Se acabó lo bueno, nos dicen… Por Vicky Bautista Vidal

Se acabó lo bueno, nos dicen…

«Y, ¡Voila! Acusaciones al pueblo “culpable” y Venezuela trasplantada. ¡Se acabó lo bueno! Y por ello además   ¡“Ahorremos agua”!»

De repente, un cínico mandatario francés, creo, nos dice que se acabaron los buenos tiempos y nadie osa estamparle en su poco honesta frente al menos un zapato, y en España mientras tanto, ahora la oscura, la encantada de conocerse a si misma, Yolanda Diaz, (No quiero mostrarme vulgar añadiendo los motes que muchos le dan) comienza a hacernos el juego trilero:
–“Escondo la bolita inflación y te enseño muy sonriente una cestita de comida a precio de 30 euros, con cuatro miserias con las que tú y tu familia podréis entrenar para el hambre que viene, pues en poco, empezaremos con los supermercados vacíos y las cartillas de racionamiento”.
Y, ¡Voila! Acusaciones al pueblo “culpable” y Venezuela trasplantada. ¡Se acabó lo bueno! Por supuesto, Maduro, del que poco se lee ahora en la nefasta prensa vendida, acabará haciendo viajes de buena voluntad a España a reírse en la cara del hijo del Rey emérito, tomando venganza de cuando este, tuvo la entereza de hacer callar a Chávez, el maestro oscuro y alma transmigrada en el cuerpo de nuestro conductor de autobús presidencial.
Menos mal que los prevenidos que se lanzaron a vaciar los establecimientos de papel higiénico cuando la pandemia, hicieron acopio para años y podrán mantener sus traseros limpios, aunque más limpio todavía es no ofender a los intestinos con futuros desechos, por lo tanto, mejor es no comer que manchar.
– ¡“Ahorremos agua”! – cantará el profeta de “Se acabó lo bueno”.
–“Comer insectos y aprovechar el alimento escondido en la leche de cucaracha” … Cantarán los colaboradores, trovadores infectos de lo que sea que les pague y les mantenga en el sillonazo inmerecido.
Seguramente, en un tiempo, el péndulo comenzará a moverse en la otra dirección y el pueblo, creerá haber superado tiempos oscuros. Películas, libros e historiadores de distinto pelaje contarán los avatares de este siglo XXI, tan decepcionante hasta el momento. Parecerá que todo se recompone y quizá, el mundo parezca alcanzar de nuevo niveles más altos; el humano del momento se adaptará y creerá que algo ha cambiado hasta que, el péndulo, sea empujado de nuevo por la inercia hacia el otro extremo, volviendo, debido a la naturaleza del pobre hombre, a los tiempos de carestía y miseria.
Y volverá a suceder: alguien, aislado en la soledad de su cubículo perderá la fe y la seguridad cuando se dé cuenta de que ese pretexto inefable, la gran rueda del destino, gira sin parar dando vueltas y vueltas en un sucederse de “lomismos” en este nuestro planeta peculiar donde casi nadie entiende nada y muy pocos ponen interés en intentarlo.
¡Que pereza!

Vicky Bautista Vidal

Nací en Madrid. Y como a casi todos los madrileños, todo el mundo me parece cercano y de casa: es el carácter de la ciudad. Esto me ha ayudado después para congeniar con toda clase de personas en los diferentes sitios donde viví. Soy curiosa, inquieta, autodidacta y un pelín dispersa, precisamente por que me siento atraída por muchísimas cosas, escribir es una de ellas. Lo hago al golpe de víscera, según el momento y me faltan algunas vidas para alcanzar a Cervantes o alguno de los inmortales.
Soy la primera sorprendida por que observo como últimamente me meto en berenjenales de opinión acerca de asuntos políticos, cuando en realidad, la Política, me importó un bledo toda la vida.
Puede ser sentido común herido o un amor recién descubierto por España y su unidad. No milite, milito o militare en nada. Pero estoy de parte de la razón y el sentido común.
Defenderé a cualquier gobierno que me facilite la vida y reprochare sin pausa a quienes me la incomoden.
La Libertad es para mi la única joya a lucir, la lógica una herramienta y creo que sin pasión por algo, poco se puede conseguir.

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