
Hacía tiempo que una fotografía no expresaba tan claramente la barbarie y decadencia humana. La peste del terrorismo islamista. El embajador Karlov contesta a las preguntas de los medios de comunicación tras un acto oficial en la ciudad de Ankara en el que acaba de inaugurar una exposición fotográfica dedica a Rusia, y su asesino detrás, tan solo unos segundos antes de que le asesine descerrajándole nueve disparos por la espalda.

Se trata de Mevlüt Mert Altintas un joven policía turco de 22 años que llevaba dos años y medio en las fuerzas antidisturbios. que había protegido oficialmente la misión diplomática rusa en Ankara, durante los últimos meses, y del que las primeras investigaciones policiales, por las que han sido detenidos su padre, la madre y la hermana, revelan que estaría situado ideológicamente en la esfera de Al Qaeda y por tanto pertenecer a una de las bandas del terrorismo islamista internacional.

Rusia y Turquía han manifestado ya que investigarán de manera conjunta un asesinato que eleva la tensión geoestratégica a un nivel máximo de tensión y que cuenta con todos los ingredientes de la escalada bélica que nos indican las noticias y nos sugiere el sentido común. Porque se trata esencia de la aparición estelar de la dormida Al Qaeda, organización terrorista internacional de la que nadie sabe dónde está, pero que como el caballo en el ajedrez, es capaz de matar por sorpresa, al poseer la capacidad de moverse por encima de las figuras enemigas, según las propias leyes que le concedieron los responsables del damero maldito de la sociedad occidental.