La Odisea de Gómez de Espinosa, otro de nuestros héroes olvidados, en la búsqueda del Tornaviaje. Por José Crespo

"TÚ FUISTE UNO DE LOS PRIMEROS QUE LA VUELTA ME DISTE." Es el escudo de armas concedido al capitán de la nao Trinidad, Gonzalo Gómez de Espinosa. Espinosa es uno de esos héroes olvidados, de importancia capital en la historia del viaje de la primera vuelta al mundo.
«TÚ FUISTE UNO DE LOS PRIMEROS QUE LA VUELTA ME DISTE.» Es el escudo de armas concedido al capitán de la nao Trinidad, Gonzalo Gómez de Espinosa.
Espinosa es uno de esos héroes olvidados, de importancia capital en la historia del viaje de la primera vuelta al mundo.

 

«Llegada la expedición de Magallanes al archipiélago filipino y ante la proximidad de los portugueses, Magallanes entabló una alianza con el rey de la isla de Cebú»

Llegada la expedición de Magallanes al archipiélago filipino y ante la proximidad de los portugueses, Magallanes entabló una alianza con el rey de la isla de Cebú, que fue bautizado con el nombre de Carlos, como el rey de España. Se reservó a los españoles el comercio con la isla y, a cambio, éstos se comprometían a ayudar militarmente al rey contra cualquier isla que no se sometiera a su autoridad.

En cumplimiento de este acuerdo, el 27 de abril la expedición atacó la isla de Mactán, vecina de Cebú, pero el ataque resultó un desastre. Magallanes murió en un combate el 27 de abril de1521  y las naves hubieron de retirarse a toda prisa. Al regresar a Cebú y explicar su fracaso al rey Carlos, éste concluyó que los españoles no eran tan poderosos como habían alardeado, y decidió romper la alianza. Y, por si acaso eran más poderosos de lo que parecían, invitó a un banquete a los jefes y oficiales de la expedición y mató a los treinta y dos que aceptaron el convite.

Los marineros, dirigidos por Juan Carvallo, uno de los pocos oficiales supervivientes, zarparon a toda prisa y llegaron a la isla de Bohol, situada inmediatamente al sur de la de Cebú. Dado que sólo quedaban ciento ocho supervivientes, decidieron deshacerse de la nave Concepción incendiándola tras salvar y repartir la carga y tripulación entre la Trinidad y la Victoria. Desde Bohol, las naves pasaron a Mindanao, una de las islas mayores islas, luego a la menor de Joló y desde allí tocaron en Borneo. La incompetencia puesta de manifiesto por Carvallo hizo que fuera destituido y sustituido por Gonzalo Gómez de Espinosa, que se puso al frente de la Trinidad, mientras que encomendó la Victoria a Juan Sebastián Elcano.

Pero nada más zarpar percibieron que la Trinidad hacía agua peligrosamente, por lo que Elcano y Gómez de Espinosa tomaron el juicioso acuerdo de que el primero prosiguiera a España con la Victoria, mientras que Espinosa lo intentaría en dirección a América a bordo de la Trinidad una vez reparada.

Trinidad Espinosa
Derrota de la Trinidad capitaneada por Gómez de Espinosa

«Fueron tres meses de arduas y cuidadosas reparaciones, tras las cuales Gómez de Espinosa partió de Tidore el 6 de abril de 1522, con cincuenta y cuatro hombres tripulantes»

Fueron tres meses de arduas y cuidadosas reparaciones, tras las cuales Gómez de Espinosa partió de Tidore el 6 de abril de 1522, con cincuenta y cuatro hombres tripulantes y mil quinientos quintales de clavo. Navegaron unas cuarenta leguas hasta el puerto llamado Zamafo, isla Morotay, territorio del rey de Tidore, donde adquirió suministros. Finalizada la operación zarparon de nuevo y ya en alta mar convocó a consejo a toda la tripulación para formar una decisión de la derrota a tomar optándose por intentar dirigirse a Panamá.

