
Hay quienes tienen vergüenza de ser españoles por activa y por pasiva. Yo me avergüenzo de los que cobran desmesuradamente de mis impuestos y, desgraciadamente, se permiten destrozar, por su cara bonita de tan sectarios como arrogantes intolerantes, nuestro estado de derecho… Y,en esencia, son tan egoístas que son capaces de reírse y despreciar a los demás, convirtiendo a la democracia en un régimen totalitario.
Según estos populistas, falsos reyes del reino de Narnia, por el bien de la libertad del ciudadano son capaces de torturar, sin compasión, a los que nos les siguen la corriente. Pero sí, que el fútbol siga siendo instrumento de entretenimiento, y que el deporte apague la realidad… Que no pare el cobro del impuesto revolucionario mientras la obra manipuladora siga realizando autopistas hacia el pillaje con el tres por ciento.
A costa nuestra se pagan sus colecciones de Ferraris, comen, y a los postres, brindan en los más caros y selectos restaurantes, y si es necesario se colocan unos caros trajes con bonitos relojes.., realizan viajes de ensueño y botellones disparatados en sus tan subvencionadas como falsas embajadas.., y para la indignación de los vecinos, falsean los conceptos con su gran y televisivo aparato propagandístico: Unos emplean el término «casta», otros el de «corrupción, o «partitocracia» y todos en coro desafinan cantando a la «libertad», el » prusés», «la economía va bien», y el consabido «se está generando empleo»… Y aunque no paguen a sus farmacias aseguran con su falsa sonrisa que «tenemos una sanidad de primer nivel».
En esencia amigos que en este país de las maravillas que es la falsa Cataluñistán, la democracia se disfraza de pueblo, pero se ahoga en los caprichos y tremendos beneficios de los falsarios que deberían administrarla y solo nos engañan.