarla -subvenciones, vista gorda a la corrupción y cesiones-, para lo que estuvieron Felipe González, con su Justicia a la medida y ley de deseducación, y especialmente José Mª Aznar que, en una demostración “ejemplar” de visión de Estado, abonó al monstruo -que iba creciendo tranquilo- cediéndole la competencia educativa a cambio de apoyo parlamentario -el arma más eficaz que necesitaba el adoctrinamiento- y ofreciéndole la dilución del Estado Español y del sentido de Patria en Cataluña -y España- al eliminar los Gobernadores Civiles y suspender el Servicio Militar. Después, el terrible atentado del 11M -manipulado política e informativamente- colocó en el Palacio de la Moncloa a un incompetente, resentido y sectario José Luis Rodríguez -el marketing nos lo vendió como ZP (siglas con diferentes significados, ZParo, ZoPenco, ZaPatiestas…)-.
«Sólo faltaba la pusilanimidad de Mariano Rajoy para rematar y acabar de enterrar a la moribunda España que recibió y, como decía antes, no aprovechar la mayoría absoluta que le dimos casi once millones de españoles»
Con esta labor de destrucción -al final dejaremos mal a Bismarck, al que se atribuye esta frase: “España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido”, y la destruiremos- el trabajo estaba casi hecho y sólo faltaba la pusilanimidad de Mariano Rajoy para rematar y acabar de enterrar a la moribunda España que recibió y, como decía antes, no aprovechar la mayoría absoluta que le dimos casi once millones de españoles en 2011 -esto sí parece culpa exclusiva suya, o no- a base de “diálogo sin fecha de caducidad” con el monstruo -ya crecidito- y su buenismo característico, demostrativo de que en el PP no se enteran de que satisfacer a quien te machaca no se traduce en que te votará algún día, sino que acabará contigo en cuanto pueda y, además, cabreas a niveles estratosféricos a los que sí te votaban y luego pasa lo que pasó el jueves en Cataluña. Buenismo que, por cierto, acaba de ser aceptado por la Real Academia –faltaría más, definiéndolo como “Actitud de quien ante los conflictos rebaja su gravedad, cede con benevolencia o actúa con excesiva tolerancia” -oiga, todo un sinónimo de ‘político español no nacionalista’ de los últimos 40 años-. Me recuerda la frase de un buen político y mejor persona, Ignacio Astarloa, que dijo que “En España, cuando no se cumple la ley, en lugar de hacerla cumplir, se cambia la ley”, lo que, pese a que ahora parece que la Justicia actúa, tiene mucho de verdad en el día a día que sufrimos. Justicia a la que se le acumula el trabajo al extender la investigación a otros organizadores “bajo cuya dirección y coordinación” se llevó a cabo el intento de rebelión, derivado de los informes de la Guardia Civil y de la ya famosa “agenda Jové”, que está dando sus frutos.
Tampoco conviene olvidar que las elecciones catalanas del jueves fueron convocadas por el Gobierno de España forzadas por sus “socios” PSOE y Ciudadanos, mezcla de interés y oportunismo, a cambio del apoyo para aplicar el artículo 155, aunque el, a mi juicio, precipitado plazo -escrito quedó en su momento-, fue de cosecha rajoyana propia, adelantándose a la jugada que imponían esos partidos.
«Se demuestra de nuevo tras las elecciones lo nefasto de una ley en la que no todos los votos valen igual y cuya modificación debería ser una de las prioridades políticas»
Volviendo al resultado electoral, se demuestra de nuevo lo nefasto de una ley en la que no todos los votos valen igual y cuya modificación debería ser una de las prioridades políticas. Un cálculo aproximado, considerando los casi cuatro millones y medio de votos válidos otorgados a los partidos y sin entrar en que el número de diputados autonómicos -en Cataluña y resto de regiones- me parece excesivo -para mí sobran todos, porque considero que las autonomías no deberían tener capacidad legislativa-, un sencillo ejercicio distributivo arrojaría que cada diputado debería ser el resultado de 32.184 votos, con lo que el reparto hubiera sido de 35 escaños para Ciudadanos, 29 para Juntos por Cataluña, 29 para ERC, 19 para PSC, 10 para Cataluña en común, 6 para las CUP, 6 para el PP y 1 para PACMA, que no cambia mucho, pero que hubiera sido mucho más justo.
