
¡BUENOS DÍAS!
El hiperrealismo vuelve por sus fueros a este pequeño rincón con la increíble obra de Carlos Rivero (Madrid 1928), con un impresionante curriculum que ocuparía todo nuestro espacio de hoy, de modo que nos limitaremos a decir que, desde muy niño, Rivero dibujaba y pintaba, recibiendo las primeras orientaciones de su padre Carlos Rivero, un gran dibujante y orfebre, discípulo del insigne pintor Marceliano Santamaría y de Juan José García, algunas de cuyas obras figuran en el museo de Artes Decorativas de Madrid.

Entrenado por su padre, que en este momento es el director artístico de la grabación en relieve y grabado, empieza a trabajar como platero para Luis Espuñes, Inc. en Madrid. Oficio que compatibilizaría con su pasión por la pintura. El pintor, escultor y orfebre Castrosanz se convertirá en su mentor.

Rivero destaca en el ejercicio del diseño al servicio de la joyería madrileña de Hernández Galindo Jewelers, Inc. Comienza a estudiar con su mentor, Santosanz, con el que se inicia por primera vez en la pintura al óleo. En 1951, pinta sus primeros retratos y sus primeros paisajes y bodegones.

Refuerza su aprendizaje con clases de dibujo «al natural» y composición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Más adelante, casado ya, Rivero vende su negocio de joyería y se dedica exclusivamente a la pintura, con una sucesión interminable de exposiciones dentro y fuera del país y un sin fin de reconocimientos y premios.
Demetrio Reigada (1950-2014)