Cayetana Álvarez de Toledo, la fundamental capacidad de defender los postulados sin complejos. Por Rafael Gómez de Marcos

«La clave no es la moderación o la radicalización del PP. Lo fundamental es la capacidad para defender sus postulados sin complejos»
A Pablo Iglesias le temblaban las canillas cada vez que tenía que responder en el Congreso a la diputada Cayetana Álvarez de Toledo, porque no tenía el complejo de la derecha, que en su origen procede de la aparente superioridad moral de la izquierda. Porque decía las cosas claras, y parecía no importarle la corrección política.
La sonrisa de Pablo Iglesias condescendiente ante los ataques retóricos en el Congreso desaparecía frente a Cayetana y su rostro se transformaba en todo un poema. Sabía que Cayetana no se iba a amilanar, lo expresaba claramente con su estilo altivo y llano en la expresión, en la pose, y con su lenguaje no verbal transmitiendo superioridad en ataques directos al comunismo que camufla Podemos tras su nombre de esperanza para bienintencionados e incautos.
A algunos sectores del PP parece que no les hacía mucha gracia. A Pablo Iglesias, menos. Y qué decir de Carmen Calvo, que parecía querer desaparecer cada vez que tenía que responder a Cayetana. La afirmación que realizaba Cayetana Álvarez de Toledo este martes, en su entrevista en El Mundo, es demoledora: “El centro no es el punto medio entre la libertad y la sumisión, es la radical defensa del ciudadano, la militante defensa de nuestro orden constitucional frente a sus impugnadores. La nuestra no es una democracia militante. Con más motivo debemos ser militantes de la democracia”.
La clave no es la moderación o la radicalización del PP. Lo fundamental es la capacidad para defender sus postulados sin complejos.