
«El éxito de la vacuna antivariólica en la prevención de la enfermedad ha sido tal que hoy día, la viruela ha sido erradicada en el mundo»
Se conmemora por estos días el comienzo de la aplicación de la vacuna contra la viruela en España. La palabra “vacuna” deriva de “vaca”, ese simpático bóvido que se ríe en las cajas de quesitos, porque la primera se descubrió a partir de estos cornúpetas gracias a las investigaciones del médico inglés Jenner en el siglo XVIII.
Desde antiguo se sabía que las personas que se dedicaban a ordeñar solían infectarse con el virus de la viruela vacuna, que producía ampollas en las ubres de las vacas y también en las manos y brazos de las personas que las manipulaban. Sin embargo este virus vacuno es menos peligroso que el de la viruela humana, enfermedad muy contagiosa y mortal a menudo. Los infectados de viruela vacuna no sufrían nunca la viruela humana, puesto que quedaban protegidos.
Jenner así lo demostró. Para ello sacó fluido de una pústula (ampolla) de una mujer que se dedicaba al ordeño y se la inoculó a un niño sano dándole varios cortes en el brazo e introduciendo el líquido. Unas semanas después inoculó al niño con el virus vivo de la viruela humana, y el niño no enfermó. Probó con más gente y todos los inoculados nunca llegaron a sufrir la enfermedad, puesto que quedaban protegidos.
El nuevo descubrimiento comenzó a aplicarse en todo el mundo y en este sentido el papel de España fue determinante, pues fueron españoles los que impulsaron una expedición a América, comandada por el insigne médico Balmis, para propagar la vacuna. Para ello se valieron de 22 niños huérfanos que eran infectados con viruela vacuna de uno en uno en cadena y hacían de reservorio. Si bien el método era algo expeditivo, por lo menos no pueden acusarnos esta vez de no haber hecho un bien a la humanidad. Y puede demostrarse que nuestra labor en América no sólo se redujo a matar indios, como dicen algunos miserables americanos y españoles.
La palabra «vacuna» no se hizo popular hasta el siglo XIX cuando Pasteur (descubridor de la vacuna contra la rabia) comenzó a usarla. Desde entonces se conoce como vacuna toda inoculación para prevenir una infección bacteriana o vírica.
El éxito de la vacuna antivariólica en la prevención de la enfermedad ha sido tal que hoy día, la viruela ha sido erradicada en el mundo. Tan sólo se guardan algunos cultivos por si un día es necesario fabricar nuevas vacunas.
Otras enfermedades todavía no disponen de vacuna, y algunas ideas políticas peligrosas, tampoco.