La «utilidad» de unos inútiles y Real Madrid, 14 – PSG, 0. Por Antonio De la Torre

La «utilidad» de unos inútiles y Real Madrid, 14 – PSG, 0.

«Los franceses ni siquiera supieron controlar los accesos al estadio, atracos incluidos, así que muchos deberían leer lo que dijo su Presidente»

Difícil es hoy abstraerse de la nueva conquista deportiva de París –la tercera–, que volvió a hacer el sábado el Real Madrid, y más, como madridista confeso que ha vivido, de una u otra manera, las 14 Copas de Europa o Champions League, como se llama desde 1992 a la competición de clubes más prestigiosa del mundo. Pero vamos por partes, porque el guion estaba hecho, y al final dedicaré unas líneas y ciertas puntualizaciones a la proeza.

Como ya es habitual, la semana estuvo cargada de noticias y despropósitos, algo a lo que ya estamos acostumbrados después de los esperpentos de estos últimos cuatro años –antes también los hubo, que conste, pero tal vez no tantos, ni tan seguidos y chocantes y, de “aquellos polvos…”–.

Por respetar el orden cronológico, recordaré que el lunes 23, se cumplían 40 años de las primeras elecciones autonómicas en Andalucía, aquellas que ganó Rafael Escuredo, compañero de fatigas, y, creo, de despacho laboralista, de Felipe González, con un 52% de los votos emitidos y 66 escaños. Era 1982 y todavía quedaban 8 años para que llegara Manuel Chaves, hoy condenado en firme a 9 años de inhabilitación, y 27 para que lo hiciera su sucesor, José Antonio Griñán, igualmente condenado en firme, en este caso a 6 años de prisión y 15 de inhabilitación absoluta. Ambos, presidentes del partido que presumía de “100 años de honradez”, cuya realidad se resume en 143 años de antigüedad, la mitad desaparecidos, y la otra mitad de triste recuerdo, cargada de golpes de Estado, latrocinios, corrupción, abusos y alianzas con los enemigos de España. ¡Para presumir!

El martes se supo que la Sección Quinta de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo, admitió a trámite los recursos contra los indultos de PP y VOX, algunos diputados del PP y Ciudadanos, a título personal y varias asociaciones, lo que añade más tensión con los socios de ERC, ya fuerte por las investigaciones a 60 colegas independentistas, que sacó a relucir el software Pegasus. La respuesta de la “portacoz” del desgobierno, Isabel Rodríguez, no se hizo esperar: “Por supuesto que el gobierno defiende la legalidad de todas sus actuaciones y…, en el caso… de los indultos, no solamente la legalidad, sino la –pausa nerviosa para ganar segundos– utilidad. La utilidad en aras a la convivencia y a la recuperación de la normalidad en Cataluña”. La pregunta, retórica por supuesto, sería ¿utilidad para quién? Tal vez, en el Falcon esté la respuesta.

Vino después el regalito al socio Frankenstein, con el indulto “parcial” a una tal María Sevilla, otra madre acusadora en falso de su marido y, además, secuestradora del hijo, encerrado durante dos años, y que, para más inri, era presidente de la asociación Infancia Libre. Pero como es de la pandilla, se la indulta, y la ministra de Igual-da, Irene Montero, llamándola “madre protectora”, lo vende como “otra nueva victoria de las feministas”.

Continuó también el esperpento de las filtraciones de los móviles del “presimiente PinócHEZ” y de algunos de sus “ministres” que, en esta ocasión, se tradujo en una acusación al CNI y al juez supervisor del Supremo. Una muestra más de la indecencia de este individuo, que no se entera de que la responsabilidad es indelegable, porque el CNI no es un Organismo autónomo, como quiso dar a entender, sino que depende del Ministerio de Defensa y, éste, de él. Resultado, indignación en el CNI y en el TS, pero a este personaje le da igual ocho que ochenta, mientras siga en Moncloa. Y rizó el rizo, en la sesión de control sobre el espionaje, en una respuesta a las CUP: “Ustedes, que vuelven a decir que lo volverán a hacer y demás, que yo respeto, lógicamente, porque usted sobre la tribuna puede ‘vertir’ (sic) y, ante el murmullo del hemicirco, continúa: “sí, puede ‘vertir’ –insiste, demostrando que no fue un lapsus, sino pura ignorancia de que el verbo es verter–, las opiniones que quiera, claro que sí”. No contento del todo, se quiso “lucir” un poco más y añadió: “yo lo puedo compartir –lo dijo así, en otra muestra de su “dominio» del español o de que lo traicionó el subconsciente, más probable–, pero lo debo respetar porque somos demócratas, señoría”. O sea, que puede “compartir” y debe “respetar”, que “volverán a hacer” el golpe de Estado de Octubre de 2017 (y de Octubre de 1934) –parece que la llegada del Otoño, ‘pone’ al independentismo–.

