Son socios y aliados después de todo. Por Francisco Gómez Valencia

Son socios después de todo.

«Son socios, son aliados; lo dijo Patxi López no hace mucho al llegar a la portavocia del grupo socialista en el Congreso»

Estas navidades trasnochando en exceso, me he puesto al día y he visto algunas películas y he leído algún libro relativo a la visión que desde la izquierda se tiene de nuestra Historia reciente. Dedicar atención a esto por su temática sinceramente me revuelve, pues me es complicado tratar de sentir empatía hacia aquellos a los que percibes como una amenaza constante por su trayectoria asesina y criminal. Del mismo modo reconozco que también me es complicado no culpabilizarme al tratar de entender el porque de las cosas desde su enfermizo parecer y más en estas fechas, pero que le vamos a hacer; era eso o sucumbir a ‘masterchef’, ‘tu cara me suena’, o ‘la isla de las tentaciones’.

Un servidor sólo es un relator amateur; un observador a distancia aunque con cierta experiencia sufriente, colateral y casual, por lo que de antemano, aviso a navegantes. La condición cómplice me nubla la razón y por eso no entraré al trapo justificando nada pues la verdadera Historia está siendo reinterpretada por Ley; lo cual nos debería hacer reaccionar a todos.

Hoy aquí y en este momento (si me permiten) solo trataré de razonar brevemente en voz alta sobre porqué el PSOE siente admiración por ETA o al menos una parte de él, se siente en deuda.

La premisa es muy simple: ambas organizaciones criminales son de ideología socialista, por lo que parece obvio que sólo se diferencian en el interés por tener el predominio en su territorio como cualquier depredador. Los etarras de una manera casi involuntaria y de forma improvisada se iniciaron en el arte del asesinato para reivindicar su lucha por la independencia de lo que consideran su Nación.

Ciertamente analizando sus testimonios, parece que no estaba en sus planes inicialmente usar la vía armada, aunque la descoordinación y la improvisación llevada más por el miedo que otra cosa, se terminó imponiendo. Sin embargo en el otro lado (igual de polarizado o más), los del PSOE ya habían usado la violencia y el asesinato. Cuando ETA empezó a matar ellos ya eran unos maestros en la disciplina mortal como buenos discípulos de Stalin. Para ellos matar sólo es una opción más para agitar la coctelera y hoy (ojo al dato), están vanagloriando a Largo Caballero. Desde sus orígenes tienen las manos manchadas de sangre y las primeras décadas en blanco y negro de la Historia española del siglo XX así lo demuestra. Sin embargo y ya en color, su gestión con los GAL en tiempos de Felipe González, o el uso torticero de los atentados de Atocha con Zapatero, o la responsabilidad política de los 150.000 muertos por Covid con Sánchez, certifican la tesis de que manejan como nadie la cultura de la muerte.

Los etarras con el tiempo y 850 asesinatos a cuestas abandonaron la vía armada pues esta dejó de ser factible por la colaboración internacional contra el crimen organizado. Por esa razón se pasaron inteligentemente a la vía política sabedores del impresentable contubernio formado en el centro centrado español (recordar que se les pudo ilegalizar porque había mayoría para ello, y ni aún así se hizo). ETA mató a socialistas porque y pese a compartir la misma ideología, el PSOE trató de imponer su voluntad en su territorio llegando a colocar a Patxi López de Lehendakari con el apoyo del PP.

El PSOE sibilinamente reventó de forma definitiva las mentes enfermas, más débiles y analfabetas del entorno etarra y del suyo propio tratando de gestionar el problema vasco (como todos), desde las tripas impulsando medidas para manipular a los asesinos de ETA arrepentidos gracias al acertado sistema penitenciario de entonces. Estos cafres fueron presentados como víctimas y hasta llegaron a prestarse voluntarios para explicar sus motivos a sus propias victimas, llegando a conseguirse que alguna viuda de renombre aceptara la propuesta. En fin; otro de tantos ejemplos que resaltan la vileza de una organización que blanquea la violencia como una manera más de hacer las cosas. El perdón de las víctimas socialistas pensaron que debilitaría ciertos pilares etarras para integrarlos a la causa nacional socialista (error). El padre quiso perdonar oficialmente al hijo; el pez grande intentó vender hasta a los suyos que comprendían al chico; los expertos en la muerte, trataron de justificar a los aspirantes revoltosos y antifranquistas del norte de España, a los que están agradecidos eternamente por su aguerrida lucha.

Si los blanquearon cuando solo usaban la vía armada era de esperar que hicieran lo propio durante los tiempos de la vía política. Son socios, son aliados; lo dijo Patxi no hace mucho al llegar a la portavocia del grupo socialista en el Congreso. El mismo, que portó a hombros los féretros de sus compañeros asesinados, hoy alardea de comprender y justificar politicamente la sinrazón de sus asesinos vilipendiando su memoria y la de sus familiares. Son lo mismo pero con intereses territoriales diferentes. En las próximas elecciones al PSOE súmenle los votos de la ETA y Esquerra Republicana. Son realidades idénticas en lo ideológico pero con matices a la hora de tratar de lograr sus objetivos mas básicos, imponiendo sus criterios coincidiendo en algo muy sencillo: el exterminio del contrario por cualquier método incluido el asesinato y la corrupción, forman parte de su recetario. En definitiva son hampas criminales manejando el poder político.

 

Socios y alíados

Quien se acerque o plantee cierta empatía hacia ellos, en general se equivocan porque: o quieren ser su marca blanca en la alternancia por convencimiento, yendo de moderados y asumiendo parte de su ideología en lo social, o lo hacen por miedo a sucumbir en el espectro político como casi les llego a suceder no hace mucho.

Ir de ‘atrapatodo’ sirve para dar un giro pero no se mantiene en el tiempo. De conseguir el poder hay que ser firme y drástico como lo ha sido por ejemplo Lula da Silva en Brasil. Lloras un poco, das las gracias al personal, te subes al Rolls-Royce y derogas todo lo hecho en el caso español por los criminales y asesinos el primer día, de lo contrario: que se atengan a las consecuencias y Dios nos asista a todos.

Francisco G. Valencia

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid en 1994 por lo tanto, Politólogo de profesión. Colaboro como Analista Político en medios radiofónicos y como Articulista de Opinión Política en diversos medios de prensa digital. De ideología caótica aunque siempre inclinado a la diestra con tintes de católico cultural poco comprometido, siento especialmente como España se descompone ante mis ojos sin poder hacer nada y me rebelo ante mí mismo y me arranco a escribir y a hablar donde puedo y me dejan tratando de explicar de una forma fácil y pragmática porque suceden las cosas y como deberíamos cambiar, para frenar el desastre según lo aprendido históricamente gracias a la Ciencia Política... Aspirante a disidente profesional, incluso displicente y apático a veces ante la perfección demostrada por los demás. Ausente de empatía con la mala educación y la incultura mediática premeditada como forma de ejercer el poder, ante la cual práctico la pedagogía inductiva, en vez de el convencimiento deductivo para llegar al meollo del asunto, que es simple y llanamente hacer que no nos demos cuenta de nuestra absoluta idiotez, mientras que la aceptamos con resignación.

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