
«El ejecutivo se ha sacado de la manga del anorak una reforma de la sierra de Madrid, en concreto de Navacerrada; por no se qué problemas de un cambio climático»
Como no tenemos en España problemas en los que pensar, parió la abuela, con su ya trastornada memoria, para decir bobadas sin fundamento, ese que le gusta tanto a Arguiñano y que en los guisos y platos gastronómicos está bien. Pero los fundamentos en política no son estables nunca y nunca deben serlo, porque como decía Luis Eduardo Aute “el pensamiento es estar siempre de paso”, a pesar de que sea muy cómodo recurrir al pensamiento estructurado, y ya lejano, de otras épocas.
En un mundo cambiante a velocidades de vértigo, tanto científicas como tecnológicas, ningún planteamiento político existente a priori es aplicable salvo, uno no político, el llamado sentido común. El sentido común es algo innato, algo que incluso estaría contemplado, e implícito, en los diez mandamientos de la ley del Dios Cristiano, y eso aunque yo no lo sea y no esté obligado a cumplirlos por creencia religiosa, pero sí por sentido común.
Ningún Dios, ni siquiera Pablo Iglesias, que está ya definitivamente en los cielos del Olimpo sableando con sus rayos a incautos Faunos procaces y libidinosos, puede salirse eternamente con la suya, aunque solo sea porque la eternidad no es un concepto manejable en este sistema físico de universo que poseemos, fuera del cuál no seríamos nada. Por el momento está Pablo en los preludios de las siestas que le aguardan, bien calentito, en la Asamblea de la Comunidad de Madrid. Él siempre ha sabido que es mejor eso que pelarse de frío en la calle, descalzo y descamisado. Descamisado él no lo ha sido nunca, aunque haya tenido que pegarse con “lúmpenes” que robaban una mesa de mezclas, pero que claro eran de clase social mucho más baja que la suya (comentario extractado de uno de sus videos en la red).
Su modo de contemplar a los demás es por así decirlo, muy comprensivo y Comunista, por lo que se ve. Claro que comunismo y nazismo forman un todo en la misma sopa revolucionaria. De ahí el cacao mental que portan algunos con el que endulzan mentes hechas de bizcocho bobalicón. Pero vamos al tema, que me pierdo por los cerros de Úbeda o los llanos de Albacete o los Montes de Teruel.
Pues verán ustedes. Últimamente se ha puesto de moda, o han puesto de moda, para evitar que el “pueblo”; ( dentro plano general de público, cámara dos), el pueblo hace la ola a lo que le pongan cuál zanahoria delante de la nariz, aunque sea en televisión y con carencia de olor; se inmute ante otras noticias con más enjundia. En esta ocasión, el ejecutivo se ha sacado de la manga del anorak una reforma de la sierra de Madrid, en concreto de Navacerrada; por no se qué problemas de un cambio climático, más deseado y ficticio que real, que haría subir un metro el nivel del mar a finales del siglo XXI; una clausura de las pistas de esquí en dicha sierra.
La consecuencia inmediata es paro, cierres de negocios, por si ya no lleváramos pocos y cosas así tararí. ¡Oiga que dice el Presidente! Por elección, o sea él ecto…¿plasma? de ñoños y apoyo de coletudos, moñetas y rastafaris que hay que cerrar la estación de esquí de la montaña de Madrid. Porque sí tarará, porque se me ha ocurrido a mí, que te vi, a los esquiadores, excursionistas y demás pendejos hijos del populacho, que les den, ¡coño! Que se compren un chalet con jardín, como el mío, si quieren ir al campo, y no vengan a joder el medioambiente a la naturaleza, que son todos unos putos excursionistas y esquiadores, unos polucionadores de caspa y órdago.
Así que Madrileños y Segovianos, a joderse tocan y a irse a otras estaciones invernales más lejanas hasta que a algún iluminado también se le ocurra decir que se las van a cargar. Desde luego, puedo asegurar que hay becerros, mugientes más inteligentes que algunos de nuestros gobernantes, porque para polución ya somos bastante los humanos. Y que vas a hacer ¡presidente! Diezmar a la población con purgas tipo Stalín, solo te falta ya eso para hacer el ridículo más grande del ojete de la historia de la humanidad. En el futuro si dicen de mi que fui un español del siglo XX o XXI, por favor que no olviden poner al lado ( pero no fue un gilibobo de los que votaba a Pedro o Pablo, ilustres gobernantes, que cerraron la estación de esquí de la región centro).
Nada, nada señores hosteleros de Navacerrada, hoteleros diversos y vendedores y alquiladores de esquís, bastones y botas el negocio se os acabó, así que ya sabéis, que si ponéis de patitas en la calle, con ERTES o más bien ERES definitivos o simplemente despidos, a los trabajadores que ya no trabajarán, no os preocupéis por ellos y sus familias, que seguro que después de cobrar el paro, alguna ONG de la Iglesia, porque de izquierdas va a ser que no, les dará de comer. Otra cosa es que puedan conservar sus alquileres o casas en propiedad, pagar los gastos de luz, agua, gas, o colegios de sus hijos, eso a Pedrito y Pablito, les tiene sin cuidado, que ellos, sus culos, y familias ya los tienen a buen recaudo en las poltronas y con sus millones en bancos y hasta paraísos allende los mares. Esos a los que no tendrán problemas para acceder en algún avión del patrimonio Nacional.
Bien, pues ya lo sabéis señores comerciantes que os ganáis la vida por aquel bonito lugar, ahora vais y los votáis, o mejor “botáis” de los parlamentos… Mandadlos mejor a esparragar a alguna plantación de Navarra, seguro que allí conseguirán algunos “Cojonudos”, de los que degustó su Majestad el Rey que ellos tanto detestan. Ojalá su hijo se los pueda meter a ellos, los espárragos, en algún lugar del Juego de Tronos, que tanto embelesa a Pablo. Será por aspiraciones, ¡que no falten!.
Como no tenemos en España problemas en los que pensar, parió la abuela, con su ya trastornada memoria, para decir bobadas sin fundamento, ese que le gusta tanto a Arguiñano y que en los guisos y platos gastronómicos está bien. Pero los fundamentos en política no son estables nunca y nunca deben serlo, porque como decía Luis Eduardo Aute “el pensamiento es estar siempre de paso”. Hala hijos del rock and roll, que os aproveche, la “jartá” de nieve.