
“Hoy escuchaba frases de pésame, en el diario televisivo y solo deseo que no haya sufrido y que Dios la perdone por el brutal recuerdo que deja”
Hoy, de nuevo, escuchaba frases de pésame, en el diario televisivo, incluidas la del mentiroso mayor del reino, pero yo no siento pena. Solo deseo que no haya sufrido y que Dios la perdone por el brutal recuerdo que deja. Esta persona de filia comunista hablaba frívolamente de violaciones durante la guerra civil, esa que quieren reeditar como puñalada a la Transición.
Recuerdo el 24 de noviembre de 2008 cuando esa escritora publicó una columna en el panfleto gubernamental El País, mofándose sin rubor de una monja violada por los rojos: “¿Imaginan el goce que sentiría al caer en manos de una patrulla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmm!- sudorosos?”, escribió, la misma que además presumía de feminista. También arremetió contra los que defendían, para que no se demoliera, la Cruz de Callosa de Segura erigida en memoria de los 81 asesinatos cometidos por el Frente Popular, acusándoles de no tener vergüenza.
Esta ardorosa defensora del Frente Popular tiene un curioso currículum pues ya en 2007, en una rueda de prensa, Almudena Grandes dijo que cada mañana “fusilaría” a dos o tres voces que le “sacan de quicio en la radio“, refiriéndose a periodistas de la derecha. Declaraciones por las que jamás pidió perdón la escritora.
Cinco años más tarde, en 2012, y refiriéndose a la masacre de miles de personas cometida en Paracuellos en 1936, para Grandes es simplemente un llamativo ejemplo de “una anomalía histórica y moral, la equiparación sistemática de los golpistas que desencadenaron una guerra civil con los defensores de la legalidad constituida, que no hemos logrado superar todavía” Esa es Almudena Grandes. Que Dios la perdone.
Estoy con Crespo.