En los hormigueros todo funciona como un reloj, mientras la reina siga al frente. Por Rodolfo Arévalo

En los hormigueros todo funciona como un reloj, mientras la reina siga al frente. Ilustración de Tano, Pig y Napo
En los hormigueros todo funciona como un reloj, mientras la reina siga al frente. Ilustración de Tano, Pig y Napo

«En los hormigueros, todo funciona como un reloj. Es verdad que puede haber bajas entre las hormigas, hormigos y hormigues, pero  todo seguirá adelante mientras la reina siga al frente»

En los hormigueros, todo funciona de vicio, como un reloj. Es verdad que puede haber bajas entre las hormigas, hormigos y hormigues, pero descuiden, todo seguirá adelante como un mecanismo de reloj Suizo recién reparado, y desde luego no perderán el tiempo usando tres palabras iguales con distintos géneros, en su caso no serán palabras, serán toques de antena, anteno y antene. Hay una sustancia química que mantiene unido al hormiguero. Es necesaria esa sustancia, porque el propio hormiguero es un único animal, cada hormiga digamos que es solo un apéndice del cuerpo general hormiguero.

De hecho, todos los integrantes del animal “grupo hormiguero” son individuos aploides, salvo la reina y en su momento los machos que nacen para fecundarla, que son diploides. El resto de individuos solo portan la mitad de la dotación genética del grupo. Esto sería el paraíso de las feministas radicales, suponiendo que el término hormiga se refiera a hembra y no a macho, aunque vaya usted a saber en insectolandia a qué corresponde.

Desde luego a la reina creo que le gustaría estar rodeada de hormigas bien machistas para que la defiendan. Esto que podría parecer ciencia ficción es el pan de cada día entre muchos grupos de insectos aquí en la Tierra. Algo así parece estar pasando en las sociedades actuales de la humanidad, pero con agravantes. Los humanos, todos, tenemos dotación genética diploide, o sea cada individuo, cada uno de nosotros, no necesita del grupo para seguir unido, pero si que somos animales sociales por lo que sí tenemos una cierta organización. Luego, no parece que nosotros los humanos necesitemos ninguna feromona o sustancia que nos dé unidad.

Esto es cierto para todos nosotros, animales que tenemos la gran suerte de pensar y reflexionar sobre nosotros mismos y sobre lo que nos rodea, por suerte o por desgracia, que en esto es mejor no entrar. La dotación cerebral, la nuestra, está conformada por las neuronas, las células gliales y las reacciones quimio eléctricas que generan las sinapsis.

Lamentablemente el nivel intelectual o cociente de inteligencia que al parecer se debe en gran parte a la cantidad de estas células, no es en absoluto igual para todo el género Homo, de manera que aunque todos pertenecen al grupo Homo Sapiens, no todos son igual de inteligentes. Bueno, miento, si lo son si nos referimos a una inteligencia de supervivencia, porque sino la naturaleza los habría exterminado. Pero no todos pueden discernir sobre asuntos complejos y tampoco todos pueden tener una conversación que, relacionando temas diversos y lejanamente relacionados puedan engrosar el valor del asunto desde un punto de vista tanto técnico como creativo.

La inteligencia, que en el caso de las hormigas no es necesaria para tener aglutinados al ser vivo hormiguero, si lo es para mantener agrupado y disciplinado bajo un gobierno al pueblo humano. La sustancia que permite eso se llama poder, jerarquía, que puede ser impuesto por coacciones y amenazas o por consenso, es decir democráticamente bajo los dictados de un acuerdo de todos los que hemos votado lo que llamamos constitución.

De poco sirve haber llegado al pacto de obedecer esta especie de feromona de unidad “Constitución” si mucha gente no quiere tener nada o poco en común con otros. Lo que para las hormigas, no requiere ningún mando, para los seres humanos sí requiere al menos unas guías, que en las democracias están repartidas entre el poder Ejecutivo, el poder Legislativo y el Judicial. Ningún poder puede interferir en los otros, esto es necesario para mantener el rigor de estabilidad, para evitar abusos de unos sobre otros poderes e individuos.

Lamentablemente estos días estamos viendo, como por intereses particulares de un Presidente de gobierno, se ha lanzado sobre esos tres poderes, sustancias políticas que pretenden aislarlos y someterlos bajo el mando de un solo individuo, aconsejado inteligente y retorcidamente por un asesor que dice que se tiraría a un precipicio detrás de su jefe. Conviene recordar que esto se parece tremendamente a poseer feromonas. ¿Estaremos dirigidos por hormigas?

Todas las veces que la humanidad ha sucumbido a alguna forma de dictadura ha sido causada por una especie de locura colectiva que se parecería mucho a una llamada química del centro del hormiguero, o sea la reina, así que pueblo (plano de pueblo engañado sesteando) informaros bien sobre lo que se nos está vendiendo sobre algunas cesiones al independentismo, como contrapartida a la petición de mantener al gobierno en el mando de España y que, desde luego, no duraría mucho en caso de que no tomara una decisión positiva en cuanto a permitir la determinación del Cataluña. Por eso la pregunta es la del chiste “¿Qué prefieres susto o muerte?”, en cualquiera de los dos casos estamos bien jo… eso.

Y ahora repitan conmigo: En los hormigueros, todo funciona de vicio, como un reloj. Es verdad que puede haber bajas entre las hormigas, hormigos y hormigues, pero descuiden, todo seguirá adelante como un mecanismo de reloj Suizo recién reparado, mientras la “reina” siga al frente. Ja te tú.

Rodolfo Arévalo

Nací en Marsella ( Francia ) en 1954. Viví en diversos países debido a los destinos que tuvo mi padre ( diplomático ). Estudié en colegios franceses hasta la edad de 12 años. Estudié bachillerato y COU en el colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid. Estudié música en el Real conservatorio de música de Madrid, formé parte y pertenecí a varios grupos musicales entre ellos “ Los Lobos “. Creé varios grupos musicales de Pop Rock. Toco el bajo y compongo canciones, música y letra. Estudié Fotografía general y publicitaria, diplomatura (dos años) de cinematografía e Imagen y sonido equivalente a Técnico Superior de Imagen y Sonido. Soy socio Numerario de la SGAE desde el 1978. Pertenezco a la Academia de Televisión. Soy un gran lector de libros de ensayo, divulgación y de vez en cuando novela. En el año 1985 Ingresé por concurso oposición a TVE. Fui ayudante de realización y realizador. En el año 2009 me pre jubilaron muy a mi pesar. En la actualidad estudio programas de tratamiento de imagen. He escrito varios guiones de cortometraje y realizado el que se llamó “ Incomunicado “, tengo otros en proyecto. Soy muy crítico conmigo mismo y con lo que me rodea. Soy autor de las novelas “El Bosque de Euxido” y "Esclavo Siglo XXI publicadas en Ediciones Atlantis. También me gusta escribir prosa poética. Me he propuesto seguir escribiendo novela.

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