La nao tomó rumbo noreste, pero los vientos contrarios que soplaban desde el este les obligaron a ascender cada vez más al norte. A los 5º de latitud norte hallaron el extremo sur de las Carolinas o de las Palaos, que llamaron San Antonio y San Juan. Continuaron hacia el norte y empezaron a sufrir los rigores del frío además de tremendo oleaje, sumado de hambruna y escorbuto.

A los 42º N se vieron envueltos de una tremenda tormenta que duró casi una semana estando a punto de naufragar y que evitaron cortando el castillo de proa añadiendo a la desgracia la rotura del castillo de popa y el mastelero mayor que quebró por la mitad. Las velas quedaron hechas trapos pero al menos las cosieron como pudieron, momento en el que ya habían sufrido treinta bajas y el ánimo se encontraba por los suelos por lo que el capitán Espinosa optó por regresar a las Molucas para intentarlo por la vía portuguesa. Lamentablemente si hubieran insistido un poco más navegando hacia el norte se habrían encontrado con la corriente de Kuro-Shivo que les habría transportado hasta a las costas californianas.

En agosto de 1522 arribaron a una isla donde pudieron fondear, bajando a examinarla dos miembros de la tripulación que a su regreso informaron se trataba de una isla pequeña y árida. Estaba habitada por unos cuarenta aborígenes, se llamaba Mao y según Fernández de Oviedo era la más cercana a la isla de Botaha, del archipiélago de los Ladrones, situada entre 12 y 13 grados de la equinoccial. Recogieron cañas dulces y algunos frutos que sirvieron para aliviar a los enfermos, así como quince pipas de agua potable. Desde allí pusieron proa a las Molucas, que se encontraban a unas 300 leguas.

Ya era el mes de septiembre, habían pasado tras mes y medio de recorrido con grandes pérdidas humanas, y a los cinco infructuosos meses de navegación, arribaron en septiembre a la costa de Zamafo, en las inmediaciones de la isla de Doy, en las inmediaciones de las Molucas. Encontraron entonces una nave con cuyos tripulantes pudieron entenderse. Les dijeron que quince días después de su partida habían llegado los portugueses a Ternate, distante media legua de Tidore, con entre cinco y siete naves mandados por el capitán Antonio de Brito levantando allí una fortaleza el 24 de junio de 1522 dedicada a San Juan, tal como relata el cronista portugués Juan de Barros.

Ternate Tidore-Moluccas-1760-Indonesia.-Author-Bellin
Ternate Tidore-Moluccas-1760-Indonesia.-Author-Bellin

«Los portugueses les detenían y les arrebataban todos los mapas levantados, cartas de navegación, astrolabios, diarios derroteros y elementos de marear, les apresaron la nao y la llevaron al puerto de Talangomí»

Gonzalo de Espinosa escribió una carta al gobernador portugués de Ternate y la envió con el escribano Bartolomé Sánchez en el navío que había encontrado previo pago. En la misiva le pedía ayuda al capitán de los portugueses para llevar la Trinidad hasta Tidore, ya que no tenía forma de hacerlo por sus propios medios al tener prácticamente enferma a toda la tripulación y el resto había muerto en la travesía. No se obtuvo respuesta de los portugueses por lo que levaron ancla y a duras penas navegaron el puerto de Benaconora. Nada más atracar llegaron Simón Abreu y Duarte Rager, con varias naves con los capitanes García Manrique y Gaspar Gallo quienes subieron a bordo de la Trinidad con la respuesta de Antonio Brito, fechada el 21 de octubre de 1521 y por la que les detenían y les arrebataban todos los mapas levantados, cartas de navegación, astrolabios, diarios derroteros y elementos de marear, les apresaron la nao y la llevaron al puerto de Talangomí, entre las islas de Tidore y Ternate.

