
«Es paradójico que la libertad condicional de Carme Forcadell y de varios integrantes de la Mesa del anterior parlamento pruebe que la cárcel es parte fundamental de la solución al asunto. Esto que sigue es lo que Lady Procés y sus compañeros dijeron en realidad al juez Llarena durante su tarde temblorosa. Nosotros quisimos destruir un Estado democrático. Nosotros quisimos privar de derechos fundamentales a los ciudadanos españoles. Nosotros quisimos desobedecer la Ley. Nosotros quisimos arruinar a nuestros compatriotas. Pero todo lo quisimos con el acuerdo del Estado a destruir, de los titulares de los derechos a arrebatar, con el acuerdo de la Ley y con el acuerdo del Dinero. Siempre hemos sido gente pacífica. Si no puede ser, pues buenu, pues molt bé, pues adiós.»
