Manuel Artero Rueda 
«Observo con estupor el mantra comunista y manipulador sobre el 8-M que amplifican los poderosos medios de comunicación vendidos al poder»
Observo con estupor el mantra comunista y manipulador sobre el 8-M que amplifican los poderosos medios de comunicación vendidos al poder, los podemitas porque les viene de serie, los sectarios de estómago y bolsillo agradecido y hasta el último de los votantes no arrepentidos del PSOE a los que en su día. por compartir con ellos oficio y responsabilidades, reconocí sentido común, cultura y hasta bonhomía. Es el mismo mantra que casualmente hoy ha esgrimido Irene Montero en La Sexta:
Ferreras a Irene Montero: «¿Las manifestaciónes del 8 de marzo debieron suspenderse?»
Irene Montero: «Nosotros hicimos en todo momento lo que dijeron los expertos y las autoridades sanitarias, en esto es importante no hacer partidismo… Ese fin de semana se produjeron muchas concentraciones…»
Y con su cara de hormigón de siempre la ministro ataca a Vox por su congreso en Vistalegre y de paso, a todo la derecha y la ultraderecha por hacer política contra las mujeres y el feminismo aprovechando el feminismo. El mismo mantra que hoy corre como la pólvora con salvedades particulares entre las que podemos leer y oír la de la comparación del 8-M con la responsabilidad de la concentración de fieles ante Jesús de Mecinali o a de los aficionados al fútbol en el estadio del Atlético de Madrid.
«La ministro olvida el pequeño detalle de que la autoridad es ella y además de seguir realizando el partidismo que critica, como autoridad del estado ella sí tenía la información necesaria»
La ministro olvida el pequeño detalle de que la autoridad es ella y además de seguir realizando el partidismo que critica, como autoridad del estado ella sí tenía la información necesaria y suficiente para prohibir el 8-M y también los partidos de fútbol, el congreso de Vox y cualquier otro evento multitudinario como el de Jesús de Medinaceli que ahora resuena en el mantra de la izquierda divina y manipuladoara.
Pero claro, como ahora ya sabemos los españoles, la ideología primó sobre la salud de los gobernados y para permitir el 8-M tuvo que permitir todo e ignorar la amenaza del coronavirus. Y quien no lo comprenda es que sencillamente no le interesa aceptarlo.
