
Cómo no te voy a querer mi amada y excelentísima señora Alcaldesa Doña Carmena ¡ Y de todos los madrileños!.
Sabiendo lo que te ha costado, por tus creencias de atea, el que hayas implorado a los cielos, en especial en tu espejo, Santa Teresa de Calcuta, para que mandara lluvia sobre los madrileños y así limpiar las calles de tanta suciedad acumulada por aquellos que quieren destronarte de tu cómodo sillón de la alcaldía.
Has conseguido limpiar Madrid con agua caída del cielo, pudiendo seguir con tu plan maravilloso de Alcaldesa ahorradora.
No ha hecho falta que los universitarios hayan salido a las calles a limpiar.
Eres mi imagen a seguir, por todo lo bien que haces y te salen las cosas desde París.
Así puedes dedicarle más tiempo a tu guardería de asesores.
Pero, cuidado estudiantes, llevaros deberes a casa que os » trincan » para barrer.