
«Le dolió al felón que Núñez Feijóo se refiriera a él como “este personaje”, cuando él llamó “indecente” a Mariano Rajoy»
Recuerdo mi época universitaria, cuando muchos estudiantes pasábamos nuestras vacaciones, dos veranos, en general los de 3º y 4º de carrera, cumpliendo el Servicio Militar en los campamentos de la Instrucción Premilitar Superior (I.P.S.), coloquialmente conocida como Milicia Universitaria. Allí, cada noche, al toque de silencio, gritábamos “un día menos” antes de retirarnos a la “reponedora” colchoneta, sobre aquellos charnaques (un par de palets) que hacían de somier. Un Servicio Militar que nunca, insisto, nunca, debió haber sido suspendido por el que algunos dicen que ha sido el menos malo, no me atrevo a decir el mejor, de lo presidentes de gobierno desde la transición, José Mª Aznar –dejémoslo en que los hubo peores y va bien servido–. Otra cosa es que necesitara una actualización, mayor practicidad y menos tiempo, pero nunca suspenderlo. Lo cierto es que el buenismo europeo que se imponía, marcó los ritmos y desapareció, como en el resto de la civilizada Europa, y así va el Viejo Continente, camino de su autodestrucción, de la que son muestra los sucesos vividos en Francia en días pasados. Pero ese es un tema del que no toca hablar ahora, aunque me temo que seguirá vivo si no se reacciona de una forma rápida y contundente.
Y ya de vuelta a nuestro presente, estamos a una semana menos del que muchos damos como previsible –y no menos, deseado– cambio político, tan necesario para España. Pero ojo que, como dice nuestro sabio Refranero, “hasta el rabo todo es toro” y, el posible saliente, Pedro Antonio, que no está muerto del todo, ha dado muestras suficientes de ser capaz de cualquier cosa. De hecho, su mensaje de fin de semana deja clara su “realidad virtual”: “Lo siento, pero lo que veo durante estas últimas semanas, es un tráiler de una película tenebrosa, donde, mi pregunta y creo que la pregunta que se hace la mayoría social de este país es ¿de dónde sale esta gente?”. Obviamente en referencia a esa supuesta extrema derecha con la que “es capaz de aliarse el incapaz Partido Popular”. Sorprende, cuando menos, que se haga esa pregunta que le podríamos hacer a él respecto a sus socios de desgobierno, con los que no podría dormir tranquilo, sobre lo que no mintió sino que tuvo un “cambio de opinión”; a esa cantidad de gente, nacida en democracia, que no tuvo problemas con nada y encontró abiertas todas las puertas, que lo apoya todavía; a esos socios nacionalistas y separatistas, filoetarras incluidos, que tuvieron en la transición la posibilidad, absolutamente desproporcionada, de ser escuchadas sus reivindicaciones/caprichos y ocurrencias, etc., etc. ¿De dónde ha salido esa gente, Sr. Sánchez? Y más aún, ¿de dónde sale Pedro Antonio PinócHEZ? La respuesta, en mi opinión, no es difícil. Toda esa gente, él incluido, sale del mismo sitio del que salió su antecesor socialista, al que clona y casi supera, José Luis Rodríguez, y varias generaciones ya de esta España que, como Europa, parece querer autodestruirse en el buenismo falsamente disfrazado de “progresismo”.
Ya he escrito en alguna ocasión que la Constitución se dejó abierta, tal vez demasiado en lo que concierne a las Autonomías y parece que ninguno de los gobiernos, desde 1982, tuvo claro –o se excedió en generosidad– lo que suponía tanta cesión y transferencia de competencias. Especialmente las de Educación –fundamental en esa decadencia que ha propiciado la herencia que antes comentaba– que, junto a Sanidad y Justicia, nunca debieron salir de la órbita del Estado. Y surge la pregunta que me hacia hace ya seis años y que le trasladaría a quienes nos han gobernado con mayor o menor acierto desde entonces y, especialmente, al que llegue tras el 23 J pero tampoco me voy a extender en esto ahora.
