
«El lupus que Flannery O ́Connor padecía no le impidió entregar lo mejor de sí misma, con ilusión, ánimo y entusiasmo»
El 10 de mayo se instauró desde el año 2004 el Día Mundial del Lupus. El Lupus Eritematoso Sistémico (LES), es una enfermedad autoinmune que puede afectar a la piel y las articulaciones, siendo éstos los síntomas más comunes, así como a órganos internos. Una enfermedad crónica y compleja que afecta mayoritariamente a mujeres en
edad fértil.
En las enfermedades autoinmunes, el sistema inmunológico, que es el responsable de defender al cuerpo frente a las infecciones, virus o bacterias, no identifica correctamente las células del propio organismo ocasionando las lesiones, inflamación y daño en los tejidos del paciente que sufre la enfermedad.
Actualmente la calidad de vida de los pacientes con lupus ha mejorado considerablemente a partir de la mitad del siglo XX en la que se comenzó a tratar con fármacos que ayudaron a combatir las complicaciones derivadas de la enfermedad así como la supervivencia. Actualmente muchas de estas enfermedades autoinmunes y en concreto el lupus, con nuevos fármacos, entre ellos tratamientos biológicos, están muy controladas, sin embargo aún hay mucho por hacer.
Como en cualquier enfermedad, la investigación es clave para conocer más aspectos que puedan llevar a entender las causas que la provocan y a una posible cura. Por ello en el Dia Mundial del Lupus se pretende sensibilizar a la sociedad sobre esta realidad que afecta a más de cinco millones de personas en todo el mundo, desarrollar la formación en centros e instituciones a través de programas eficientes y conseguir más fondos públicos y privados que contribuyan a un mayor conocimiento y estudio de la patología.
Hoy en día, la labor que realizan las asociaciones y organizaciones de Lupus en todo el mundo es admirable, ya que además de dar a conocer esta terrible enfermedad crónica, colaboran día a día con hospitales, profesionales de la salud y pacientes, cuya colaboración es indispensable, proporcionándoles apoyo y las terapias necesarias para afrontar la realidad que les ha tocado vivir, transmitirles una actitud positiva y asesoramiento en todo aquello que necesiten.
En España, La Federación Nacional de Lupus se creó en 1996 con el objeto de coordinar la labor de las distintas asociaciones existentes en todo el país para divulgar los distintos aspectos de la enfermedad, informar y apoyar a los pacientes y sus familias tanto en el aspecto social, psicológico o sanitario; así como colaborar con las instituciones y colectivos médicos para lograr los objetivos por los que se trabaja en cada asociación, siendo primordial la asistencia y el apoyo a los pacientes. Es miembro de varias organizaciones nacionales e internacionales como Lupus Europa con las que colabora en proyectos a nivel internacional que ayudan a conocer mejor la realidad de la enfermedad con programas divulgativos y participativos.
En toda España el día 10 de mayo, las diferentes asociaciones autonómicas y provinciales se unen a todas las organizaciones del mundo que trabajan por el lupus organizando diferentes actos y actividades que une a todos con un mismo propósito, difusión, compromiso, cooperación y sensibilización.

Es por ello que hoy quiero rendir homenaje a una mujer cuya vida estuvo marcada por esta enfermedad pero no por ello dejó de sonreirá, crear y soñar cada día. Flannery O ́Connor, escritora y ensayista estadounidense de quien escribió su colega Alice McDermont: “Fue la enfermedad, creo, lo que la convirtió en la escritora que es”.
Flannery O ́Connor (1923-1964) nació en el seno de una familia católica de ascendencia irlandesa en Georgia, al sur de los Estados Unidos y desde muy temprana edad se interesó por la lectura y la escritura, siendo editora del periódico de la escuela en su época de estudiante. Se licenció en Sociología y Literatura inglesa. Tras su graduación en Georgia, estudió en el Taller de Escritura de la Universidad de Iowa, lo que le permitió estar en contacto con escritores y críticos literarios, manteniendo con ellos una excelente relación y compartiendo la admiración por la literatura.
Tras la muerte de su padre a causa del lupus, cuando era adolescente se trasladó junto a su madre a la localidad de Milledgeville. Desolada y muy afectada por su muerte, Flannery encontró en la escritura la motivación para dar rienda suelta a su anhelo de escribir.
Su primera obra publicada fue un relato corto Titulado El geranio, publicado en 1946 en la revista literaria “Accent”, que formó parte de una colección con el mismo nombre que completaría su tesis un año después. Comenzó a escribir la que sería su primera novela Wise Blood (Sangre sabia) que la terminó en la Institución Yadoo en Saratoga Springs, Nueva York, la ciudad a la que se trasladó tras obtener una beca en dicha entidad. Este lugar ofrecía un entorno estimulante para los jóvenes creadores y aún hoy en día sigue siendo un lugar de referencia para artistas y escritores de todas las nacionalidades donde comparten en comunidad sus aptitudes creadoras.