Se aprobó el jueves la conocida como ley del “sí es sí”, el triunfo de una cajera de supermercado que demostró que sus seis meses de “experiencia” acumulada en esa alta “responsabilidad gestora”, la enseñaron a vivir –muy bien por cierto– de la caja pública, que a eso se acostumbra uno pronto y, mientras más incompetente se sea, antes. O sea que, a partir de ahora, habrá que levantar acta notarial si, después de las copas, se pasa a mayores, porque si tras el primer sí, la “consentidora” cambia de opinión y dice no, el ocasional amante pasa a violador y puede ser acusado de tal, cayendo la prueba de su inocencia en el frustrado, porque la “palabra de diosa” prevalece, aún más, con esta reforma. Y es que, aunque el que “legisla” es el poder legislativo, al estar manejado por el ejecutivo, queda prostituido. Lo cual, junto a la posibilidad de interpretación de las leyes, muchas aprobadas de aquella manera, da juego para que algún “juez para la memocracia” encuentre vericuetos para favorecer al victimismo y condenar al, siempre incauto, que se deja atrapar por el “sexo débil”.

La última, creo, fue la aprobación de la ley audiovisual, que ERC y Podemos votaron NO y en la que el PP se abstuvo. Me gustaría que explicaran si formaba parte de su penosa forma de entender la comunicación, que deja los medios, cada vez más, en manos de la izquierda que, por cierto, parece haber terminado de conquistar el diario El Mundo. La ley produjo un cabreo generalizado de la flor y nata del mundo del cine, que publicó un documento con esta nota: “Esa ley supone la sentencia de muerte para la industria audiovisual española, tal y como la conocemos”. Mientras, en su realidad paralela, la ministra del ramo, Pilar Alegría, decía al respecto: “una vez más, demostramos el apoyo –creo que, “el control”, hubiera sido más apropiado– que el gobierno tiene sobre el sector del cine”.

Con lo dicho hasta ahora, me parece oportuno recordar la conocida frase de Francisco de Ayala: “La incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor es el poder del incompetente”, que lo son hasta decir basta, además de inútiles, y tienen demasiado poder con el B.O.E. Aunque cada vez está más claro el nerviosismo de este ejecutivo, que llevó a su primer ministro a reunirlo para soltar otra boutade más: “Este es un supergobierno de coalición progresista, que goza de muy buena salud”. Y, por si era poco, la remató expresando el “agradecimiento y el orgullo que tengo, como presidente del gobierno, del equipazo que tengo”, para rematar con “a todos, ministros y ministras –le faltó decir “ministres” –, gracias por vuestro trabajo”.

También el sábado, en Huesca, se volvió a celebrar el Día de las Fuerzas Armadas, que presidió el Rey Felipe VI, y en el que el desgobierno estuvo representado por la ministra del ramo, Margarita Robles, cuyo apellido parece venirle grande, iría sobrada con “junco”, dócil siempre a la “corriente” sanchista. Recibió una pequeña muestra del “cariño” que despierta, con un discreto rechazo popular. En cualquier caso, nada, al lado del abucheo que hubiera recibido Mr. Falconeti, al que los servicios de seguridad de Moncloa aconsejan no aparecer en público, fuera de mítines de los suyos, claro, en los que puede proclamar las “excelencias” del gran gobierno que tiene y la “categoría” de su “equipazo”, como decía en el párrafo anterior. Ya veremos después de las próximas elecciones autonómicas andaluzas.

Bien calado lo tiene el nuevo Presidente del Partido Popular que, en su primera reunión al frente de los tres grupos parlamentarios del partido, Congreso, Senado y Europeo, dejó este recadito: “El partido sanchista nos pide apoyo como principal partido de la oposición, pero luego no pierde la oportunidad de insultarnos. Dice que quiere hablar con el PP, pero luego lo pacta todo con independentistas. Pregunto, con sinceridad, ¿en qué momento se convirtió la política en este teatro? ¿Y, de verdad tenemos que participar en este teatro? Yo, os respondo, conmigo que no cuenten”. Y voy yo con otra pregunta a Núñez Feijóo: ¿por qué se abstienen entonces en una propuesta de ley socialcomunista, que los podemitas votan no, y el PSOE salva por esa abstención?

