
«Debemos aclarar que Isabel la Católica desde que era niña tuvo una especial querencia por el Evangelio de San Juan, evangelista cuyo símbolo es el águila»
Antes de empezar debemos aclarar que Isabel la Católica desde que era niña tuvo una especial querencia por el Evangelio de San Juan, evangelista cuyo símbolo es el águila, además de una profunda devoción por determinados santos que le acompañaron a lo largo de toda su vida, confortándola y dándole consuelo en los momentos más aciagos de su gobierno y de su vida personal.

Entre ellos San Miguel, Príncipe de la Iglesia; San Gabriel, mensajero celestial; San Juan Bautista, «precursor e pregonero» de nuestro Redentor Jesucristo; los Apóstoles, señaladamente San Juan Evangelista, amado discípulo del Señor, «el Águila caudal y esmerada, a quien sus muy altos misterios e secretos muy altamente reveló, y por su hijo especial a su muy gloriosa Madre dio al tiempo de su santa pasión, encomendando muy conveniblemente la Virgen». Santiago apóstol «Patrón de mis Reinos»; San Francisco de Asís, seráfico confesor, Patriarca de los pobres, «padre otrosí nuestro muy amado y especial abogado»; San Jerónimo, Santo Domingo, «en los cuales y en cada uno de ellos yo tengo especial devoción»; finalmente, Santa María Magdalena, «a quien así mismo yo tengo por mi abogada».

«Isabel usó un sello personal, que se atestigua en 1473 y que data probablemente de 1468, cuando se habría grabado, tras morir su hermano Alfonso de Castilla»
Sería San Juan quien dejaría su impronta en la heráldica de la princesa y luego reina. Antes de la Concordia de Segovia, Isabel usó un sello personal, que se atestigua en 1473 y que data probablemente de 1468, cuando se habría grabado, tras morir su hermano Alfonso de Castilla y quedar ella como pretendiente al trono y, por tanto, princesa de Asturias. Es conocido por el dibujo de Luis de Salazar que presenta un blasón cuartelado de Castilla y León con soporte de águila de San Juan nimbada, que era la divisa personal de Isabel anterior a su proclamación como reina. Este soporte pasó al escudo conjunto de ambos monarcas Isabel y Fernando. En la representación de ese sello figura el epígrafe «Yo la princesa». La divisa del águila sanjuanista nunca aparece, reinando ambos, en las armas de Fernando solo, pues era propia de la reina. Una vez contrajo matrimonio con Fernando impondría el uso del águila de San Juan al escudo conjunto y en el se fundirían los territorios castellanos y aragoneses en un contracuartelado alusivo al lema de «tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando», al que luego se añadiría la granada en la boca del escudo, «entado en punta» según el vocabulario heráldico.

En cuanto al yugo y las flechas recordemos que son los símbolos, badges en la terminología anglosajona, personales y que por la inicial de cada elemento se refiere a cada uno de los monarcas, Y de Ysabel, en el «Yugo», y F de Fernando, en las «Flechas», símbolo este que se asocia con el franquismo y con la Falange, pero cuyo origen es otro como vemos.

«El águila de San Juan estuvo unido siempre a la idea de España y la Hispanidad hasta que la república lo elimina por considerarlo un símbolo religioso»
El águila de San Juan estuvo unido siempre a la idea de España y la Hispanidad hasta que la república lo elimina por considerarlo un símbolo religioso. Franco lo recuperaría haciendo leves variaciones en la colocación de cartela, yugo y flechas. Dicho esto hablemos de águilas «de Franco, franquistas y/o fascistas», adjetivos propios de una incultura delirante, que en realidad son águilas que simbolizan el cristianismo que forjó España y la Hispanidad.

El 20 de noviembre de 1975 fallecía, como todos sabemos el general Francisco Franco, dando fin con su muerte a los 39 años de su gobierno dictatorial, conocido como “franquista”, durante el cual se había usado como escudo nacional uno en el que aparecía el águila de San Juan tomado del empleado por Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, en 1492, y cuyos detalles de diseño habían sido establecidos minuciosamente en 1945.

Dos días después de la muerte del dictador, el 22 de noviembre, don Juan Carlos I era proclamado sucesor a título de Rey, iniciándose un nuevo periodo, que podemos denominar monárquico, o juancarlista según los gustos, pero ya de ninguna manera franquista, para. transcurridos dos años después, precisamente el 21 de enero de 1977 aprobarse por Real Decreto un nuevo modelo de escudo de España, cuyas diferencias con respecto al anterior y que podemos comprobar en las ilustraciones son las siguientes:
– La cinta o cartela en la que leemos el lema UNA GRANDE LIBRE ya no figura detrás de la cabeza del águila, sino que se ubica por encima de la misma.
– En cuanto a las a las alas del águila, si no fijamos un poco, ya no muestran verticalidad con respecto al perfil del escudo de armas, sino que están mucho más abiertas y redondeadas.
– Por lo que se refiere a las columnas con el texto PLUS ULTRA, cambian de posición y ya no están colocadas a ambos lados del águila, sino junto al escudo y refugiadas bajo la protección de las alas.
De esta manera quedaba fijado el primer escudo para el período de monarquía democrática que se abría para España, escudo convertido en «constitucional» tras la aprobación de nuestra carta magna en 1978.

Su diseño guardaba de forma innegable un paralelismo y similitud con el anterior, pero como queda demostrado no era franquista y ni mucho menos inconstitucional, más bien todo lo contrario, pues era el vigente en el momento de su firma y lo seguiría siendo precisamente hasta la aprobación de un nuevo escudo, ya sin el águila, el 5 de octubre de 1981.
«Esta es la historia queramos o no queramos, nos guste o no nos guste, y a pesar de ella no se puede andar jugando, ocultando o cambiándola a gusto del partido gobernante en cada momento»
Queda claro que el escudo que aparece en el ejemplar original de la Constitución, expuesto en el Parlamento Europeo, que se ha pretendido cambiar no sé porqué, era el entonces vigente, y si se sustituyese por el actual se estaría falseando la historia, pues es imposible el hecho de que en el 1978 alguien adivinase cómo sería el escudo de España que se adoptaría tres años más tarde.

Así pues, este breve escudo empleado entre 1977 y 1981, rechazado en su momento por los sectores mas derechistas que se oponían a cualquier cambio, y después por los «demócratas» que ignorantes se han olvidado su historia y existencia, le han maldecido exclusivamente por su parecido con el anterior, sin saber que este fue precisamente su primer escudo adoptado tras el fin del periodo franquista.

Queda claro que ni Franco ni José Antonio inventaron estos símbolos, algo que debería tener claro los histéricos que pretendieron eliminar escudos reales de Isabel y Fernando en Ávila, por ejemplo, creyendo que eran de Franco, cuando además él no eliminó escudos republicanos de tantos otros sitios.

Señores míos, esta es la historia queramos o no queramos, nos guste o no nos guste, y a pesar de ella no se puede andar jugando, ocultando o cambiándola a gusto del partido gobernante en cada momento.

Un repaso magistral.!!