De la cárcel a la política. Por Unai Laño

De la cárcel a la política.

«El odio a lo español, ese rechazo, xenofobia, racismo a lo que no somos nacionalistas como ellos, sigue estando presente en el día a día»

Permítanme por un momento desviar el foco nacional puesto en Irene Montero y sus escándalos a los que llevamos semanas sometidos y hacerme eco de la situación en la que muchos vascos nos encontramos, que aunque no lo parezca todavía existimos. Desde hace ya un tiempo que asistimos a la infame traición del presidente del Gobierno hacia la mayoría de los españoles, hasta aquí nada nuevo, lo que llama la atención es ver como este siniestro personaje es capaz de traicionar hasta a los suyos, compañeros de filas o hasta socios parlamentarios con tal de perpetuarse en el poder.

 

La anterior semana, éramos conocedores del precio a pagar por parte del PSOE a los “filoterroristas” de Bildu a cambio de su apoyo presupuestario, que permítanme decirles que un partido que «no es ETA«, pero reconoce su autoría, “no es ETA», mientras no condenan los asesinatos que ellos aplaudían, “no es ETA», sin ayudar a la justicia a resolver todavía los más de 300 crímenes pendientes y «no es ETA», a la vez que homenajean a etarras, de “filo” poco tienen. Entre las 4 monedas de plata se encontraba la salida de la Guardia Civil de tráfico de Navarra, una de las exigencias históricas de la banda terroristas a lo largo de su historia, el mal llamado “alde hemendik”.

 

Esta decisión se corresponde única y exclusivamente a un camuflaje a petición del PSOE para reforzar la alianza Otegi-Sánchez, si bien recordarán ustedes el pasado agosto el Ministerio del Interior con Marlaska al frente ya decidió trasladar a cárceles del País Vasco a varios de los terroristas más sanguinarios de toda la historia de la banda terrorista ETA, 13 en total. Entre ellos a “Txapote”, asesino de Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordoñez, Fernando Múgica y Fernando Buesa y a “Henri Parot” condenado casi a 5.000 años de prisión por hacer saltar por los aires en 1987 la Casa Cuartel de Zaragoza, causando 11 muertos, 5 de ellos niñas y posteriormente atentar contra la dirección de la Guardia Civil en Madrid. Ellos junto a otros 11 etarras, que suman entre todos 72 asesinatos, fueron parte del precio a pagar de la política de acercamiento de presos que inició Pedro Sánchez al investirse presidente del gobierno con la abstención de Bildu. Recordarles además, que este año además el gobierno ha transferido las competencias de prisiones al gobierno nacionalista, en cuyas manos estará conceder el tercer grado y los beneficios penitenciarios. El fin de la película ya saben ustedes cuál será, teniendo en cuenta que ninguno de ellos se ha arrepentido ni colaborado con la Justicia. Bonita nación se nos va a quedar en la cual lo mismo indultan a golpistas, que acercan, conceden grados y homenajean a terroristas, que sueltan a secuestradoras y corruptos, que llenan las calles de ilegales y ponen en libertad y rebajan penas a violadores, pederastas y agresores sexuales. Bienvenidos a la jungla.

 

Está en marcha el proceso de legitimación de Bildu como partido democrático y socio preferente para lograr la gobernabilidad de la autonomía vasca dejando de lado a uno de los mayores socios con los que hasta entonces este siniestro gobierno ha contado, el PNV. Como vasco no puedo decir que esta nueva fórmula que se nos propone de gobernabilidad sea mejor que la anterior, si hasta el momento los que no comulgábamos con esta red clientelar aquí instaurada por los herederos de Sabino Arana, dominadora del lenguaje impositivo, controladora de medios de comunicación, sanidad, educación y hasta señaladora y amenazante de los que intentábamos frenarlos, no pretendo ni imaginar el futuro que nos espera en manos de los que agitaban el nogal, en vez de como hasta ahora de los que recogían las nueces.

 

Cabe destacar por mucho que desde el gobierno se nos intente blanquear a Bildu como formación política democrática y vender la idea de que ETA forma parte del pasado, no como Franco que habitualmente lo podemos encontrar los fines de semana firmando autógrafos en el Corte Inglés, que para los vascos que aquí nos sentimos españoles, ETA no ha muerto. ETA lo que ha dejado es de matar, ese odio a lo español, ese rechazo, xenofobia, racismo a lo que no somos nacionalistas como ellos sigue estando igual de presente en el día a día y en la vida cotidiana de muchos. Sigue existiendo miedo sin ir más lejos a lucir una pulsera con la bandera de tu país, expresarte libremente optando por el silencio, mostrar tus preferencias ideológicas e incluso corriendo el riesgo que en ámbitos educativos bien sea escolar como universitario sigas siendo señalado y corriendo el peligro de que te agredan, insulten, humillen y hagan la vida imposible como de primera mano he podido comprobar. Han sabido adaptarse en el tiempo y aprender a que se consigue mucho más rédito político y económico estando representados en las instituciones que apretando gatillos, lo que en 40 años no consiguieron matando ahora a través de pactos con la izquierda lo están consiguiendo.

 

Personalmente, como vasco que se siente español no puedo describirles la humillación e impotencia que siente uno en estos momentos, que un partido que haya derramado sangre, sudor y lágrimas por este país, prime lograr el poder ante todo y a costa de todos, hasta de muchos de los suyos que ya no están, en un país políticamente sano marcaría su fin, en España tal vez volvería a ganar las elecciones.

Unai L. Matas

Mi nombre es Unai Laño Matas, tengo 20 años y resido en el País Vasco, doblemente por ello español. Defensor del constitucionalismo y la unidad de España en estas tierras hacen que mi lucha se convierta en obligación más que afición. Siempre he considerado pilar básico fundamental la batalla cultural y la no sumisión ante la izquierda. El verdadero español no lucha porque odia, sino porque ama lo que tiene detrás.

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