Los socios de Pedro Sánchez degradan la democracia en el Congreso de los Diputados. Por Eugenio Narbaiza

«Ayer se cumplieron 18 años desde que los asesinos de ETA, mataron al dirigente socialista catalán Ernest LLuch, comprometido con la ciudad de sus amores, San Sebastián y con la lucha por la libertad»

Hay días en los que la sensibilidad de una persona está a flor de piel por ser fechas señaladas a causa de acontecimientos que dejan huella, muy especialmente cuando afectan a personas a las que se ha conocido y con las que, aunque no se compartían ideas, se ha luchado de la mano, para la consecución de la paz y la libertad del P. Vasco y contra la barbarie etarra. En la década de los 80 y 90, el constitucionalismo vasco, no tenía siglas, solo objetivos comunes y trabajo conjunto en pro de la libertad. Ayer se cumplieron 18 años desde que los asesinos de ETA, mataron al dirigente socialista catalán Ernest LLuch, comprometido con la ciudad de sus amores, San Sebastián y con la lucha por la libertad en tierras vascas. (D.E.P )

Con este sentimiento que revuelve el cuerpo, me dispuse ayer a ver la sesión de control parlamentario en el Congreso de los diputados y dicha sesión, fue todo un dantesco espectáculo de daño a la democracia, por lo sucedido. Un diputado que representa a uno de los partidos actores del golpismo catalán, puesto que fue protagonista el pasado 1 de octubre al formar parte del gobierno que encabezaba el huido Puigdemont, utilizando su condición de parlamentario, curiosamente al formular una pregunta al ministro Borrell, protagonizó uno de los espectáculos más denigrantes para la democracia en los últimos años, al provocar su expulsión del hemiciclo, después de insultar reiteradamente tanto al grupo parlamentario de Cs como al ministro Borrell.

«Desde el grupo socialista del congreso, negaban haber visto ese acto tan indecente de los socios de Pedro Sánchez, dejando al titular de la cartera de exteriores como si hubiera mentido»

Al abandonar la cámara de la libertad y democracia, uno de los diputados de este grupo, ERC, curiosamente socio del presidente del gobierno tanto en la moción de censura como en la actual gobernabilidad de España, escupió al ministro de exteriores justo en el momento en el que, pasando a su lado, abandonaba el hemiciclo. Por si fuera poco, minutos después, todo parecía irreal en este episodio denigrante para la democracia, porque desde el grupo socialista del congreso, negaban haber visto ese acto tan indecente, dejando al titular de la cartera de exteriores como si hubiera mentido.

¿La democracia española se está denigrando hasta este punto? ¿Cuál va a ser el siguiente espectáculo que desde la política nos van a hacer soportar a los ciudadanos?

Ni es comprensible ni de recibo que, en una democracia consolidada como la nuestra, la sociedad tenga que soportar como un presidente del gobierno que accedió a su cargo con el compromiso de convocar elecciones generales lo antes posible, nos haga tragar con un pacto infecto para la decencia democrática como es el que le sostiene, con el apoyo de bildutarras, nacionalistas y de los independentistas que intentaron subvertir la democracia el pasado 1 de octubre, porque con sus actos, denigra la libertad, la democracia y sobre todo la fortaleza del estado democrático.

Los ciudadanos españoles, no tenemos por qué vernos humillados por un gobierno que, desde la legalidad, pero con ilegitimidad, nos está llevando a una degradación del hecho democrático, porque con sus actos, daña la sensibilidad democrática de una sociedad, viendo como el gobierno que debe protegerla, se dedica a tensionar la convivencia al pactar con aquellos que quieren romper España, a quienes no les importa acosar a un juez por cumplir con el trabajo que la sociedad le ha encomendado o a ver como un político con acta parlamentaria y presidente de una formación legal, es atentado en la privacidad de su domicilio, por el mero hecho de representar a una formación política que defiende los principios constitucionales.

«No vale la excusa del diálogo con quienes subvierten la ley de leyes y la convivencia, como elemento para mantenerse en el poder, porque la sociedad, no ha escogido ni ese camino, ni esa fórmula que solo favorece a una persona»

No vale la excusa del diálogo con quienes subvierten la ley de leyes y la convivencia, como elemento para mantenerse en el poder, porque la sociedad, no ha escogido ni ese camino, ni esa fórmula que solo favorece a una persona que, en clara minoría política, solo está cubriendo sus ambiciones personales a costa de una nación de 47 millones de españoles. Basta ya de que la sociedad española tenga que soportar enfadada como su presidente del gobierno va haciendo el ridículo con su gestión ante la UE, al no aprobarse en ese organismo los presupuestos que presenta, cuyos elementos pueden llevar a la recesión económica a un país que ha salido hace muy poco de una grave crisis económica o como anteayer en donde una vez más, hizo el ridículo ante las autoridades marroquíes ofertando un mundial de fútbol junto con Portugal, que solo está en su mente y que ni siquiera había consultado con sus gobernantes, o ayer en donde la noticia era que para acudir a una cumbre bilateral en Valladolid, movilizó helicópteros, aviones presidenciales y demás personal, no atendiendo a la situación de bochorno que gestos como estos provocan a los españoles.

¿Hasta qué grado de humillación nos quiere llevar Pedro Sánchez a los españoles, que contemplamos como día a día, un presidente del gobierno, responsable de un partido que no ha ganado las elecciones pero que lo es legalmente, utiliza esta legalidad para dañar los conceptos de democracia, honestidad política y vergüenza de los ciudadanos, que asisten indefensos e impotentes al espectáculo de un desgaste democrático injusto e impuesto para España?

¡Elecciones ya! Por favor, por higiene democrática, por la necesidad de una convivencia no crispada y sobre todo para que no se nos pasen por la cabeza, acontecimientos pasados que fueron malos errores, decisiones equivocadas y que han dejado marcados a los españoles para la historia. Mantener al actual gobierno y al actual presidente, solo es un peligro para la decencia política de los españoles.