
«Ignacio Rodríguez Márquez es uno de los pocos periodistas españoles que está condecorado por la UNESCO como Tesoro Vivo de la Televisión»
«La vida es el arte del encuentro» es una de mis citas preferidas e infinitamente recordada, alabada y declamada, en esa fase bendita que es el rodaje en el oficio del periodismo televisivo que practiqué durante prácticamente toda mi carrera profesional. Oficio en el que, en uno de mis primeros pasos como aprendiz, encontré como ya maestro a Ignacio Rodríguez Márquez, Nacho para los amigos, que acaba de dejarnos.
Le conocí hace ya muchos años que nunca serán demasiados y en esencia egoísta, hoy me saben a poco, al añorar su presencia, vitalidad y compañerismo. Pero ahí está ahora, en esa nebulosa eterna de las experiencias pasadas, vital y cultural en la que ahora gracias a sus inolvidables consejos recuerdo a ese otro artista de la vida que se me apareció, en forma de poemas musicalizados, a la vez que Nacho estrechaba mi mano por primera vez. Me refiero a Facundo Cabral que en más de una ocasión referenció ese arte del encuentro que supone la vida en la que lejos de la felicidad son todo pretextos y en la que cada mañana es una buena noticia, al igual que la impagable presencia que a tu lado tengas a un hombre justo.
Y así fue Nacho, un hombre justo desde que se presentó en mi vida como un jefe de respeto como muy pocas veces mi experiencia laboral me ha vuelto a mostrar. Eran los inicios de los ochenta y ya entonces, Nacho dirigía un programa de éxito en Televisión Española, al que por esos recovecos y giros del destino no me pude incorporar, pero aun así coincidimos en el día a día en esa otra importante faceta de su biografía, la del deporte. Ya era campeón de España en esgrima y además, ejercía con talento la función de base y capitán de equipo en el baloncesto, mi deporte preferido y al que dediqué horas y esfuerzos en mi juventud. Y no como él, un artista a la hora de repartir juego y resolver con precisión los problemas que al equipo se le podían presentar en el ataque y, con decisión, tirar de tres puntos, y encestarla.
Ignacio Rodríguez Márquez es uno de los pocos periodistas españoles que está condecorado por la UNESCO como Tesoro Vivo de la Televisión. Ha realizado durante 35 años en TVE las labores de productor, realizador, director, guionista y comentarista deportivo siendo el comentarista que más retransmisiones ha comentado en directo y más disciplinas deportivas ha narrado. Y con todo ello nunca olvidó a las personas discapacitadas, quizás una más de sus solidarias facetas e injustamente eclipsada. Por ello, en el primer día de su ausencia, recupero sus palabras, su infatigable voluntad que le llevo a escribir el libro «Tú puedes: La azarosa historia de los minusválidos en el deporte«: «Para que no tengan excusas los desinformados escribo. Mi fin primordial consiste en hacer comprensibles las grandes dificultades que han tenido que superar los discapacitados para llegar a la situación actual». Hasta siempre Nacho.