
«Ha llegado el final de la película protagonizada por los traidores gobernantes de la Generalidad de Cataluña. El director, un tal Puigdemont, un actor de tercera categoría interpretando un papel que le viene grande»
Ha llegado el final de la película protagonizada por los traidores gobernantes de la Generalidad de Cataluña. El director, un tal Puigdemont, un actor de tercera categoría interpretando un papel que le viene grande. Después, un tal Junqueras, un amodorrado y poco preparado física e intelectualmente para tal representación. Les siguen figurantes con frase como Turull y algunos más. A continuación los especialistas, esos profesionales que realizan la parte más arriesgada en cada escena . Esos son los jefes de Omnium Cultural y ANC, que han sido los que se han llevado el primer golpe. Saltar al vacío o caerse de un caballo desbocado tiene sus riesgos. Luego vienen los extras,la masa que aclama de forma borreguil, portando una bandera ilegal. Un grupo lanar sin conciencia, una ganadería sin pensamiento lógico y crítico, además, muchas afrentas y soeces mentiras al resto de los españoles.
El director de fotografía a cargo de TV3 que ha quedado para siempre como una cadena sectaria y mentirosa. Y para colmo, la directora de casting, Forcadell, creyéndose sus propias mentiras y sin potente presencia escénica. Esos han sido los medios con que ha contado la producción para realizar el film, aunque si han tenido un excelente subvención por parte de todos los españoles. Ni por esas. Poco bagaje para intentar vencer a un Estado con todas las leyes, verdades y apoyos internacionales en su mano. Una película de ciencia ficción, que no podía salir bien parada. Un rotundo fracaso de crítica y público.