Siguiendo con la semana de preparativos para la campaña que se iniciaba en la madrugada del pasado viernes, no han faltado temas sobre los que comentar en estas líneas. Por supuesto, una nueva “entrevista” intercambiadora de “cremita”, propia de los calores de la época que muchos periodistas y meteorólogos actores parecen descubrir cada verano –para muestra las riadas de Zaragoza–. Esta vez le tocó a la ministra, cada día más “Nadie” Calviño, con la que intercambió flores sobre la moto en la que vuela España. Ambos participaron en la cuarta «sesión de trabajo», como en sus eufemismos habituales denominan a estos alardes publicitarios, que se representó el miércoles en la antigua sede del PSOE, hoy del partido sanchista. Allí, entre flores, besos y aplausos, rivalizaron por dejar claro, entre los suyos, su mensaje del principal objetivo para los próximos cuatro años: “alcanzar el pleno empleo, llegando a un paro estructural del 8% y reducir a la mitad el desempleo juvenil”. O sea, lo que no han hecho en los últimos cinco años de gobierno provisional, primero, y Frankenstein después, que nos puso líderes del desempleo, global y juvenil, de la Unión europea, prometen ahora revertirlo en los próximos cuatro, como por arte de magia, tal vez por eso de que “las promesas electorales se hacen para no cumplirlas”, que decía el viejo profesor. Le sugeriría a ambos, y a alguno más de ese singular equipo económico que pilota la moto sobre la que marcha la economía española, que dedicaran 2’51” a escuchar esta síntesis que dejaba en su Salida de Emergencia en COPE, el economista Marc Vidal: “España no crece, se endeuda”, sintetizaba, dejándonos la duda razonable de “si algún partido de los que se presentan va a ser capaz de reducir el papel de ese pedazo de papá Estado que nos está consumiendo y va a esforzarse en educarnos a todos los españoles para que sepamos encontrar, por nosotros mismos, la salida de emergencia”.
Tampoco faltó la entrevista televisiva en uno de los programas de máxima audiencia, en ese giro copernicano que la falta de popularidad ha impuesto a nuestro indigno presimiente, que no puede aparecer en público sin ser abucheado. Incluso sin estar presente, le dedican el ya clásico “que te vote Txapote”, como le cantaban a coro en la plaza de toros de Pamplona o se volvía a colar en un directo de TVE, también en estas fiestas de San Fermín. En esta ocasión, la “afortunada” elegida para ser interrumpida y casi “agredida”, fue Ana Rosa Quintana . Volvió a insistir en que no mintió nunca, sino que cambió de opinión, como en el caso de Cataluña, que lo hizo “por la convivencia”, de los golpistas, le faltó decir, porque no veo qué aportó a la convivencia de catalanes y españoles eliminar el delito de sedición para excarcelar a sus socios. Respecto a esto, el fugado Carlos Puigdemont le ha dado el golpe de gracia en su declaración tras perder la inmunidad parlamentaria como diputado europeo, al decir que miembros del PSOE le ofrecieron un posible indulto si volvía a España para ser juzgado y pasaba un cierto tiempo en la cárcel. Y, de nuevo, insistió en la bondad de la ley del Sólo sí es sí: “Es una buena ley que protege a las mujeres”, tan buena que ya van 1.160 delincuentes por delitos de violación con la pena disminuida y 160 excarcelados, cifras inferiores a la realidad al haberse interrumpido la actualización por el periodo electoral. Le dolió que Núñez Feijóo se refiriera a él como “este personaje”, cuando él llamó “indecente” a Mariano Rajoy.
