Homenaje a Fernando Savater, los caballos, la infancia recuperada y mi Cacharrería mental. Por Manuel Artero

«Por eso hoy, queridos lectores, les hablo de mi cacharrería mental como propuesta estética y económica basada en el intercambio cultural»

Recuerdo gracias al recuerdo del maestro Fernando Savater una frase célebre que tenía olvidada y que lo viejos reporteros atribuimos a un colega norteamericano especializado en deportes. Dice así: «Muchas personas nunca entenderán que de vez en cuando uno debe dejar de lado las cuestiones de vida y muerte y dedicarse a algo mas importante«. Por eso hoy, queridos lectores, les hablo de mi cacharrería mental como propuesta estética y económica basada en el intercambio cultural.

Recuerdo la cita, y la filosofía que la sustenta, gracias a la relectura de «El juego de los caballos», unas páginas consideras por la crítica tan especializada como inoportuna, de menores por subjetivas, del mencionado filósofo Savater, al que entrevisté varias veces durante el ejercicio de mi viejo oficio del periodismo.

Nunca olvidaré las palabras que me dedicó en el la suite «Mata Hari» del hotel Londres en San Sebastián, donde me habló de la espía mítica y sus fotos que decoran la estancia decorada en verde manzana y de su libro «La infancia recuperada» del que yo le había llevado un ejemplar para que me lo dedicara y es que, como siempre pasa en el periodismo, los «off the records» dejan mas poso que las declaraciones oficiales.

Su frase, que quizás, entonces no entendí como lo hago ahora aupado por el cuarteto para cuerda  op. 60 número uno, una delicia de papá Hayden, decía así: «En las carreras de caballos, como en la fiesta de los toros, o en esa lectura de los clásicos, lo que no es leyenda es vulgaridad, o compás de espera hasta que se manifiesta la figura mítica. El rito fragua la cotidianidad de lo maravilloso…, El ritual de la belleza.«

Resumiendo que, a partir de hoy, me dedico a divulgar mi cacharrería mental. Esas palabras, frases, objetos que están soldados a mi alma de una manera especial. Tanto que son  mas importantes que las cuestiones de vida o muerte que tampoco desatenderé, claro está.