Javier Ygartua Ybarra 
«El PP ha dedicado más esfuerzos en estigmatizar a Vox, su único apoyo posible para un cambio de Gobierno en España, que en atacar a Pedro Sánchez»
Ayer viví tal vez uno de los sinsabores mayores de toda mi vida política.
Algunos ya abandonamos el PP porque no estábamos de acuerdo con las ideas socialdemócratas que estos proponían y proponen.
Fue tal vez la decisión más difícil de tomar porque fue el PP el partido por el que me jugué la vida en mi tierra vasca.
El PP ha sacado casi 20 escaños menos que la peor encuesta. Ni con tantas manos remando ha conseguido replicar la realidad que creaban.
Nunca hubo un candidato a la Presidencia como Núñez Feijóo que gozase de mayor favor e ímpetu de todos los medios de comunicación fuera de la izquierda gubernamental y casas demoscópicas.
Por contra a Vox se le demonizaba, se le ignoraba en los medios de comunicación, se llamaba por parte de casi todos los medios a la mierda del voto útil al PP y aún así ha aguantado dignamente.
El PP compró la soga a la izquierda, su discurso, y se la apretó al cuello.
Una campaña electoral orientada cada día en mostrar la repugnancia hacia Vox y en alejar la posibilidad de que pudiesen entrar en un Gobierno de coalición.
Y de estos polvos vienen estos lodos.
El PP ha dedicado más esfuerzos en estigmatizar a Vox, su único apoyo posible para un cambio de Gobierno en España, que en atacar a Pedro Sánchez.
Le ofreció su apoyo si era la lista más votada para no tener que recurrir a Vox demostrando Feijoo sus complejos una vez más.
Núñez Feijóo y su apuesta por un PP que se consolidase como partido socialdemócrata de centro izquierda donde España es una unión de autonomías ha fracasado estrepitosamente.
Ha buscado desesperadamente el voto de los desencantados con Sánchez que desprecian a la derecha creyendo que así se convertiría en el sucesor de Felipe González. Felipe González al que Feijoo votó.
Un PP acomplejado frente a un Sánchez sin escrúpulos.
El fracaso de la moderación, de la centralidad del vacío que representa el PP y quien las enarbola como bandera.
Quedan si nadie lo remedia cuatro años de Sánchez. Confiemos en que quede algo de España entonces.
Mientras tanto nosotros sí que sí necesitamos un manual de resistencia.
Espero que España sobreviva.
