¡Nos vamos de vacaciones! Por Francisco Gómez Valencia

La procesión va por dentro con el deposito lleno

«¡Nos vamos de vacaciones! La procesión va por dentro con el deposito lleno y todos juntos ayudaremos para que la levantá sea histórica»

Como diría el Gran Alfonso Ussía: Mónica y Matías ya han anunciado oficialmente el comienzo de las vacaciones de semana Santa 2022.

Esta buena nueva, -señoras y señores-: ha venido precedida de la pertinente refriega por la manera de referirse a ellas y por ese motivo todavía resuenan ciertos “gilipollismos” desde el Parlamento Andaluz, ya que el presidente de Andalucía tuvo a bien referirse al periodo vacacional como “las fiestas de la primavera”, pareciendo más un guiño marketiniano por la terminología habitualmente utilizada por El Corte Inglés que un deseo veraz.

La presentación de la campaña, se tuvo a bien realizar con la suficiente previsión en el tiempo, es decir, como todas las anunciaciones de este tipo, vacías de contenido novedoso y a buen coste. La promoción turística desde las instituciones públicas, cada vez se atisban más como una forma de invertir recursos públicos bien encaminada a revertirlos en riqueza, empleo y bienestar sirviendo para engrosar el PIB regional, por lo que es lógico ver a los presidentes autonómicos y alcaldes más representativos vender sus localidades con ansia y efusividad y hasta si me apuran, ataviados de nazarenos.

Lo curioso fue la comprobación de como desde el partido patriota criticaron dicha denominación laica del momento de reflexión y redención cristiana, cuando ellos mismos acudieron al acto de presentación y no dijeron “ni mu”. Por si fuera poco uno de los cachorrillos del “necesario engendro verde”, en el Parlamento de Cataluña, también se vino arriba y felicitó al personal la Semana Santa con cierto tono navideño, lo cual desató la imaginación de tantos y tantos puristas que criticaron el hecho en sí mismo y especialmente el fervor con el que se plantó en la tribuna para hacerlo, cuando según algunos no procede.

Personalidades vacías de contenido y sin interés mediático -por su carácter insípido y su gastado protagonismo trasnochado-, como el expolítico Borja Semper, corrieron a verter sus críticas sobe lo sucedido pues consideran apropiado destacar la laicidad del Estado y echar por tierra la defensa a ultranza de las tradiciones españolas.

Lógicamente “para gustos los colores”, e imagino: que no será la defensa de la tradición religiosa la que lo movió a saltar como un resorte, sino ante la posibilidad de mostrar al nuevo jefe: “que seguimos ahí, al pie del cañón” (que la vida de consultor a la caza de fondos europeos está muy jodida), defendiendo la idiotez y la simpleza, con tal de tratar de sumar un punto dejando en feo a los patriotas de Abascal.

Lo curioso en estos casos ha sido comprobar la reacción institucional por parte de los conservadores demostrándose la verdad, es decir, que no ha sido para tanto y que teniendo en cuenta que ahora “comparten peras” en Castilla y León, las refriegas entre ambas formaciones solo deben quedar de momento y hasta mejor ver en pellizquitos de monja, más bien llevados a cabo seguramente por la envidia que por el asco innato.

Queridos míos: no se dejen llevar por los bocazas oficialistas de uno y otro bando, los cuales en estos tiempos de sublime paz entre ambas formaciones, solo pretenderán desenterrar el hacha de guerra por las redes sociales y las aburridas tertulias con una única finalidad: la de calentar artificialmente el cotarro pues me chivan de buena fuente; que la “entente cordiale” va bien pese a las diferencias de siempre, porque nos vamos de vacaciones.

Por lo tanto fricciones las justas, y mucha redención, advocación, y bacalao que todo se cura con un buen potaje de garbanzos, aun cuando al caer el palio de terciopelo, a alguno se le escape un cuesco que haga temblar hasta la canastilla y la candelaria. Todos cofrades, y capataces, costaleros y portadores de la Cruz de Guía, “chitón en boca” durante las estaciones de penitencia luciendo los estandartes, los capirotes, el cíngulo, los cirios, los escudos y los guiones a las órdenes del nuevo hermano mayor. Tiempo al tiempo que de momento no hay ni prisa ni necesidad de alardear de insignias, pues todos juntos ayudaremos para que la “levantá”, sea histórica.

Detrás los nazarenos manteniendo la marcha a golpe de redoble de tambor dando calor al paso con sus penitentes al frente, bien identificados para que no se nos despisten para tratar de parecer más de lo que son, pues prioste solo puede ser uno y el que más aporte lo será. Los demás: a escuchar saetas hasta la “madrugá” bien ataviados con doble calcetín, siguiendo el paso hasta el final.

Francisco G. Valencia

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid en 1994 por lo tanto, Politólogo de profesión. Colaboro como Analista Político en medios radiofónicos y como Articulista de Opinión Política en diversos medios de prensa digital. De ideología caótica aunque siempre inclinado a la diestra con tintes de católico cultural poco comprometido, siento especialmente como España se descompone ante mis ojos sin poder hacer nada y me rebelo ante mí mismo y me arranco a escribir y a hablar donde puedo y me dejan tratando de explicar de una forma fácil y pragmática porque suceden las cosas y como deberíamos cambiar, para frenar el desastre según lo aprendido históricamente gracias a la Ciencia Política... Aspirante a disidente profesional, incluso displicente y apático a veces ante la perfección demostrada por los demás. Ausente de empatía con la mala educación y la incultura mediática premeditada como forma de ejercer el poder, ante la cual práctico la pedagogía inductiva, en vez de el convencimiento deductivo para llegar al meollo del asunto, que es simple y llanamente hacer que no nos demos cuenta de nuestra absoluta idiotez, mientras que la aceptamos con resignación.

Artículos recomendados

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: