
«No, no todos somos Laura; Tampoco somos ninguno de los centenares de nombres que ilustran la historia negra de víctimas de asesinos y violadores»
Ya se que los temas se suceden con tal rapidez que alguno se queda atrás para dejar de interesar en el presente mediático. Pero lo que sigue es un pasamiento y si deja de ser actual por los nombres, pronto llegara alguno nuevo que lo refresque. Ahí lo dejo, bien abrigadito.
No, yo no soy Laura. No, no todos somos Laura; Tampoco somos ninguno de los centenares de nombres que ilustran la historia negra de víctimas de asesinos y violadores. No, no todos somos ellos, por suerte. Somos supervivientes en un planeta sanguinario, y habitamos un territorio donde a veces, parece que no pasa nada, pero se dan las más horribles situaciones, en algún lugar insospechado de la piel de toro. Si, he dicho toro, por que el mapa de España semeja una piel de toro, que ya no sé si también hay que justificarse sobre esa evidencia ante la moda del buenismo pacato.
Las velitas, las imágenes, las manifestaciones son solo las reacciones de personas doloridas que no saben bien cómo afrontar el indudable drama.
Recibo por wasap por parte de una amiga muy afecta a Podemos, la imagen de un rostro de chica con aspecto de contrición. El objetivo es que todas las mujeres cambiemos, en Facebook o red social en la que estemos, esa cara por la imagen del perfil en señal de protesta por la última muerte que no la última violación, en este país nuestro de presente convulso.
Muchas mujeres, no necesariamente de Podemos, seamos justos, han adoptado esa imagen como forma personal de protestar ante el tremendo golpe que no es el primero ni será el último, por desgracia, y que se perderá en una lista oscura de nombres, mientras algunos partidos, utilizarán el trágico suceso para intentar llevarse el ascua a su sardina mediática.
Sin embargo, algo está sucediendo. Como el sonido del mar, un rumor va creciendo y existe la esperanza de que, a lo mejor, si se esté dando un cambio en la sociedad. Una reacción a la nada habitual Laura, no será la última, por desgracia. No sabemos por qué, a veces, nacen alimañas con apariencia de personas. Incluso si se da una ley que castigue de acuerdo con la justicia real, se dan casos tremendos.
Pero lo que es intolerable es que muchos de estos miserables, estén acunados por la misma Justicia, manipulada por cretinos que no distinguen entre lo que es reinsertar a un delincuente sin sangre en las manos o permitir que psicópatas irredentos, que reconocen ellos mismos, más sinceros que el sistema, que en cuanto tuvieran ocasión volverían a buscar víctimas.
Y mientras que no exista un tratamiento médico efectivo para tratar a estos personajes terribles, las no leyes, estúpidamente buenistas con los ejecutores y no con las víctimas se darán muchos más casos horripilantes.
No, no todos somos Laura; ni tampoco, ninguno de los centenares de nombres que ilustran la historia negra de víctimas de asesinos y violadores. Nos falta el terror, la soledad, la indefensión, el dolor, la impotencia. Nos falta una familia desecha por nuestra muerte, nos faltan todos los sentimientos de la criatura atacada. Así que, meditemos para ver si podemos en lugar de empatías, si no falsas, si pasajeras, hacer lo que verdaderamente hace falta hacer: más presión.
Si la gente ha conseguido con sus votos a Vox que el mismísimo Pablo Iglesias se convierta en un corderito sensible y diga que todo aquello que quiso implantar (y que seguramente sigue queriendo en su interior ) era una bromilla de nada, y Errejón, se vuelve afecto a la bandera de España por que ha visto en Francia lo que es el patriotismo, se puede conseguir también que el absurdo se vaya diluyendo para obtener, ¡Oh sueño dorado!, una Justicia responsable y un país un poco más equilibrado respecto al comportamiento con los que agreden. Que así sea.