Beatificación y auténtica Memoria Histórica. Por José Crespo

 

Beatificación y auténtica Memoria Histórica
Beatificación y auténtica Memoria Histórica

«Con la beatificación de Olga Pérez-Monteserín, Octavia Iglesias y Pilar Gullón, debemos recordar sin odio pero sin olvidar este dramático episodio de auténtica Memoria Histórica»

No he escuchado en ningún telediario que han sido beatificadas en la Catedral de Astorga, en León, las conocidas como «las mártires de Somiedo», asesinadas brutalmente en Asturias por las hordas comunistas del Frente Popular. Eran tres sencillas pero valientes enfermeras de la Cruz Roja de Astorga que se encontraban prestando sus servicios en el hospital del Puerto de Somiedo, desde el 18 de octubre de 1936.
Ante la presión enemiga no aceptaron ser reemplazadas al cabo de una semana por no separarse de los heridos pensando que sería respetada su misión ajena a cualquier tendencia política.
El 27 de octubre, las milicias del sindicato socialista UGT asaltaron el puesto. El mismo sindicato cuyo líder hace unas semanas rendía culto a la estatua del criminal Largo Caballero cuya única aspiración era convertir España en una república soviética.
Las tres enfermeras tuvieron la oportunidad de huir, junto a una veintena de soldados que evacuaron la posición tras un breve enfrentamiento armado, pero se negaron a abandonar a su suerte a los heridos pues no podían valerse por sí mismo.
De poco sirvió su altruista decisión, porque los 14 heridos fueron directamente asesinados a tiros mientras estaban postrados en sus camas.
Todos los prisioneros hechos ese día, incluidos el médico y el capellán, fueron también asesinados.
El jefe miliciano, Genaro Arias Herrero, las encerró en una vivienda dónde fueron brutalmente torturadas y violadas por su arrojada y patriótica tropa.
En la mañana del día 28 las arrastraron a un prado donde las ataron y amenazaron de muerte si no gritaban «Viva Rusia» tal cual era el deseo de Largo Caballero y de Pasionaria. Las desnudaron y, hacia el mediodía, les arrancaron también la vida tras abusar de ellas.
Se oyó a Pilar Gullón moribunda gritar «¡Viva Dios!» mientras le daban el tiro de gracia.
Fueron fusiladas por unas valientes milicianas, entre las que estaban Felisa Fresnadillo, Josefa Santos, María Sánchez, María Soto y Consuelo Vázquez. Las milicianas ejecutoras de la brutal sentencia popular disparando mortalmente a las enfermeras fueron Evangelina Arienza, Dolores Sierra, y Emilia Gómez.
No contentas con su obra, por la tarde en su éxtasis diabólico de muerte y escarnio, las milicianas vejaron los cadáveres y, llegada la noche, las arrojaron en una fosa común que cavaron dos prisioneros falangistas, asesinados también poco después.
Las Mártires fueron:
Olga Pérez-Monteserín Núñez, de Astorga (23 años).
Octavia Iglesias Blanco, de Astorga (41 años).
Pilar Gullón Iturriaga, de Madrid (25 años).
Creo que es una oportunidad para recordar sin odio pero sin olvidar este dramático episodio de auténtica ‘Memoria Histórica’.
Debemos huir de los relatos de mentiras y medias verdades torcidas… Estas tres enfermeras no eran como aquellas «13 rosas rojas» y asesinas elevadas a los altares del socialcomunismo que actualmente gobierna España.

José Crespo

José Antonio Crespo-Francés. Soldado de Infantería Española, Doctor en Artes y Humanidades. Enamorado de Aranjuez la ciudad donde vivo, Colaborador en radio y publicaciones electrónicas, autor de trabajos históricos dedicados al Servicio Militar y Valores, y a personajes en concreto como Juan de Oñate, Vázquez de Coronado, Blas de Lezo o Pedro Menéndez de Avilés y en general a Españoles Olvidados en Norteamérica y Españoles Olvidados del Pacífico. Rechazo la denominación de experto, prefiero las de "enamorado de" o "apasionado por". Si Vis Pacem Para Bellum

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