
La lista de agravios podemitas, y sus listas blancas, contra la razón y la convivencia comienza a desbordarse en un siniestro suma y sigue que ocupa todas las áreas, todos los días y que como un virus mutante está contagiando a la sociedad española con una escalada de titulares en primera página y una larga lista de acciones políticas ajenas a los focos de la actualidad política y basadas en lo sentimientos.
Lucen ante los «flashes» asegurando que no hay que utilizar la palabra «guardería» y no olvidamos a la diputada de Podemos en las Cortes de Aragón Amparo Bella ofendiendo la memoria de Miguel Ángel Blanco, mientras Carmena y sus titiriteros anuncian mandar al infierno la Semana Santa madrileña al llamarla Semana de las festividades y pintar los pasos de cebra de la ciudad con la bandera del orgullo gay y sus coleguis gallegos en Pontevedra nombran a Rajoy persona no grata en su ciudad. La Colau financia un Padrenuestro blasfemo y El Kichi de Cádiz echa de su ciudad el homenaje a los represaliados opositores en la Venezuela totalitaria o la Juez de Canarias, ?¿se acuerdan? la señora Rosell, como diputada en Cortes, monta el pollo en el aeropuerto de Gando porque quiere tratamiento VIP.
«El contagio que realizan los profesores de la Complutense, desde su núcleo irradiador mediático, hacia muy variados colectivos de opinión que adoptan sus lemas, y posturas del enfrentamiento»
Pero poco sabemos de los podemitas asturianos empeñados en decretar el uso obligatorio del asturiano o esos otros grupos de ciudadanos que trabajan por la independencia de Andalucía del opresor estado central.

En este sentido, poca chicha informativa llega a Madrid de esa Ibiza en la que los podemitas decidieron el otro día acribillar a las cabras autóctonas y poco oímos de la necesaria respuesta al gesto fascista del Gobierno de Uxue Barcos al expulsar a los niños que quieran aprenden en español de las guarderías públicas.
Porque no se trata de ese Podemos que vende Pablo Iglesias en sus comparecencias informativas desde el Congreso. Pura paja y espectáculo circense. El hecho real del que poco sabemos es la infiltración real tan interesada como ideológica, el contagio que realizan los profesores de la Complutense, desde su núcleo irradiador mediático, hacia muy variados colectivos de opinión, que aunque aparentemente lejanos a sus tesis populistas y a su color político, adoptan sus lemas y posturas de enfrentamiento.
Ahí está su concepto publicitario de «la gente», y su adhesión a un referendum catalán sobre el falso derecho a decidir. Todo el poder para el pueblo pero sin él. Quizás ni Iglesias se hubiera atrevido a imaginar tantas maldades tan feliz como está de sacudir nuestras conciencias a diario con sus ofensas publicitarias y esa especie de atrevimiento de niño mimado que solo busca el enfrentamiento.
No se puede decir con más exactitud; estamos en el cenit de la propaganda que busca las ingenierías sociales, en una manipulación de la mente de las personas que ni Goebbels se hubiera atrevido a soñar…
Excelente publicación totalmente realista.