
«El gobierno es incapaz de pedir perdón ni de declarar luto oficial, con un presidente que se puso corbata negra y un lazo de luto por las 130 víctimas de París»
El gobierno es incapaz de pedir perdón ni de declarar luto oficial, con un presidente que se puso corbata negra y un lazo de luto por las 130 víctimas de París pero que ahora es incapaz de hacerlo por las 16.000 víctimas (oficiales) de España… que posiblemente se multipliquen por dos o tres, pues todavía quedan por esclarecer y para lo cual esperemos haya un juez decente que arroje luz y no tape la basura gubernamental como estamos acostumbrados a ver, gobierne quien gobierne.
Quizá se diga que es fácil juzgar a toro pasado pero tras las pruebas que estamos viendo estos días, el gobierno español de lo único que viene dando pruebas es de una sólida contumacia, es decir persistencia y dureza en mantener el error cometido.
El gobierno, poblado de necios miserables y mentirosos patológicos sin empatía alguna, debería haber decretado el estado de alarma el mismo día 31 de enero, al día siguiente de declarar la OMS la Emergencia Sanitaria Pública de Interés Internacional haciéndose cargo por completo desde el día 30 de toda la responsabilidad sanitaria en todo el territorio nacional en aplicación del artículo 14 de la Ley General de Sanidad Pública, en vez de tirarse 11 horas discutiendo con Podemos cuyos secuaces solo tenían la única pretensión de separar dos regiones españolas del control sanitario estatal en contra de la Ley.
Se debería haber hecho esa declaración no para conculcar nuestros derechos de reunión y libre circulación, ni para medidas comunistas confiscatorias, que ya se están aplicando y que van de camino al saqueo de la propiedad, la banca e industria privada, sino para dedicar todos, absolutamente todos los recursos del Estado a la preparación y lucha contra el riesgo de pandemia que se había anunciado, es decir, proceder a acopiar material médico y sanitario, preparación de hospitales de emergencia, despliegue de las Fuerzas Armadas, contratar con empresas privadas españolas que las hay y muy buenas, la fabricación del material escaso, como respiradores, mascarillas, alcohol, geles, jabones e incluso test rápidos que se pueden fabricar en empresas españolas, y que por lo visto no se han seleccionado por parecerles a algunos que era material caro, por eso han preferido optar por el baratillo chino que deberán aclarar ante la Justicia y salir a la luz los implicados de esa burda y más que posible corruptela.

«Ha quedado más que probado que hubo dejadez, negligencia, imprevisión logística absoluta, imprudencia y hasta engaño deliberado a la opinión pública»
Ha quedado más que probado que hubo dejadez, negligencia, imprevisión logística absoluta, imprudencia y hasta engaño deliberado a la opinión pública, valorando de superfluos servicios como las Fuerzas de Seguridad y las propias Fuerzas Armadas donde no escasean expertos en Emergencias y en Logística de Guerra, auténticos gestores preparados para situaciones como esta y que habrían podido organizar una cadena internacional y nacional de abastecimiento, almacenaje, mantenimiento, suministro y distribución de material y recursos en tiempo real.
Junto a la buena voluntad de nuestros admirables sanitarios, lejos de eso vemos celos entre servicios de emergencia, competencias locales, autonómicas y estatales enfrentadas, a los comunistas atacando a la Sanidad privada y hasta desobediencia por parte de gobernantes separatistas que deberían estar encarcelados y que han despreciado el servicio de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil.
Y lo más doloroso, ancianos que no tuvieron infancia, que lo dieron todo por nosotros, que han cotizado más de 40 años para tener lo que tenemos, que incluso no han ido en su puta vida al médico, y ahora se les niega un respirador.
Ustedes miembros y “miembras” de este gobierno deberán pagar por este crimen que ya supera en cinco veces la tragedia de las Torres Gemelas y todavía vemos al doctor Sánchez sin corbata negra, ni declaración de luto oficial, tampoco el que dice que va al congreso en camiseta para “montar el pollo”, que va a ver al Rey en vaqueros, pero que a la gala de los Goya se pone un esmoquin el muy indecente, ¡póngase al menos ahora un lazo negro, sinvergüenza!, y no digamos ya el argentino motorizado dando clases de nada y ensuciando con su boca la palabra patria.