
«Hemos pasado ya una semana tras los comicios del 23 J, el pueblo, en general, permanece imperturbable ante sus resultados»
He tenido la oportunidad de convivir en estos días con tres generaciones. Veinteañeros, cuarentones y setentones hemos hablado de lo divino y de lo humano. Pero apenas nos hemos referido a los comicios realizados hace tan solo una semana.
Estoy convencido que hoy se hablará más del fichaje de un tal Kylian Mbappé o del resultado del primer Madrid-Barcelona de este año. Y de las elecciones, ni acordarse.
Esta situación me hace pensar que la sociedad española ha superado las exageraciones y las ansias de poder de los políticos. Aunque las ideas están bastante polarizadas, el trasnochado mensaje que transmiten sus defensores, no alcanza la rotundidad y el liderazgo que enardezcan las masas.
Me parece que esta coyuntura representa una buena noticia para todos. Tan solo una minoría de adeptos incondicionales manifiestan exageradamente las filias y las fobias. Me parece que esto demuestra una madurez como país.
Así que, aceptemos con resignación y un tanto de esperanza el gobierno que salga de las distintas componendas que se organicen, y a ver en que queda esto. Se aproximan declaraciones de “donde dije digo quise decir Diego” y “ande yo caliente y ríase la gente”.
Lo que está bastante claro es que esta situación no nos va a llevar a enfrentarnos los unos con los otros. Esto es una buena noticia. Para ser felices tan solo nos falta que llueva.