No lo olviden, él y todos vuelven porque hay algo más grande que cualquier pancarta, y se llama Recuerdo. Por Silvia Gutiérrez Oria

Miguel Ángel Blanco de joven
Miguel Ángel Blanco de joven

«Demasiadas víctimas, atentados, secuestros, tiros en la nuca.., pero hasta el secuestro de Miguel Ángel Blanco, la sangre de los españoles fluía espesa»

A veces los detalles de ciertos acontecimientos no se recuerdan con nitidez, pero lo que se recuerda claramente es la emoción con que se viven.
 
 
Un día como hoy de mil novecientos noventa y siete, Miguel Ángel Blanco, un joven concejal vasco fue secuestrado por una banda terrorista que creíamos conocer bien, aunque hasta esa fecha no habíamos percibido del todo su verdadera crueldad: Demasiadas víctimas, atentados, secuestros, tiros en la nuca.., pero hasta el secuestro de Miguel Ángel Blanco, la sangre de los españoles fluía espesa.
 
 
Fueron sus tres días de cautiverio los que obraron el milagro, que la sangre de un país hirviera de desesperación. Bastaron unas pocas horas para reafirmarnos en lo que hasta entonces conocíamos y no supimos exteriorizar: dolor.
 
 
Y aún así, con las manos blancas, vestidos de esperanza y a la luz de las velas clamamos piedad a una banda de bárbaros a los que, tontos de nosotros.., creíamos poder conmover. Una esperanza colectiva contagiosa que suplicaba por su joven vida. ¡Qué candidez la nuestra! Cuando alguien tiene la mente retorcidamente contaminada, y el corazón frío por el odio acumulado, los nobles sentimientos nunca pueden anidar, y el mal ejecuta sin piedad ni culpa, ni remordimiento..
Más grande que cualquier pancarta
Más grande que cualquier pancarta

«No lo olviden, él y todos vuelven.., vuelven a la memoria porque hay algo más grande que cualquier pancarta, y se llama RECUERDO»

Aquel 12 de julio de 1997, Miguel Ángel fue ejecutado y abandonado por una banda asesina por primera vez. Y digo por primera vez, porque la segunda ejecución la confabuló más tarde otra banda de la que aún no sabíamos nada.., las instituciones, el poder político..
 
 
Miguel Ángel fue otra víctima más, sí, pero marcó un antes y un después en la concienciación de una sociedad que perdía vidas en una guerra en la que no participaba.
 
 
Miguel Ángel fue la víctima que resucitó al resto de muertos asesinados en nombre de la nada. Fue la gota que colmó el vaso hasta desbordarlo, y su vil asesinato la unión de un pueblo engañado y dolorido. Su muerte nos abrió los ojos, y nunca más fuimos los mismos.
 
 
Así es que señores, no necesitamos que ustedes que han sentado a sus asesinos en las instituciones, nos pongan una foto o una pancarta en el Ayuntamiento.. El no lo necesita, ni el resto de víctimas tampoco.. No lo necesitamos, porque aún recordamos las turbulentas emociones de aquellas horas y el fatal desenlace.
 
 
Algunos lamentablemente aunque perdonemos, no olvidamos, y mucho menos premiamos las conductas maquiavélicas de quienes nunca han admitido equivocarse, pedir perdón y obrar de buena fe.
 
 
No lo olviden, él y todos vuelven.., vuelven a la memoria porque hay algo más grande que cualquier pancarta, y se llama RECUERDO.

Silvia Gutiérrez Oria

Profesionalmente.., arquitecto de interiores, de pasión creativa , licenciada en sentimientos y emociones. Observadora compulsiva del ser humano, sarcástica de vez en cuando, tímida pero resuelta, y muy intensa.
Disidente de la igualdad, ni con el hombre ni con nadie, somos únicos e irrepetibles. Reivindico mi lado más femenino, el más sensual y creo en el derecho a ser frágil, pasional y romántica con la osadía de un gladiador
Mi vocación principal es ser mujer, una mujer en búsqueda activa de sí misma y de los valores que de verdad importan. "Soy la mujer que piensa..Algún día mis ojos encenderán luciérnagas" (Gioconda Belli)

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1 comentario

  1. Aplaudo este magnífico artículo sobre un sentimiento compartido, y que guardo en mi memoria para siempre.

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