Wise Blood, publicada en 1952, causó un gran impacto, dentro del género conocido como “Gótico sureño” presentaba situaciones grotescas con personajes excéntricos y perturbadores en ambientes no muy gratos y a la vez reflejaba la doctrina cristiana católica. Esta primera novela, será llevada al cine años más tarde por el magnífico director John Huston (1906-1987) con música del compositor Alex North (1910-1991).
Flanery O ́Conoor era feliz en este entorno y contaba en Nueva York con la amistad de Robert Fitzerald (1910-1985), gran poeta y traductor de obras como Edipo Rey, La Iliada y La Odisea, y su esposa Sally que le brindaron la oportunidad de vivir con ellos en Connecticut. Mantuvieron una sincera amistad durante toda su vida, sin
embargo su delicado estado de salud hizo que O ́Connor tuviera que volver a Milledgeville a la granja Andalusian Farm, que gestionaba su madre dedicándose a criar pavos reales y otras aves exóticas. En 1958 viajó a Europa donde visitará el Santuario de Lourdes y en Roma fue recibida en audiencia privada por el papa Pío XII (1876-1958).

Gran admiradora de Edgar Allan Poe (1809-1849) Nathaniel Hawthorne (1804-1864) o Henry James (1843-1916), sus obras están impregnadas por ese ambiente rural sureño americano. En general O ́Connor busca en sus trabajos la obra de Dios, frente a la violencia y comportamientos malvados y autodestructivos que ponen de manifiesto los personajes que crea y en este aspecto tiene clara influencia de autores católicos como el francés Léon Bloy (1846-1917) o el inglés Graham Greene (1904-1991).
Tras esta primera novela, publica en 1955 una recopilación de relatos bajo el título Un hombre bueno es difícil de encontrar y otras historias (A good man is hard to find and others stories) quizá uno de sus trabajos más reconocidos.
Con su segunda novela publicada en 1960, The violent bear it away (Los violentos lo arrebatan) obtuvo gran popularidad y su obra fue muy difundida, estudiada y debatida en las aulas. Su obra ha sido estudiada por numerosos autores que han abordado su obra centrándose en diferentes aspectos, entre ellos, Brad Gooch (1952) que en su obra A life of Flannery O ́Connor (2009) realiza un interesante estudio sobre sus trabajos en Iowa. Timothy J. Basselin (1976) en su obra Escribiendo una teología de la humanidad discapacitada (2013) afronta a partir de la obra de O ́Connor la discapacidad y cómo es tratada en la sociedad. Otro de los trabajos lo llevará a cabo Ángela Alaimo O ́Donells a quien le interesa sobre todo cómo la autora sureña plantea a través de sus historias la fe católica, tema clave en sus obras, también tratado por el jesuita Mark Bosco, buen conocedor de la vida y obra de la escritora estadounidense.
Las dulzuras del Hogar (Everything that rises must converge) y Cuentos completos (The complete stories) se publicaron póstumamente en 1965 y 1971, así como el ensayo Misterio y maneras (Mystery and Manners) editado por el matrimonio Fitzerald en 1969.

Valoraba mucho la amistad, que cultivó a lo largo de su vida basándose en sus valores éticos y morales así como en compartir la gran afición por la literatura, algo que reflejó en la correspondencia que mantuvo con sus amigos durante años. Muchas de sus cartas se publicaron en un libro titulado El hábito del ser por su querida amiga Sally Fitzerald (1916-2000) en 1979.
En el verano de 1964, fue ingresada en el hospital, donde no dejó de escribir. Aquejada de una fuerte anemia provocada por un pequeño tumor uterino tuvo que ser operada, la cirugía reactivó el lupus. Desde entonces no se recuperó, cayó en coma y falleció el 3 de agosto de ese mismo año.
A lo largo de su carrera su precaria salud no le permitía viajar mucho, pero cuando se encontraba mejor visitaba universidades para dar conferencias y entrevistas. Ganó varios premios y quedó finalista en certámenes como el O. Henry Short Story Awards, y estuvo siempre en contacto con intelectuales. Su obra póstuma Cuentos completos
ganó el prestigioso National Book Award for Ficction, que supuso ante todo un reconocimiento a su obra.

Tanto el lugar donde pasó su infancia, la casa museo Flannery O ́Connor Childhood Home en Savanaah, como Andalusia Farm, donde vivió hasta su muerte, en Milledgeville, se pueden visitar hoy en día ya que se han convertido en museos, en ellos se ilustran su historia y su vida.
A pesar de sus limitaciones, a los periodos en los que tuvo que ser ingresada y a los efectos de la medicación, Flannery O ́Connor siempre sacaba fuerzas y procuraba estar animada «Me está saliendo bien» decía. Escribía y leía todos los días. Con sus amigos, apenas hablaba de su enfermedad y ellos mismos afirmaban que normalmente
estaba de buen humor. En casa recibía numerosas visitas de admiradores y amigos que la apreciaban y compartían con ella la afición por la letras. Su amiga Sally Fitzerald afirmó sobre ella : “Mira la oscuridad sin pestañear y la aborda con claridad y precisión y esa, creo, es su grandeza”.
El lupus que padecía no le impidió entregar lo mejor de sí misma, con ilusión, ánimo y entusiasmo. Sirva este homenaje sobre todo a aquellos que experimentando dificultades por causa del lupus u otro padecimiento, puedan ver en ella a una mujer que, a pesar de las dificultades, fue feliz porque aceptó su enfermedad, se apoyó en sus seres queridos y siempre sintió el deseo de crear. Flannery O ́Connor, para muchos siempre admirada, una gran escritora, una gran mujer.