«Cada uno dice lo que quiere Javier Gotor y así, además de sentir el viento de la libertad en sus neuronas, tiene la posibilidad de meter la pata, hasta el corvejón»
Cada uno dice lo que quiere Javier Gotor y así, además de sentir el viento de la libertad en sus neuronas, tiene la posibilidad de meter la pata, hasta el corvejón, en esta mi querida España, que defiende la libertad de expresión hasta sus mas exageradas consecuencias, como a todos nos enseña la última noticia a seis columnas sobre la decisión del Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo acerca del violento gesto de quemar la foto del Rey y nuestra bandera nacional ante un auditorio de dupis o abducidos.
«En sus insultos y difamaciones, en sus mentiras, negro sobre blanco en el grupo La Llanura de Palmaria de Facebook, me temo que se ha quedado usted un poco corto»
Así que, señor Gotor, en sus insultos y difamaciones, en sus mentiras, negro sobre blanco en el grupo La Lanura de Palmaria de Facebook, me temo que se ha quedado usted un poco corto. Y permítame el consejo: Su coro de líderes sectarios le podrían haber rodado un vídeo quemando uno de mis retratos con música de piano y una narración en off de ripiejos jodiernos, todo un éxito para su canal de televisión palmario. Porque usted señor Gotor puede insultar y mentir todo lo que quiera. Es su derecho constitucional ante la Justicia al declarar como investigado, como ya publiqué en esta La Paseata el pasado 3 de febrero. Esta humilde revista electrónica que tantos artículo «le ha capturado».
Javier Gotor en La Paseata
«En esencia Javier Gotor Llovera todos sabemos que el traidor se traiciona hasta a sí mismo y que para perversión del lenguaje, la suya, ya que usted es el mejor»
Pero permítame que haga un copia y pega de su torrente poético antes de que algunos de los administradores de esa secta, (jueces y juezas, abogados y abogadas, empresarios y empresarias, funcionarios y funcionarias de la educación y por lo tanto responsables de la transmisión de ideas a nuestros hijos, como diría en su lenguaje políticamente correcto y atento a la perversión del lenguaje de igualdad de género, el actual alcalde de Valencia, el señor Ribó), le borre el comentario por cuidarle a usted las espaldas. Y si acaso no lo han hecho ya, fieles a sus costumbres censoras, piense, si es que puede, que ya están maquinando en hacer leña del árbol caído. Porque, en esencia Javier Gotor Llovera todos sabemos que el traidor traiciona hasta a sí mismo y que para perversión del lenguaje, la suya, ya que usted es el mejor:
«Javier Gotor Llovera 22 horas · Para ti, «noble y GRANDE editor». Para ti, Manuel Artero. Para ti, adalid de la babosería y de la lisonja. Para ti, hipócrita falso y cansino, que no solo eres capaz de demostrar tu cobardía sino de traicionar a tus «supuestos colaboradores» de tu «humilde» Paseata, con tal de obtener un puto minuto de «fama» que te reporte cuatro pesetas para tus chimeneas…u otros utensilios para conseguir tus fines. Porque algo huele a podrido, y no en Dinamarca, en la denuncia interpuesta contra mi por el impresentable Ribó. Ese hediondo olor procede de tu «humilde La Paseata». Revista que hace cuatro días no conocía ni el cuñado de la depiladora de la Pantoja…y que mucho menos conociera Ribó. Y que quieres hacer conocida a base de traiciones asquerosas. Esto mismo que ahora te estoy diciendo lo diré el miércoles en mi declaración ante el Juzgado por un artículo que me capturaste para tu asquerosa revista con grandes gritos y exclamaciones de júbilo y que hoy dices «no te haces responsable». VIL COBARDE MUJERZUELA!! A ti te dedico esta semblanza de Viriato y de los traidores que lo asesinaron. Tenían mucha más clase y valentía que tú. VIRIATO…»EL TERROR DE ROMA» Pues sí, nanos. En estos tiempos de ausencia de carisma y liderazgos, de cobardías y mariconadas buenistas, de falta de dignidad y valentía…uno se acuerda de personajes históricos cuyo carácter, carisma y liderazgo han pasado a nuestra gran historia. Y quizás uno de los más antiguos fue el gran VIRIATO…»
Pero claro, olvida usted en ese enconado esfuerzo de encontrar tantos y abundantes sinónimos del mismo insulto que la Policía no es tonta y que, en España los inspectores y especialistas de la Policía Judicial en delitos informáticos saben, con precisión científica, identificar a la perfección la huella electrónica que todos dejamos en las redes sociales y hasta en nuestros correos, y así deslindar la verdad de las mentiras, que repito, tiene usted todo el derecho de declarar en su defensa como investigado. Porque este, su discurso negro sobre blanco y en público, no parece otra cosa que la rabieta del niño consentido y mal educado que esgrime para su público todos las falsedades y tropelías que es capaz de pergeñar.