No podía faltar, ¡qué fiesta sin la tía Juana!, una nueva muestra de apoyo por parte del tenaz Tezanos, que quiere prestar un último servicio a su elector y jefe, antes de ser cesado si consigue ganar y formar gobierno Feijóo: “El primer cese, en el primer consejo de ministros, será el del presidente del CIS”. El que ya se ha consumado como digno merecedor del premio de MasterChef de la política, admite en su despedida un pírrico triunfo del PP sobre el PSOE, por dos décimas, 31’4% frente al 31’2%, con unas horquillas tan amplias que es como no decir nada, 122/140 para el PP y 115/135 para su partido. Con el añadido de que ni en el extremo más favorable de la que concede a VOX, 21/29 diputados, en ese 10’6% que lo dejan como cuarta fuerza, casi seis puntos por detrás de SUMAR, 16’4% y 43//50 escaños, la derecha podría gobernar. Es decir, en el mejor de los casos para ambas coaliciones, PP y VOX sumarían 169 escaños y PSOE con SUMAR llegarían a 185, mayoría absolutísima, que es de lo que se trata para este carísimo “cocinero” de la Moncloa. Pero parece que, sin la cocina de este que algunos calificaron como buen sociólogo –debió ser en la época del Pleistoceno sociológico–, los números son bien distintos. El PP, con un 33’8% y 142 escaños, superaría ampliamente al partido sanchista, que se quedaría en 99, con un 26’3%. En este caso, VOX seguiría como tercera fuerza, con un 14’9% de intención de voto y 42 escaños, superando a la chulísima vicesegunda en funciones, Yolanda Díaz, que se quedaría en 38, con su cercano 14’3%. Unas cifras que sí permitirián el gobierno del PP con el apoyo de VOX, ya que su abstención o voto en contra, permitirían un nuevo gobierno Frankenstein en segunda votación que volvería a las andadas del socialcomunismo con toda la morralla nacionalista, separatista y filoetarra. Así que ¡ojo! con la pugna PP/VOX en la formación de gobiernos regionales, que puede traer cola en el caso de que fuera necesario un posible pacto a escala nacional, si se cumpliera el escenario que el instituto sociométrico GAD3, el que más se suele acercar a los resultados reales en sus encuestas. El último dato que dio su presidente, Narciso Michavila, en una entrevista del pasado lunes en El Cascabel, después de su encuesta publicada por ABC el domingo, era que el PP podría rondar los 160 escaños –muchos me parecen, pero ojalá, para evitar problemas de pactos–, superando los 154 que daba en ABC, y que con los 31 que da a VOX, conformarían una holgada mayoría absoluta.
Y en esto, empezó la campaña, con los diferentes líderes repartidos por la geografía española, y entre lo que, lo más llamativo, que no importante, ha sido el sorprendente arranque del nuevo partido Caminando Juntos, que inscribió a última hora Macarena Olona, disidente/expulsada de VOX. La que por hacer sombra a Santiago Abascal y a algunos de sus mosqueteros, fue invitada a liderar la campaña de las últimas elecciones andaluzas, hace poco más de un año, ha querido dar un golpe de efecto –eso no se le da mal a la alicantina– iniciando su campaña en un club de alterne –puticlub para los expertos socialistas andaluces– de Atarfe (Granada), su provincia de acogida. Y el viernes sorprendía con un tuit en el que, encabezado por el sorprendente hastag #sudapollismoporespaña, tras el que hacía la pregunta/respuesta “¿Puede ser el peor lema de la historia política española? Sujétame el cubata”, e invitaba a asistir a su inicio de campaña: “Nos vemos esta noche en el Club Sala Geisha de Atarfe (Granada). @C_JEspana arranca la campaña en un lugar habitual para políticos. Pero sin hipocresía social. Las consumiciones no se pagarán con dinero público. ¡Os esperamos!”. No se puede negar que empieza entretenida la campaña, de la que iremos sabiendo por los medios, en espera del momento, posiblemente más estelar e incierto de la misma, por lo que pueda llevar en el casco el “motorista”, el debate del próximo lunes entre los dos candidatos que, para bien o para mal, tienen posibilidad de conformar gobierno después del 23 de julio, uno para cambiar el desastre y otro para rematarlo.