Desde el autoaislamiento por la ineptitud que negó la pandemia y aquí la tenemos. Por José Crespo

«Desde el autoaislamiento por la ineptitud que negó la epidemia, negó la pandemia y aquí la tenemos»
Desde el autoaislamiento a causa del egoísmo, la psicopatía y la ineptitud que negó la epidemia, negó la pandemia y aquí la tenemos.¿En qué manos estamos? Me llegan noticias de un amigo sobre información recibida desde China. Por el momento no hay tratamiento ni vacuna. Deben de mantenerse las medidas de seguridad sanitaria recomendadas. De nada sirve haber llenado en carro hasta reventar si luego, y lo veo desde mi ventana junto a un parque infantil, los padres en animada charla están comentando lo que han gastado en el súper mientras una tropilla de niños juguetea, corre, intercambia patinetes, bicicletas y juegan fútbol o basket.
Ayer veía atónito cómo la Plaza Mayor de Madrid o la Dehesa de la Villa estaban hasta los topes de gente departiendo vacacional y despreocupada. Este amigo leía una noticia recomendando la ingesta de la mayor cantidad de vitamina C.

«Yo humildemente, si puede ayudar, cuento mi experiencia que recomiendo a la vez que escudriñen sobre las propiedades del zumo de limón»
Yo humildemente, si puede ayudar, cuento mi experiencia que recomiendo a la vez que escudriñen sobre las propiedades del zumo de limón. Desde hace ya diez años, y no he tenido ni un resfriado durante este tiempo, tomo nada más levantarme el zumo de un limón diluido en un vaso de agua con la rayadura de la cáscara de medio limón. Tengo en una bolsa en el congelador todas las medias cáscaras de limón y cada mañana nada más levantarme saco una y rayo la cáscara pasados 5 minutos y le añado el zumo y el agua seguidamente.

«También quiero dejar patente mi desconfianza ante un Sistema Sanitario fraccionado en 17 republiquetas, un lastre que solo dificulta la gestión y el desastre que supone la organización autonómica»
Es interesante también tomar agua caliente con una rodaja de limón. Ahí lo dejo por si puede ayudar. Un abrazo a todos. También quiero dejar patente mi desconfianza ante un Sistema Sanitario fraccionado en 17 republiquetas, un lastre que solo dificulta la gestión y el desastre que supone la organización autonómica. Lo que no se entiende es que no hayan aplicado todavía la parte sanitaria del Plan General de Defensa Nacional para centralizar, coordinar e implantar acciones en toda España. Estamos más descoordinados de lo que creemos. Creo y a las pruebas me remito que cada uno va a su puñetera «bola».