Manuel Artero Rueda 
«Pura marca España con la que martillean al ciudadano un manojo de políticos periodistas y sindicalistas entre los que cabe destacar a ese viejo y ahora podemizado PSOE»
La izquierda republicana y separatista tanto como la derecha corrupta catalana aseguraron en su día que la nueva Ley de Educación era un motivo más para la independencia de Cataluña. Lo olvidamos esta semana última de golpe de estado televisado en Cataluña con el principal lema publicitario de que el mayor acto democrático que se pueda realizar hoy en España no es otro que la independencia. Y de propina en ese discurso propio y machacón que sostienen sus medios de comunicación subvencionados, no les da ni tan siquiera un poquito de vergüenza ajena afirmar que «El independentismo catalán es integrador y constructivo y por ello gusta cada vez a más catalanes. Pura marca España con la que martillean al ciudadano un manojo de políticos periodistas y sindicalistas entre los que cabe destacar a ese viejo y ahora podemizado PSOE. que comparte el pensamiento débil de esa legión de progres que atiza desde las redes sociales y todos los días recurre a una de sus frases preferidas: El derecho a decidir. El derecho a la vida en democracia.
Y está claro que en esta toma de posiciones hay seres que deciden y asumen su responsabilidad. Seres que, más que marcados por su ideología, actúan como lobotizados y sin raciocinio porque “reciben” órdenes de su partido, de su sindicato, de sus telarañas progres, de sus líderes de opinión y se mueven en el campo de las neuronas de forma automática y hasta hablan bonito, con poesía, educación y un profundo anhelo de comprensión.
Recuerdo al respecto una reflexión del genial Julio Camba extraída de su colección de artículos sobre Nueva York agrupados en el volumen titulado “La ciudad automática”. En el capítulo “Pistolerismo” repasa el comportamiento de las mafias. Dice así: “Los “gangs” o Sindicatos de pistoleros son una de las organizaciones comerciales mas serias que hay en Nueva York, y al abonarse a uno de ellos, ofrecía hasta ahora ventajas innumerables“.
¿No parece que entre líneas se pude descubrir a los millones de descerebrados marcados por esta España del enchufe, la progresía subvencionada y esos partidos y sindicatos que todo lo tapan, y así gozan de la ventaja esencial de no pensar, o mejor aún, de pensar en forma automática? Es la marca España.
