De los vagos, el mulo y el futuro. Por Rodolfo Arévalo

De los vagos, el mulo y el futuro

«A mi en concreto siempre me ha gustado trabajar y en mi casa hay carencia de vagos y hacemos la compra en grupo como las hordas prehistóricas»

 
Hoy no me he despertado con muchas ganas de alharacas, la situación tanto de España como del mundo en general no permiten amaneceres, placenteros. Es curioso que muchos compatriotas, si no han despertado para fiestas, si que lo han hecho con al menos las ganas de poder ir a trabajar un día más. Muchos otros no, ni siquiera con perspectiva de poder hacerlo algún día cercano. Tal como va la economía en manos de este ¿presidente? Sánchez, no se debe de esperar un futuro próximo muy halagüeño, más bien uno de pobreza general creciente y de piojos, por falta de dinero para tomar duchas calientes, gracias al gas o la electricidad, con jabón por las mañanas.
 
Solía afeitarme todos los días hace unos años, pero en la actualidad solo lo hago cada dos o tres días, no por falta de recursos, sino por vagancia. No hay peor cosa en la vida que no tener ninguna obligación, que es lo que tenemos los jubilados, vida sin obligaciones laborales. Claro que he visto y veo a muchos padecer en otras épocas de su vida de la misma enfermedad, la vagancia.
 
Debe de ser que hay gente que nace cansada o que tiene un morro que se lo pisa y dice: “Qué trabajen por mi los demás”. Por eso considero que la jubilación no debería ser automática y establecida por la edad, sino más bien optativa. Hay individuos que deberían nacer jubilados, para que no den la “coña” a los demás en los trabajos. A mi en concreto siempre me ha gustado trabajar pero, para más INRI, hoy jubilado vivo en una casa en la que ni siquiera se practica el IBM, o sea el y veme por el pan y veme por la leche, porque hay carencia de vagos y hacemos la compra en grupo cada quince o veinte días.
 
Esto al parecer nos acerca más a la horda, casi familiar, prehistórica de cazadores recolectores. A mi parecer toda esta manera de vivir es lo que está trayendo sobre las personas muchos de los desequilibrios mentales que abundan por el mundo adelante. A veces me he preguntado ¿qué sentido tiene la vida humana? Y nunca he llegado a encontrar una respuesta medianamente buena, porque la obvia, la que me justifica a mi mismo como ser pensante, en principio no tiene ningún valor, sino es en relación con los demás seres humanos. Esos seres humanos que son capaces de torturar y matar a sus propios congéneres, por el mero deseo de aumentar su territorio.
 
Un personaje actual, una abominación humana, como el personaje “el Mulo” en la obra de Isaac Asimov en “Fundación”, ha aparecido, porque la realidad siempre supera la ficción, eso está claro, y anda quitando de en medio personas tan de carne y hueso como el mismo, aunque todo el parecido acabe ahí, dado que este personaje carece de empatía, humildad y piedad con los demás.
 
Nadie sabrá probablemente porque una mente que para otras cosas funciona a las mil maravillas puede tener esas disfunciones peligrosamente agresivas hacia los demás y también probablemente hacia sí mismo. ¿Qué distorsiones psicológicas se dieron en esta abominación humana para que se comporte de la manera en que lo hace? Esta pregunta solo podría responderla un psiquiatra, tras un largo estudio del personaje, y eso tiempo, es lo que no se tiene ante las majaderías de un loco. Y sí, rematadamente loco ha de estar quién sin razón alguna, entra a sangre y fuego contra personas que pueden estar unidas a él histórica y probablemente genéticamente.
 
No sé cual es la razón de porque hay ciertos individuos que aparecen en el mundo cada cierto tiempo que están tan psicológicamente heridos, que solo tienen una válvula de escape que es fastidiar de algún modo a los demás. Esto lleva a pensar en un conflicto social primigenio en el grupo que forma la familia en origen, es un conflicto padres hijo, es la ruptura Edípica del niño o niña contra su padre o madre no superada. Imagino que para el ser que padece de este complejo, debe ser algo terriblemente superior a sus lógicas de adulto y le llevan al desorden mental con el que produce todos los males de manera inconsciente, pero volviéndolos lógicos, a base de razonamientos que no se sostienen de ninguna manera.
 
Es algo parecido al despertar del jubilado, una especie de asunción de la inutilidad y es por esto por lo que hoy no me he despertado con muchas ganas de alharacas, la situación tanto de España como del mundo en general no permiten amaneceres, placenteros. Es curioso que muchos compatriotas, si no han despertado para fiestas, si que lo han hecho con al menos las ganas de poder ir a trabajar un día más. Esto es algo que los muertos, tanto de manera natural, como los muertos en accidentes o guerras no volverán a tener nunca y muchos de ellos solamente llegaron a esto de una manera casual, otros votaron por individuos que nada tienen de cuerdos y si de ególatras y marimandones, por ejemplo los Españoles, es una pena, ojalá la gente decidiera más con la cabeza que con el corazón, otro gallo nos cantaría.
 
 

Rodolfo Arévalo

Nací en Marsella ( Francia ) en 1954. Viví en diversos países debido a los destinos que tuvo mi padre ( diplomático ). Estudié en colegios franceses hasta la edad de 12 años. Estudié bachillerato y COU en el colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid. Estudié música en el Real conservatorio de música de Madrid, formé parte y pertenecí a varios grupos musicales entre ellos “ Los Lobos “. Creé varios grupos musicales de Pop Rock. Toco el bajo y compongo canciones, música y letra. Estudié Fotografía general y publicitaria, diplomatura (dos años) de cinematografía e Imagen y sonido equivalente a Técnico Superior de Imagen y Sonido. Soy socio Numerario de la SGAE desde el 1978. Pertenezco a la Academia de Televisión. Soy un gran lector de libros de ensayo, divulgación y de vez en cuando novela. En el año 1985 Ingresé por concurso oposición a TVE. Fui ayudante de realización y realizador. En el año 2009 me pre jubilaron muy a mi pesar. En la actualidad estudio programas de tratamiento de imagen. He escrito varios guiones de cortometraje y realizado el que se llamó “ Incomunicado “, tengo otros en proyecto. Soy muy crítico conmigo mismo y con lo que me rodea. Soy autor de las novelas “El Bosque de Euxido” y "Esclavo Siglo XXI publicadas en Ediciones Atlantis. También me gusta escribir prosa poética. Me he propuesto seguir escribiendo novela.

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