Recojo ahora algo que me llega como un discurso del reelegido Presidente de la República Francesa, Enmanuel Macron, que se enfrentó en una votación con políticos de izquierda, similares a los nuestros –impensable en nuestro doctor Plagio cum Fraude–:

«Hoy hemos derrotado la frivolidad y la hipocresía de los intelectuales progresistas. De esos que el pensamiento único es el del que todo lo sabe, y que condena la política mientras la practica. Desde hoy, no permitiremos mercantilizar un mundo en el que no quede lugar para la cultura: Desde 1968 no se podía hablar de moral. Nos impusieron el relativismo: la idea de que todo es igual, lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, que el alumno vale tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no traumatizar a los malos estudiantes.Nos hicieron creer que la víctima cuenta menos que el delincuente. Que la autoridad estaba muerta, que las buenas maneras habían terminado, que no había nada sagrado, nada admirable. El slogan era VIVIR SIN OBLIGACIONES Y GOZAR SIN TRABAS… Quisieron terminar con la escuela de excelencia y del civismo. Asesinaron los escrúpulos y la ética. Una izquierda hipócrita que permitía indemnizaciones millonarias a los grandes directivos y el triunfo del depredador sobre el emprendedor. Esa izquierda está en la política, en los medios de comunicación, en la economía. Le ha tomado el gusto al poder. La crisis de la cultura del trabajo es una crisis moral. Hay que rehabilitar la cultura del trabajo. Dejaron sin poder a las fuerzas del orden y crearon una frase: se ha abierto una fosa entre la policía y la juventud: los vándalos son buenos y la policía es mala. Como si la sociedad fuera siempre culpable y el delincuente inocente. Defienden los servicios públicos, pero jamás usan transporte colectivo. Aman mucho a la escuela pública pero mandan a sus hijos a colegios privados. Adoran la periferia pero jamás viven en ella. Firman peticiones cuando se expulsa a algún invasor, pero no aceptan que se instalen en su casa. Son esos que han renunciado al mérito y al esfuerzo y que atizan el odio a la familia, a la sociedad y a la república. Y con el mayor descaro se lucran de los bienes del Estado, y montan hasta negocios con el dinero mal habido a la vista de todos de la manera más cínica. Hoy debemos volver a los antiguos valores del respeto, de la educación, de la cultura y de las obligaciones, antes que los derechos. Estos se ganan haciendo valer y respetar los anteriores”. ¿Verdad que nos suena casi todo?

Es cierto que, después de lo visto en la tarde y noche de ayer en París, en los prolegómenos de la decimoséptima final europea que disputaba el Real Madrid, y con ello vuelvo al principio, tampoco Francia está para tirar cohetes, fuera de los fuegos artificiales del festejo. El partido empezó tarde y mal, por la cuestionable organización de los “perfectos” franceses, que ni siquiera supieron controlar los accesos al estadio, atracos incluidos, así que muchos deberían leer lo que dijo su Presidente.

Termino, con mi pequeño homenaje a mi equipo de siempre, ese gran Real Madrid del que he podido ver sus catorce triunfos europeos desde aquel primero de 1956, también en Paris, por cierto, con derrota de 4-3 al Stade de Reims. Como decía Florentino Pérez en la madrugada del domingo a una pregunta de Josep Pedrerol sobre que “se había conseguido la 14ª”: “Es la que, habitualmente, sigue a la 13ª”. Nada menos que 14 victorias de 17 finales jugadas, el 82’35%.

Por su parte, Carlo Ancelotti, la voz de la experiencia, y entrenador con más copas de Europa en su haber, cuatro, dos con el Real Madrid, dejaba muy claro que “No se puede decir que no al Real Madrid”. Que tome nota Kylian MBappé, al que dediqué mi último artículo, por lo que no me voy a extender ni a repetir. Espero que se cumpla en él lo que decía George Bernard Shaw:la juventud es una enfermedad que se cura con los años”, aunque me temo que perdió una gran oportunidad. Tal vez, este muchacho será el más rico del fútbol francés o del mundo, pero no cumplió, o no le dejaron cumplir –como le dijo el Presidente del club–, su “sueño”, si lo tuvo de verdad alguna vez. Y acabo, dejando constancia de lo obvio, el resultado que queda para la historia del fútbol –por ahora– es Real Madrid, 14 – Paris Saint Germain, 0, mucho más real y contundente que esa falacia que puso la prensa deportiva francesa, después de la marcha atrás de su estrella. Fruto de su chauvinismo atávico hablaba de Francia, 2 – España, 0, cuando debió escribir, en todo caso, Qatar, 2 – Real Madrid, 0, que desde ayer ha quedado como decía más arriba. Pero les duele la historia, en la que casi siempre cayeron ante España.

 

 

Antonio de la Torre

Aficionado a la política, decepcionado con mi corta experiencia en ese mundo, y preocupado con la situación de "España, S. A.". Modesto tertuliano y articulista de opinión. Comparto inquietudes y propuestas, tratando de ayudar a crear opinión para mejorar el pervertido sistema político que nos ningunea.

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