
«El diputado de Ciudadanos Marcos de Quinto ha dado una lección de economía real al ignorante de Podemos que alardea de favorecer al pueblo implantando restricciones»
El diputado de Ciudadanos Marcos de Quinto ha dado una lección de economía real, y en sede parlamentaria, al ignorante de Podemos que alardea de «favorecer» al pueblo implantando restricciones a los precios y al libre comercio…
En su afán ordenancista, y reductor de derechos y libertades, el Gobierno está restringiendo la libertad de comercio con el falaz argumento de impedir que las clases más desfavorecidas se vean privadas de algunos productos y servicios…
Solo habría que ser capaz de reflexionar un poco, o de haber tenido que trabajar en el mundo real (a falta de una mínima cultura económica), para saber que la limitación de precios conduce inevitablemente a la escasez de los productos regulados. Es algo que ya experimentaron los romanos y, para no tener que ir a buscar el conocimiento tan lejos, ya pasó en la época franquista.
Como bien ha explicado el diputado Marcos de Quinto (aunque no creo que lo haya entendido el comunista de Podemos), la limitación del precio de un producto o servicio implica la desincentivación del productor para fabricarlo o, en el mejor de los casos, la desincentivación para mejorar su calidad ya que si el precio va a ser el mismo ¿por qué mejorarlo?
Lo único que garantiza que todos puedan acceder a los productos o servicios que precisan es que haya abundancia de estos y el ciudadano pueda escoger modelo, precio y cantidad y lo único que garantiza que los productores tengan incentivos para producirlos es la expectativa de un beneficio.
Franco reguló los precios de muchos productos (tenía la misma obsesión que los actuales por dirigir la vida de los españoles) y consiguió que estos fuesen escasos. Franco creó o nacionalizó muchas compañías de servicios, transportes, telecomunicaciones; consiguió que los trenes llegasen sistemáticamente con retraso; que los españoles tuviésemos que esperar años para conseguir un teléfono; que los sueldos no reconociesen los méritos de los trabajadores; que los mejores cerebros emigrasen para poder desarrollar todo su potencial… vamos hacia el mismo sistema con distinto nombre. ¡Desenterraron a Franco para poder resucitar su espíritu¡