
«La importancia de Canal Sur fue vista inmediatamente por algunos aventureros de la comunicación y por un grupo de periodistas ambiciosos, deseosos de medrar económica, social y profesionalmente»
A las 19:30 horas del 27 de febrero de 1989 se inició un sueño perseguido por muchos andaluces y andaluzas, con el que se pretendía crear un relato mediático de lo andaluz, prestigiar y dignificar las hablas andaluzas e impulsar la industria audiovisual y la cultura andaluzas como hecho identitario y sector económico. Aquel lunes invernal, víspera del Día de Andalucía, salió en pantalla José Rodríguez de la Borbolla, presidente de la Junta, para inaugurar institucionalmente un medio que se ha ido convertido en una empresa oscura y poco transparente que funciona como herramienta de propaganda del PSOE-A. (La voz del sur).
El PSOE consiguió hacer de sus gobiernos todo un régimen, la importancia del nuevo medio fue vista inmediatamente por algunos aventureros de la comunicación y por un grupo de periodistas ambiciosos, deseosos de medrar económica, social y profesionalmente. La RTVA tenía que haber sido entendida por todos como un servicio público y un derecho básico de los andaluces, vertebrador de esa comunidad autónoma, una RTVA honesta, independiente, profesional, rigurosa y plural, que garantizara el derecho constitucional a la información, pero desde su comienzo sus directores siempre fueron militantes o simpatizantes del PSOE, excepto José Siles. Pronto los escándalos económicos hicieron dimitir a algunos de sus directores, los tribunales tuvieron que anular algunas convocatorias de empleo por oposición a la RTVA por sentenciar que se habían violado los principios de mérito y capacidad o que se habían restringído indebidamente los derechos de todos los ciudadanos andaluces cualificados a estar presentes y participar en las mismas.
«Desde el principio estuvo claro que la mayoría de los trabajadores de Canal Sur TV y Radio deberían ser ideológicamente de izquierdas»
Desde el principio, se diseñaron líneas maestras para la ocupación del nuevo instrumento «público», entendiendo por «público», naturalmente, lo relativo a los intereses del PSOE-A, por lo tanto desde el principio estuvo claro que la mayoría de los trabajadores de Canal Sur TV y Radio deberían ser ideológicamente de izquierdas. El método era bien sencillo, se contrataba a las personas “adecuadas” de manera temporal y sin control y luego se pasaban a fijas sin demasiado ruido, o se convocaban oposiciones a medida, del tipo que hemos citado anteriormente. Se construyó un sector audiovisual amigo que se alimentaría de la RTVA, con facturas exclusivas y desorbitadas. El 23 de abril de 1989, Diario 16 sacó la primera entrega de lo que sería la noticia bomba del año: las irregularidades y la disipación del dinero público en la RTVA a dos meses de su inauguración. En mayo, El País informó inicialmente de este modo: «Según la oposición, en los contratos con las citadas productoras -en su mayoría de reciente creación y dirigidas por personas cercanas a los altos cargos de la televisión andaluza- existe un «evidente sobreprecio» y reflejan la concesión de anticipos millonarios con escasas garantías.»
«Las productoras “pata negra”, la mayoría de ellas vinculadas a ex directivos o personas vinculadas al PSOE o a la Junta de Andalucía, siguen copando los contratos»
Nada ha cambiado, las productoras “pata negra”, la mayoría de ellas vinculadas a ex directivos o personas vinculadas al PSOE o a la Junta de Andalucía, siguen copando los contratos con productoras externas de Canal Sur Televisión. Algunas de estas productoras llevan trabajando con Canal Sur desde sus inicios. Otras empezaron a recibir contratos de la cadena pública en el albur de la crisis. Seis de cada diez euros que gasta, de media, la televisión pública andaluza en producciones externas van a parar a estas empresas. Mediasur, de Mediapro no podía faltar a la cita, empresa a la que estuvo vinculado Francisco Romacho jefe de Programación de Informativos de Canal Sur Televisión entre 1990 y 1993, director de Canal Sur Radio en 1995 y ex subdirector general de Desarrollo y Operaciones de la RTVA y administrador mancomunado de Happy Ending TV SL, que dio motivo al escandaloso caso del programa estrella de la televisión autonómica andaluza, que salto a los medios porque ex directivos de Canal Sur se podrían haber lucrado de un “reality” para su negocio en clínicas de adelgazamiento.
«La programación nunca ha sido brillante o de servicio público. Es un perfil complaciente con las clases bajas»
La denominada carta del servicio público de la RTVA que aprobó la Junta andaluza aseguraba “un acceso universal a la información, la cultura, la educación y el entretenimiento audiovisual de calidad”. Sin embargo, los expertos alertan de que su deriva va en dirección contraria. Francisco Gallardo, crítico televisivo del grupo de diarios andaluces Joly, afirma que “La programación nunca ha sido brillante o de servicio público. Es un perfil complaciente con las clases bajas”.
Inmaculada Gordillo, profesora titular de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Sevilla, analiza: “Canal Sur no ofrece innovaciones narrativas y está dirigida a un tipo de programas de gente mayor” Rajoy y el PP siempre han sido presentados como la causa de que Andalucía sufra altas tasas de paro y pobreza: no se menciona que el régimen de la izquierda gobierna desde hace tres décadas, las noticias sobre los casos de corrupción que inundan la actualidad de la Junta de Susana Díaz son colocados al final del informativo, tras las noticias nacionales e internacionales y no en el bloque inicial de noticias sobre Andalucía, toda una decisión editorial realizada por supuestos profesionales de la “información”.
Como en los tiempos del NODO franquista se esconde la verdad a los andaluces. Un patrón que se repite cada día a la hora de ocultar y manipular la información en Andalucía. Los datos de audiencia de la RTVA son demoledores, a pesar de los grandes comunicados con los que la dirección de la empresa intenta ocultar el desmoronamiento de lo que un día pareció ser un símbolo de orgullo de los andaluces. La última audiencia de Canal Sur TV del mes de junio, medida por la empresa Kantar Media, ha sido del 8%, un dato pésimo que sitúa a Canal Sur como la televisión con menos audiencia de las grandes autonómicas reunidas en la Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicas (FORTA).
«El Barómetro 2017 refleja que la manipulación informativa es la segunda cuestión que más preocupa a los andaluces con respecto a la televisión»
El Barómetro 2017 refleja que la manipulación informativa es la segunda cuestión que más preocupa a los andaluces con respecto a la televisión, por detrás del exceso de los programas del corazón y por delante de los abusos publicitarios. Si se confirma el cambio, no sólo será el cambio en la Junta de Andalucía, sino también en la única televisión pública autonómica en la que no se había producido un sólo cambio masivo de personal desde su creación.
Las fuerzas del cambio no deben caer en el mismo error que ha caído una y otra vez el Partido Popular en RTVE, que hagan lo que tengan que hacer, porque hagan lo que hagan estará mal y serán criticados sin piedad por los poderes mediáticos que manejan la percepción de los ciudadanos. Deben hacer y sin que sirva de precedente lo mismo que hizo el PSOE en RTVE, cada vez que accedió al poder.
Y un consejo de alguien que trabajo en RTVE durante décadas, no se olviden de los mandos intermedios, que ha sido el gran error de los populares y que le supuso tantos quebraderos de cabeza. Los resultados electorales que se produjeron el pasado 2 de diciembre, impiden al PSOE bloquear la renovación del Consejo de Administración de la RTVA, un hecho sin precedentes que permitirá a las fuerzas del cambio las medidas y ajustes necesarios, para que los ciudadanos andaluces tengan la televisión y la radio pública que se merecen.