Y pese a lo que anunciaban por la mañana esos voceros “amigos” que ha ido cosechando durante estos años Rajoy dando por supuesto que no lo haría, el Presidente compareció ante los medios de comunicación después del Consejo de Ministros y, en mi opinión, estuvo bastante claro y rotundo, aunque ya se encargarán los mismos de siempre de ponerlo a escurrir. Soslayando mi descontento y discrepancias por su inacción en muchas ocasiones, sobre lo que ya he dejado constancia, creo que esta vez está actuando bien de acuerdo con las circunstancias. Dejó claro que hizo las cosas “como debían hacerse y con el apoyo del segundo y cuarto partidos de la oposición y de toda Europa” y que estaría dispuesto a sentarse “con Inés Arrimadas, ganadora de las elecciones” -amarga victoria la suya- ofreciendo “diálogo dentro de la ley a cualquier posible interlocutor”. Dijo que lo ocurrido en Cataluña “ha sido una excepcionalidad y en democracia lo excepcional debe durar poco” y también que “para abordar una reforma constitucional hay que saber qué se quiere reformar y para qué” insistiendo en que “nunca aceptará que sea para permitir que una autonomía la incumpla” y rematar -para desencanto de muchos- con que no contempla el “adelanto electoral, ya que los resultados de Cataluña no son extrapolables a unas elecciones generales”, dejando algunos ejemplos, y que como Presidente del Partido asume el fracaso en Cataluña, del que no se siente contento, al igual que los demás militantes, porque “somos seres humanos”.

Pero como estamos en vísperas de Navidad, quiero acabar con un poco de humor, que no hay que perder nunca. Circuló estos días por las redes sociales una viñeta que decía algo así: “No faltarán en los próximos días motivos de discusión entre familiares y amigos ante la confluencia -que la sin par Leire Pajín llamaría “interplanetaria”- de estos acontecimientos: elecciones catalanas el día 21 y Lotería de Navidad el 22 -ya despejados y que nada cambian-, el clásico Madrid-Barça, hoy 23 y que deseo sea blanco -en estas fechas invernales es lo que corresponde- y la cena de Nochebuena del 24, conforman un escenario casi de infarto para discutir con la “familia política”. Y ya puestos, voy a alimentar un poco la polémica: ¿Por qué el mismo árbitro -Mateu Lahoz- que expulsó una semana antes a Sergio Ramos, en Bilbao, por dos jugadas de las que hay miles en los partidos de fútbol -que no digo que no fueran merecedoras de tarjeta amarilla, una más que dudosa- no lo hizo igual con el “mordedor” Luis Suárez por un codazo en la nuca y a traición (no saltando) el pasado domingo contra el Coruña? ¿Tal vez no quería que el politizado Farça perdiera uno de sus puntales para el clásico del sábado? Será que soy malpensado.
En fin, ¡que Dios siga repartiendo suertes! Y nunca mejor dicho estos días.
¡FELIZ NAVIDAD!
Me vas a tener que perdonar, don Antonio de la Torre, que estalle contra un compañero de pasaetas, pero es que estoy tan dolorosamente cabreado con esta España en la que yo no nací, que cualquier amago de disculpa o perdón, por pequeño que sea, a los imperdonables traidores a la Patria, a los Vellido Dolfos, hijos de Dolfos Vellido, me accionan la chispa del fulminante que hace estallar mi tantas veces en tan poco tiempo contenida furia.