La rabieta de niño consentido y mal educado que esgrime en público
Escribe usted además que ante su citación en el juzgado de Instrucción 14 de Valencia, diligencias previas 2138/2017, va a declarar con su genial sentido del humor que tanto aplauden sus acólitos que «Reitero, lo he dicho mil veces, que yo JAMAS he enviado a Artero ni a la Paseata artículo alguno. El «capturaba» los que les salía de los cojones, y en mi caso solo le faltó capturarme algún día cuando iba al baño. Con grandes halagos, claro», y olvida y por ello me entristece el comprobar, qué frágil es la memoria y que grande la desvergüenza, que además de enviarme por privado su biografía a modo de presentación para poder darle de alta como colaborador en La Paseata, existe en el archivo documental de Facebook, y por tanto en nuestros correos electrónicos más de doscientos mensajes públicos como los siguientes:
«Muchisimas gracias Ramon Palmero y Manuel!! Para «grande».. la Paseata»
«Muchas gracias Manuel. Lo has editado de lujo en tu genial «Paseata»!»
«Muchisimas gracias, Manuel!. Es un inmenso honor que una «chorrada» de las mías aparezca en La Paseata. Un abrazo»
Procura endulzar tus palabras
Olvida también Javier Gotor Llovera su correo electrónico en el que me envió sus chorradas para las que buscaba editor y olvida, a pesar de su erudición en el Viejo Testamento, una famosa y conocida frase del Talmud que dice “Dichoso aquel que oye un insulto y simula ignorarlo, pues evita un centenar de males”, olvida en esencia la dignidad, nobleza y buena educación con la que estoy seguro intentaron formarle. Aunque le reconozco y comparto una de sus frases dedicada al señor Ribó: Yo tampoco le odio Javier Gotor y ni tan siquiera le deseo la muerte, porque sencillamente usted pertenece a los otros, a los desalmados que caminan como muertos por la vida y de tanto olvidar, olvidaron que hasta los Narcisos tienen su San Martín.
Manuel Artero Rueda ha dedicado toda su vida profesional a la televisión en la empresa pública RTVE donde, en los últimos veinte años, y después de haber trabajado como ayudante de producción y realización. ha realizado su oficio de periodista como reportero en el programa Informe Semanal, para el que ha realizado mas de trescientos reportajes. Licenciado por la Universidad Complutense, es autor del libro "El reportaje para televisión un guiño a la noticia" , un práctico temario con el que ha impartido clases tanto en el Instituto Oficial de RTVE como en el máster de periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos. Desde el ERE inventado por Zapatero para TVE, dedica su esfuerzo y trabajo esta "La Paseata" un sencillo blog personal que con el paso de los últimos años, se ha convertido en una modesta revista electrónica en la que colaboran un grupo de amigos a los que une el amor a España.
Don Manuel, veo que quiere usted limpiar lo limpio, es decir su honor y dignidad (y el de sus colaboradores, como el que subscribe) cuando es obvio que su honor está cual patena de la capilla de la Universidad Pontificia Sto. Tommaso d´Aquino de Roma donde el “milagro” de la licenciatura en Derecho del “Palmario” Javier Gotor se repitió con un doctorado por influencias, pues todos sabemos por su incontinente bocaza que don Javier es “coleguita” de “su cachondo hacedor”, como tantas veces ha dicho a falta de añadir cuantas veces se ha ido de copas por ahí con ÉL, eso sí, sin duda de gorra o si no, a base de whisky DYC que es lo único que por lo visto don Javier se puede pagar.
Dicho esto, don Manuel, me ha sido muy difícil seguir leyendo su artículo a partir de la primera línea en adelante, donde dice usted que « Cada uno dice lo que quiere Javier Gotor […] de sentir el viento de la libertad en sus neuronas », pues es de todos es sabido que es falso que este inquisidor tan perjudicado por su presunta disoluta vida, tenga alguna neurona que no esté de “Vacaciones permanentes no revisables”.
Por lo demás, solicitaré un “Habeas Corpus” para que me pongan en presencia inmediata ante un juez si alguien me detiene por decir alto y claro que don Javier Gotor es un impresentable reincidente e incurable, pues yo también tengo pruebas que demuestran su infinita torpeza, desconocimiento de la ley y nominado al Premio Nobel por Genocidio Intelectual de si mismo.
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Don Manuel, veo que quiere usted limpiar lo limpio, es decir su honor y dignidad (y el de sus colaboradores, como el que subscribe) cuando es obvio que su honor está cual patena de la capilla de la Universidad Pontificia Sto. Tommaso d´Aquino de Roma donde el “milagro” de la licenciatura en Derecho del “Palmario” Javier Gotor se repitió con un doctorado por influencias, pues todos sabemos por su incontinente bocaza que don Javier es “coleguita” de “su cachondo hacedor”, como tantas veces ha dicho a falta de añadir cuantas veces se ha ido de copas por ahí con ÉL, eso sí, sin duda de gorra o si no, a base de whisky DYC que es lo único que por lo visto don Javier se puede pagar.
Dicho esto, don Manuel, me ha sido muy difícil seguir leyendo su artículo a partir de la primera línea en adelante, donde dice usted que « Cada uno dice lo que quiere Javier Gotor […] de sentir el viento de la libertad en sus neuronas », pues es de todos es sabido que es falso que este inquisidor tan perjudicado por su presunta disoluta vida, tenga alguna neurona que no esté de “Vacaciones permanentes no revisables”.
Por lo demás, solicitaré un “Habeas Corpus” para que me pongan en presencia inmediata ante un juez si alguien me detiene por decir alto y claro que don Javier Gotor es un impresentable reincidente e incurable, pues yo también tengo pruebas que demuestran su infinita torpeza, desconocimiento de la ley y nominado al Premio Nobel por Genocidio Intelectual de si mismo.