
“La mera sospecha de que el tiroteo en la ciudad de Utrecht haya sido un atentado terrorista Islámico debería sacar los colores a políticos y periodistas”
La mera sospecha de que el tiroteo en la plaza del 24 de Octubre, situada en la zona oeste de la ciudad de Utrecht haya sido un atentado terrorista Islámico debería sacar los colores a los políticos que están permitiendo, por su laxitud, la invasión lenta y muchas veces violenta de personas de origen musulmán que, por carecer de referentes democráticos en su cultura, basada en El Corán, hacen de nuestras ciudades una verbena en la que en vez de tirotear palillos se tirotean ciudadanos que solo se limitan a trabajar y llevar una vida digna en Occidente.
Si la religión y por ende los estados Teocráticos sustentado por la religión Coránica no han sido capaces de controlar a sus radicales, incluso en sus países de origen, no sé ni cómo, ni porqué hemos de tolerarlo nosotros en Occidente dando cobijo a unos seres humanos que están separados de nuestra cultura más de mil años. La Edad Media fue cruel en el trato humano, pero esto no debe tolerarse de ninguna manera que algunas personas la sigan teniendo vigente en pleno siglo veintiuno. Si hay que adoptar medidas, como regular la inmigración, no de extranjeros, si no de extranjeros de diferente ámbito cultural al nuestro, como son los Musulmanes, hágase.
Porque luego pasa lo que pasa como en Nueva Zelanda. La gente tiene un límite por muy melifluos y bienintencionados que sean. Occidente no puede sucumbir bajo el Islam y ya lo decía Muamar el Gadafi “conquistaremos occidente con el vientre de nuestras mujeres”: Pues no, ni con bombas ni con nacimientos. Regúlese la inmigración o estas cosas cada vez irán a más y si ya nos advirtieron los propios musulmanes que están en guerra contra los infieles y occidente no se por qué, hasta ahora nadie lo ha creído.
Si tenemos que mandar a morir a civiles en nuestras calles por cualquier tiroteo, que no sea porque no se han puesto las normas necesarias para no dejar que Europa pierda su identidad cultural y su democracia y libertad. Según yo lo veo la inmigración de personas de culturas tan diferentes debería estar muy regulada, además de que deberían irse del país tras quince años de trabajo, que parece más que suficiente para volver a los suyos y hacerse una vida allí. Además no deberían nacionalizarse ni esos inmigrantes ni sus hijos. Si no se ajusta a lo democrático, cámbiense las leyes para que así lo sea.
Un continente como Europa, no es un saco sin fondo. Todo tiene su límite. Compruébese además que esos inmigrantes vienen a trabajar y no a vivir de subvenciones del Estado Protector Europeo al que los inmigrantes nunca han contribuido. O se toman estas medidas ahora o seguiremos lamentándolo amargamente y recogiendo los restos de nuestros muertos y nuestra cultura como el primer ministro neerlandés, Mark Rutte.