Rodolfo Arévalo 
«Al parecer está de moda pintarse el chichi o el toto que es como lo definen en el ayuntamiento de Soria en un curso subvencionado»
Al parecer está de moda pintarse el chichi o el toto que es como lo definen en el ayuntamiento de Soria, no sé si con lápiz de labios, que sería lo lógico, o con spray de pintura al agua, yo no recomendaría otra porque al poner el disolvente iba a escocer lo que no se ha escrito nunca, en cambio lavable al agua corriente no causara mucha pena o dolor. Esto tiene cierta gracia y me recuerda a la película Sexo en Nueva York en la que una de las amigas, la más propensa a la juerga con los hombres y la más erótica, le prepara bocaditos de “sushi” al vecino, al que ha visto ducharse desnudo y más tarde trajinarse a dos amigas, para que se los vaya comiendo sobre su cuerpo. En el interín le cae un poco de Wasabi en una parte del cuerpo en la que ella dice “nadie debería tener Wasabi”, lo que por supuesto causa hilaridad entre los espectadores.
Ese lugar es aquel en el que de pequeñas reciben las mujeres instrucciones específicas de sus madres sobre que ¡no se toca! Esto nunca lo he llegado yo a entender muy bien, ellas lo hacen también, por qué fastidiar a las niñas sin que puedan tocárselo, si es algo placentero y en la actualidad no hay casi nada placentero como no sea pegarle un tiro de M al gran Yoyó, carece de sentido. Sí, hay que decir, que es una cosa a hacer en la intimidad porque no resulta elegante y debe pertenecer a la privacidad. He visto que la gente al hablar del sexo femenino habla de “vagina” y no de vulva, que sería lo lógico, puesto que esta es la puerta primera de la vagina. También debería considerarse llamarlo Monte de Venus, que algunas mujeres podan de maneras elegantes y a la vez estéticas. Vaya trabajo para el poco tiempo que lo verán los amantes. Por otra parte el envoltorio llamado braga, en cuanto se aleja de la típica, blanca de algodón de uso de andar por casa, se encarecen que más que coberturas parecen oro vivo de veinticuatro quilates.
Lo que sí he visto hace unos días es que las feministas radicales comunistas dan charlas multitudinarias a otras mujeres, que deben considerar bobas, porque si no no se explica, sobre como orinar hacia abajo, con una técnica que consiste en tirar hacia arriba del clítoris. Que digo yo que, tras este desahogo urinario, más de una continuará con un desahogo de otro tipo, más de jadeos a solas. Todo esto que mueve a la risa es el nivel que detentan los cerebros dirigentes de esas agrupaciones y “colectivos” “víste” de las poco informadas mujeres de izquierda.
Lo malo de esto es que algunas de estas mujeres detentan puestos de responsabilidad de gobierno. Y es que me vengo percatando de que la mayoría de los comunistas que imparten esta religión laica proceden de Argentina o tienen algún lazo con ese país. Esta tierra fue colonizada hace quinientos años por los tatatatarabuelos de los actuales Gallegos. Pero eso es otra historia, porque también en Argentina el pueblo se fue mezclando con Italianos, Nativos, Españoles y todo tipo de etnias y culturas. Los Europeos no sectarios ni racistas somos así y no como pretenden algunos rabiosos perros de presa contra el indefenso indígena.
Desde luego el Español no puede ser tildado de racista, puesto que se ha mezclado hasta la saciedad con otras etnias. Pero volviendo al tema del chichi, el primero que cita cómo una mujer se masturba mientras ve, por una ventana, cómo se aleja de un castillo, montando un caballo, el caballero que ama, es Nicolás Edme Restif de la Bretonne. En una de sus narraciones. No sé porqué este tema se ha llevado posteriormente tan en secreto, que parece un tema del FBI o del KGB o cualquier otra agencia ultra secreta, no creo que a nadie se le caigan los anillos a estas alturas del siglo XXI por comprobar que estas cosas pasan y bastante más frecuentemente de lo que parece. Claro que luego, cuando estas mujeres deshinibidas “mentan” la “bicha” en casa de la izquierda, imagino que muchas, muchos y muches, por ser políticamente correctos, se llevan las manos a la cabeza.
Estas cosas son las que hacen que algunos individuos, digamos raros, puedan desacreditar las formas o posturas sociales y religiosas de una parte de la sociedad, que ellos consideran mojigata y que no suelen respetar, porque llevar los tabús a los extremos, lejos de ser bueno agranda los problemas. No debe de haber ningún tema tabú, no para hablar en reuniones sociales, porque pueden no ser temas para ello, pero no deben de ser postergados al absoluto secretismo, porque todo el mundo lo conoce e incluso se utiliza como tema de chistes diversos, con gran resultado entre el público. No sé si será por esto por lo que está de moda pintarse el chichi, no sé si con lápiz de labios, que sería lo lógico, o con spray de pintura al agua, yo no recomendaría otro porque al poner el disolvente iba a escocer lo que no se ha escrito nunca, en cambio lavable al agua corriente no causara mucha pena o dolor.
