
«Ábalos, el político capaz de borrar las cámaras de Barajas pero quizás no pudo con las que grabaron los del fuego amigo de su vida particular»
Resulta imposible moverse hoy al pairo de las líneas y titulares de política nacional sin recordar los viejos tópicos y frases de la abuela en esta España frente populista promulgada por Sánchez desde la Moncloa en honor de su ombligo.
Y así, esas viejas expresiones de la oveja negra, la del fuego amigo, los enchufes, el nepotismo, el enemigo en casa, la de la verdad os hará libres y hasta la del romanticismo de los perdedores, resurgen con fuerza y nombre propio de apellido marcado ya para la historia de la infamia: Ábalos, el político que pasará a la historia como el «ece homo» capaz de borrar las cámaras de Barajas pero que quizás no pudo con las que protagonizó en su vida particular, en su intimidad, y que a nadie le importan salvo a los del fuego amigo. Y por ello y a su pesar, se convierte en el más potente hilo conductor entre la historia del PSOE y el poder de información, la propaganda y la verdad, y en definitiva protagoniza a su pesar ese nexo de unión entre las cloacas del estado y las cañerías del comunismo que centran su actividad en agarrar a las personas por salva sea sus partes.
«Señalado y no precisamente por los dioses, sino por el fuego amigo, esos que saben de él más, mucho más, de lo que lo que sus neuronas puedan recordar»
Señalado y no precisamente por los dioses, sino por el fuego amigo de los que saben de él más, mucho más, de lo que lo que sus neuronas puedan recordar, Ábalos representa hoy el eslabón perdido entre España y la Pesoe, corrupta empresa política con una una tradición ancestral, un auténtico cordón umbilical que proviene del sánscrito y que, por consideración etimológica, el latín definió con las palabras nepos y nepotis, y en la actualidad definimos como nepotismo, esa realpolitik por la que los traidores al pueblo permanecen y se mantienen en el poder. Uno de los peores vicios del poder que utilizaron los Papas de Roma con sus sobrinos nepotés y ahora ejerce hasta el último de los mindundis gubernamentales con mando en plaza y salario público, claro está, certificado desde la Moncloa.
Y así las cosas en este país de chiringuitos en el que los políticos han convertido a España en en una estadísticas mortal y sin futuro que nos demuestra que cada dos mil trescientos habitantes existe un chiringuito público donde enchufar a nuestros primos y compañeros del alma. Nepotismo fatal que suma 19.675 entidades colgadas del Estado, autonomías, ayuntamientos y diputaciones. Una amalgama de organismos de los que, en muchos casos, se desconoce cuál es su función más allá de que cobren familiares, amigos y seguidores.
Y ahí entre esa marabunta de enchufados que arruina España está, desde hace unos días, el guardaespaldas de Ábalos, que por esa vieja inercia del nepotismo socialista se convierte en nuevo consejero de administración de la empresa pública RENFE Mercancías. Qué no habrá visto, silenciado hasta ahora, y quizás grabado el guardaespaldas de Ábalos.