El camino de La Paseata y un secreto inconfesable. Por Manuel Artero

«Este verano de paseata, la Via Apia me susurró dos frases: Para la primera aprovechó la frescura de la sombra de un ciprés donde me cobijé un rato»
Este verano de paseata por la la Via Apia, sus augures me susurraron dos frases: Para compartir con los lectores la primera aprovechó la frescura de la sombra de un ciprés donde me cobijé un rato. Decía, al ritmo sincopado de los gorriones, así: «Muchas veces se suelen perder los hombres por el camino mismo que pensaban remediarse. Francisco de Quevedo». La segunda me la guardo de recuerdo como un secreto inconfesable.

«Pero los camino en la Vía Apia o en la Sierra de Aracena siguen ahí para disfrutarlos, caminarlos, vivirlos y para sufrirlos en las cuestas arriba»
Inconfesable porque está unido a la propia sangre de mis ancestros y la terrible traición que los humanos padecemos, como una insufrible herida, cuando el puñal que nos hiere viene de los que por historia creías de los tuyos. Pero los camino en la Vía Apia o en la Sierra de Aracena siguen ahí para disfrutarlos, caminarlos, vivirlos y sufrirlos en las cuestas arriba, porque como la vida que simbolizan nos muestran nuestras miserias y ese mensaje esperanzador acerca de las nuevas generaciones que nacen y darán testimonio de su bendita realidad que nos convierte en su memoria en inmortales

Me gustan estas fotos de caminos, son como la vida misma, de subida, de bajada y el camino llano con piedras y bifurcaciones…
Me apasionaron las tres. El último que titulo «segundo tramo…» me ha dejado secuelas… y todavía, cuatro o cinco días después, mi tendón de Aquiles sigue inflamado. De ahí las palabras de Quevedo. Un abrazo.
Ensoñaciones de caminos: caminos reprimidos. Caminos placientes y aseados para transitar en paz y compostura (delicias de lo claro y limpio). Camino de silencio, hacia el desconsuelo. Con qué facilidad la soledad se encamina sola, sin aplausos. El delirio: sin camino.¿Qué camino del cielo debo tomar? Camino huyendo de mí y siempre a mí me encuentro. Camino de débiles e nocentes. En zigzagueo buscando los rayos de sol. ¿Acaso no veo caminos de hastío e indiferencia? Un camino sin salida, que es el del que no encuentra (el de todos). ¿Quién cree que algo debe ser hallado en los caminos? El que conduce al agrio olvido. (Lo que va quedando en el camino). En algún camino se encalló la vida que pudo ser y que nunca nadie sabrá lo que no ha sido.