Si, excelente articulo el tuyo en La Pasaeta, enhorabuena por el repaso histórico y felicitaciones por tu pluma…
«Cuartas elecciones en Cataluña en 7 años, que si hubo mayoría absoluta en 2011 y debería haberse aplicado el 155 –Y digo yo, ¿Por qué no el 116?-, que si en 2013, María Dolores de Cospedal dijo, “Fue un error transferir Educación a las autonomías. Nos equivocamos todos”, que si todo lo empezó Pujol en 1980, que si Suarez pervirtió en falangismo – Y digo yo,¿Qué tiene que ver el Movimiento con los principios de José Antonio Primo de Rivera o en que se parece un huevo a una Castaña?-…»
A ver. Si en una disparatada carrera de relevos el testigo es un cartucho de dinamita con la mecha encendida, lo que corresponde al último relevo en esta locura, Mariano Rajoy, es apagar la mecha antes de que explote y no acoplar más barrenos para que la explosión sea devastadora. Eso es lo que ha pasado, y si en el pasado otros participaron en esta demente carrera de relevos con un peligroso testigo, don Mariano, ha hecho explotar el final de la carrera con C4, ha suicidado a España, ha matado su PP en Cataluña y ha olvidado lo más importante: la deuda pública que él mismo ha creado (no la heredada), todo en beneficio de su propio ego. Y esto, querido amigo Antonio de la Torre, es la aplicación correcta de la frase “Al César, lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, ergo Bismark jamás pensó que en España hubiese alguien tan cobarde – o tan loco-, ni en el pasado ni en el futuro cómo el Sr. Rajoy ha sido. “Sin perdón”, como el título de la famosa película de Clint Eastwood, sin disculpa por la falaz aparición plasmática de don Mariano diciendo que “se ha hecho lo que había que hacer y se ha hecho bien” –porque no se ha aplicado en ningún momento el 155-, que había mayoría absoluta en el Senado y nadie le retorció el brazo a don Mariano para que se celebrasen estas demenciales elecciones dos meses después de la declaración de DUI…en fin, amigo, hay más estopa para repartir, pero estoy muy cansado, don Antonio de la Torre, así que decir sólo que “A los enemigos –de la Patria-, ni agua”, y que más culpables que los culpables de los crímenes resultados de esa “lesa locura”, son los que han permitido, fomentado y no perseguido esos delitos, en este caso, culpable último y artífice máximo, el aprendiz de brujo y finalista de la “Loca Carrera de Relevos de la Loca Deriva”, don Mariano Rajoy Brey. A los toriles, por favor, que ya basta.
Y en fin, parafraseando tu colofón, ¡que Dios no siga repartiendo tales suertes, por favor! , y apoyando tu moción, don Antonio de la Torre, suscribo tu deseo de una ¡FELIZ NAVIDAD!
Nada que perdonar, don Ignacio, faltaría más. Las opiniones son libre ey, sin ofender, se puede decir cualquier cosa y todas son respetables. sería muy aburrido si no hubiera discrepancias siempre que impere el buen tono y la educación.
Aunque creo que estamos más de acuerdo que lo contrario, porque yo me suelo presentar desde hace muchos años en las tertulias que me dejan expresarme como «un ciudadano muy cabreado con la política española» desde hace mucho, por lo menos desde 2004 y creí que había llegado al clímax en 2008, cuando el lamentable y mucho más ZP le ganó por segunda vez a Rajoy, motivo por el que, en mi opinión, tenía que haberse retirado. No se puede perder dos veces con semejante cenutrio resentido y sectario. La primera, tras la manipulación del 11M -si no algo más- se puede admitir, pero la segunda, cuando todo el mundo «mundial» conocía al personaje, es inaceptable.
Muy acertado el símil del testigo/cartucho y de acuerdo con que Rajoy es el último -no el único como muchos pretenden- responsable del desastre, como vengo repitiendo desde hace algunos años.
Menos mal que estamos del todo de acuerdo en los buenos deseos para 2018 y en una ¡FELIZ NAVIDAD!
Un abrazo,
Antonio, qué razón tienes, lo que mal empieza mal acaba. Nuestra transición empezó mal y así estamos ahora, Como siempre muy bueno tu artículo.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias por su comentario.
Feliz Navidad.
Estoy completamente de acuerdo en que fue un error el transferir la competencia a las CCAA,como también lo fue el de las policías autonómicas pero cabe pensar: ¿Que ocurriría si no se llevaran a cabo?; posiblemente sería un adelanto de lo que ahora tenemos; otra cosa sería que se contara con el apoyo, al menos del PS, que todo sabemos que en temas de Estado, anda flojito.
En cuanto a la aplicación de una forma severa del art. 155 de la Constitución en Cataluña; hago una reflexión, que en cierto modo contradice a articulistas y analistas políticos. Dicen, o escriben, que Ciudadanos arrebató votos al PS y sobre todo al PP por llevar a cabo una política clara y dura en la región, en contra del separatismo. Según esta teoría, ¿Como se explica que ambos Partidos impidieran al PP la aplicación de dicho artículo de una forma más contundente al igual que la celebración de las elecciones con más retraso?. Esto me confirma más en mi idea, y en la de muchos, que una cosa es predicar sin tener responsabilidad política alguna en el asunto, y otra es dar trigo cuando se tiene esa responsabilidad. Política dura emplea VOX, habiendo desgajándose del PP; ¿De que le vale?. El ejemplo lo tenemos en el muy resentido José María Aznar, que si tuviera una pizca de vergüenza, sensatez y ecuanimidad, hablaría con Rajoy y se dejara de espectáculos; precisamente él, que fue quien cedió a Cataluña la competencia en Educación.