Premonición. Por Antonio Ramírez

Premonición.

«El Nobel Orhan Pamuk se acerca en este relato histórico, una premonición de la pandemia, a la vida de una isla al principio del siglo XX»

Escrita antes de la pandemia que durante dos años condicionó, y aún condiciona, la vida en el mundo, el Nobel Orhan Pamuk se acerca mediante este relato histórico a la vida de una isla oriental de primeros del siglo XX para convertir esta obra en un gran clásico sobre pandemias.

 

Adelanta con «Las noches de la peste«, este insigne narrador, muchas de las situaciones y circunstancias que, salvando la distancia en el tiempo y lugar, se han dado en nuestro mundo de hoy. El excepticismo, la convivencia, el fetichismo y la fatalidad ante lo desconocido, pero también la esperanza, vienen a recorrer la isla de Miner como lo hizo más de un siglo después por las calles de cualquier ciudad de nuestro mundo actual.

 

Documentada, rica en personajes y preñada de hechos históricos que tuvieron que ver con el poderoso Imperio Otomano, este amplio volumen de novela histórica tienen el especial valor de atracción que solo los grandes novelistas de la literatura de todos los tiempos supieron o saben ofrecernos.

 

Las Noches de la Peste es en definitiva una gran lectura que nos habla, igualmente, de como las diferencias de razas y creencias pueden crecer cuando algún mal que necesita la unión de todos acecha y arrasa. Excepcional.

Antonio Ramirez Velez

Indígena melillense con varias decenas de años a mis espaldas. Periodista de profesión y dedicación institucional desde hace muchos años en lla Ciudad Autónoma de Melilla, anterior Ayuntamiento, con una paso también en la Administración del Estado, Delegación del Gobierno. Responsable en diversas legislaturas de gabinetes de prensa y relaciones institucionales, comencé a entender, hace tiempo ya, que el poder es un mar de ambiciones y conjuras permanentes y por ello la verdad, cuando sobrevive, vale su precio en oro. Mi paso por medios de comunicación, tanto públicos, como privados, me enseñó de la gran asignatura pendiente que tienen, aún, generaciones de periodistas sobre la consideración de su profesión y la dignificación de la misma.

Lector aplicado, que intento ser, concibo a los libros como uno de los últimos reductos de la libertad de pensamiento, generadores de opinión y salvaguarda, por ello, de la voluntad. Lo único que no nos puede ser arrebatado (Víktor Frankl).

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