Gonzalo de Espinosa con sus hombres sanos fue conducido a la fortaleza que Brito había levantado en Ternate y los enfermos al hospital. También les exigieron la entrega del estandarte Real de Castilla a lo que Espinosa se negó a lo que Espinosa pidió que se levantara testimonio de todo el material que le fue arrebatado pues pertenecía al rey de España, pero Brito le amenazó con colgarle de un mástil si reiteraba la petición. Entre el botín arrebatado a los españoles se encontraba todos los diarios sobre la navegación realizada. Brito tomó buena nota de los escritos, los transcribió e informó a su rey por carta fechada en 1523. En ella señalaba que los españoles «hallaron vientos escasos, porque no supieron tomar el monzón, y fueron a los 40 grados norte. Por su cuenta habían hecho 900 leguas cuando arribaron». Recogió así mismo los papeles sobre el paso del estrecho y anotó : «Este estrecho está en 52 grados largos y tiene 10 leguas de ancho cumplidas, y corre norte-sur la mayor parte de él. A lo largo hay lugares a cinco leguas, a una legua, a media legua y a un cuarto de legua».

Espinosa se reunió en la prisión de Ternate a otros españoles encadenados siendo obligados todos ellos a realizar trabajos forzados durante cuatro meses en la construcción de la fortaleza de Ternate sucediéndose un goteo de muertes. Seguidamente Brito, a principios de 1523, los envió a la isla de Banda, situada a unas cien leguas donde se recolectaba nuez moscada, pero quedándose con el carpintero maestro Antonio y el calafate Antonio Basazaval. Desde allí, tras permanecer otros cuatro meses fueron trasladados a Java, deteniéndose en la población de Agrazué, y después llevados a Malaca, donde fallecieron cuatro hombres más, siendo entregados al gobernador y capitán general Jorge de Alburquerque. Finalmente fueron conducidos a Ceilán y Cochín, desapareciendo el escribano Bartolomé Sánchez y dos más, quedando ya ocho supervivientes que permanecieron allí algunos meses más pues las naves portuguesas en dirección a Europa habían partido ya.

El marinero León Pancaldo y el maestre de la Trinidad Bautista Poncero escaparon hasta Mozambique escondidos en una nave donde fueron capturados, sobreviviendo solo Pancaldo que terminó encarcelado en Lisboa donde sería liberado. Gonzalo Gómez de Espinosa, Ginés de Mafra y el maestre Hans, Ance, terminaron sus desventuras en la cárcel del Limonero en Lisboa en 1526, en la que murió este último. El emperador Carlos I de España y V de Alemania logró rescatar los otros dos, que volvieron finalmente a España.

 

Mapamundi de uno de los atlas de Bautista Agnese, fechado en 1544. Dominio público
Mapamundi de uno de los atlas de Bautista Agnese, fechado en 1544. Dominio público

«Imaginemos qué película o documental histórico podría surgir no de la imaginación sino de esta tremenda odisea y dura realidad»

Gonzalo Gómez de Espinosa y Ginés de Mafra llegaron finalmente a Valladolid donde declararon sobre todo los sucedido en agosto de 1527. El cronista Fernández de Oviedo afirma que habló con Espinosa en 1528, cuando Carlos I «le hizo mercedes y le concedió un privilegio de muy nobles armas, que yo he visto originalmente». El rey otorgó efectivamente a Espinosa una pensión de 300 ducados y al año siguiente le nombró visitador y capitán de las naos de las Indias. Residía entonces en Sevilla, donde le había conocido el cronista. El triste fin de todos los navegantes de la Trinidad fue consecuencia de no haber podido encontrar la corriente de Kuro-Shivo para volver desde Filipinas hasta América.

Imaginemos qué película o documental histórico podría surgir no de la imaginación sino de esta tremenda odisea y dura realidad. Por supuesto de este triste final de la expedición de Magallanes-Elcano cabe concluir que resulta complicado atribuir al reino de Portugal algún mérito en la circunnavegación, más bien todo lo contrario.

José Crespo

José Antonio Crespo-Francés. Soldado de Infantería Española, Doctor en Artes y Humanidades. Enamorado de Aranjuez la ciudad donde vivo, Colaborador en radio y publicaciones electrónicas, autor de trabajos históricos dedicados al Servicio Militar y Valores, y a personajes en concreto como Juan de Oñate, Vázquez de Coronado, Blas de Lezo o Pedro Menéndez de Avilés y en general a Españoles Olvidados en Norteamérica y Españoles Olvidados del Pacífico. Rechazo la denominación de experto, prefiero las de "enamorado de" o "apasionado por". Si Vis Pacem Para Bellum

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