El hecho de que el Gobierno de la autonomía catalana decida ampliar al doble la subvención a sus afines medios de comunicación y lo publiquen en su BOE con fecha 18 de octubre con el título de subvenciones a los proyectos que fomenten el espacio catalán de la información es, sencillamente patético. porque hoy sus boticarios están en huelga por no cobrar lo que esa misma administración autonómica les debe por su trabajo.
Son libres y la España incluyente de las libertades democráticas les permite que distribuyan el dinero como ellos decidan. Pero el mesías Artur Mas y todo su equipo están traspasando todos los días las líneas rojas del sentido común para mostrar públicamente su guerra particular por la causa del independentismo.
Y ante tan numerosas batallitas e insultos a la razón, y ahí está para la historia, la cartita a la Unión Europea de cuatro iluminados arturíticos, creo que los consumidores españoles tenemos que mover ficha con la táctica del boicot empresarial , de momento positivo. Es decir no consumir ningún producto catalán de aquellas empresas que confundan, como alguno de sus políticos, que el espacio aéreo del que respiran y del que por tanto viven, es español.