
«Ábalos ya está en el corredor de la muerte política y su testigo de cargo es el fuego amigo que necesita venderle para ocultar sus delitos de corrupción»
Ábalos ya está en el corredor de la muerte política y su testigo de cargo es el fuego amigo que necesita venderle para ocultar sus delitos de corrupción, prevaricación y ese enchufismo, esencia de los déspotas, que está a apunto de desvelar todas sus falsas coartadas para ostentar el poder.
Resulta imposible hoy sostener que Ábalos no ha mentido ante las cámaras en todas y cada una de sus entrevistas, comparecencias públicas y hasta en sede sede parlamentaria y así, como un mentiroso, pasará a la historia de esta España hoy frente populista liderada por Sánchez desde la Moncloa en honor de su ombligo, su familia y sus fieles amigos. Una España liderada por colleras en la que el peso del poder descansa en el nepotismo y los bolsillos agradecidos.
Ábalos es ya un vendido más por los suyos que no tendrá la suerte de ser testigo protegido por saber demasiado. Sus correligionarios han borrado, pero no en su ayuda, sino en descarado beneficio propio, las cámaras de Barajas a la vez que le mandaban por mensajero privado una copia de las grabaciones de los momentos estelares de su su vida particular, en su intimidad, y que a nadie importan salvo a los del fuego amigo. Y ahí en esas pruebas de cargo subyace no solo la corrupción. Se trata de una contundente muestra del poderío de las cloacas del estado y las cañerías del comunismo que centran su actividad en agarrar a las personas por salva sea sus partes. Papeles, audios y vídeos en las que solo se muestra un protagonista y, claro está, se obvia ese potente hilo conductor entre la historia del PSOE y el poder de información, la propaganda y la verdad.
«Señalado y no precisamente por los dioses, sino por el fuego amigo, esos que saben de él más, mucho más, de lo que lo que sus neuronas puedan recordar»
Y así está, prisionero de los suyos, el señor Ábalos. Señalado y no precisamente por los dioses, sino por los que saben de él más, mucho más, de lo que lo que sus neuronas puedan recordar. El todavía ministro representa hoy por tanto el eslabón perdido entre España y la Pesoe, corrupta empresa política con una una tradición ancestral, un auténtico cordón umbilical que proviene del sánscrito y que, por consideración etimológica, en la actualidad definimos como nepotismo, esa realpolitik por la que los traidores al pueblo permanecen y se mantienen en el poder. Uno de los peores vicios del poder que utilizaron los Papas de Roma con sus sobrinos nepotés y ahora ejerce hasta el último de los mindundis gubernamentales con mando en plaza y salario público, claro está, certificado desde la Moncloa. Y para muestra la número dos de Pablo Iglesias, la señora Ione Belarra de la que hoy conocemos que ha enchufado a su pareja en el Congreso de los Diputados.
Y así las cosas en este país de chiringuitos en el que los políticos han convertido a España en en una estadística mortal y sin futuro que nos demuestra que cada dos mil trescientos habitantes existe un chiringuito público donde enchufar a nuestros primos y compañeros del alma. Nepotismo fatal que suma 19.675 entidades colgadas del Estado, autonomías, ayuntamientos y diputaciones. Una amalgama de organismos de los que, en muchos casos, se desconoce cuál es su función más allá de que cobren familiares, amigos y seguidores. Todos grabados, fichados y felices hasta que las cloacas quieran.
Y ahí entre esa marabunta de enchufados que arruina España está, desde hace unos días, el guardaespaldas de Ábalos, que por esa vieja inercia del nepotismo socialista se convierte en nuevo consejero de administración de la empresa pública RENFE Mercancías. Qué no habrá visto, silenciado hasta ahora, y quizás grabado el guardaespaldas de Ábalos, del que ya sabemos que también estuvo de cuerpo y voluntad presentes en esa noche en la que Ábalos paseó a Miss Delcy, la tirana, por España.
Mi aplauso a cada uno de tus artículos
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