
«La Comisión Europea ha registrado una iniciativa denominada, Acabar con la Era del Sacrificio, que pide la exclusión de la ganadería de las subvenciones»
Cada vez que el ilustre ministro de Consumo ha abierto la boca para soltar alguna perla sobre lo malos que son los ganaderos y la ganadería española para el medio ambiente, o la carne para la salud de los españoles, y ha propugnado la reducción del consumo de carnes y elaborados cárnicos, muchos han considerado que se trataba de simples llamadas de atención hacia su persona, de simples justificaciones de la utilidad de su nula actividad ministerial, de salidas de pata de banco.
Sin embargo, algunos opinamos que siempre, en cada una de sus opiniones, ha manifestado la intencionalidad del gobierno de España con respecto a los sectores ganadero y cárnico tras haber criminalizado al de la producción de azúcar. A los que ahora sumarán el de la producción de vinos y cervezas.
El sector pesquero también está sufriendo recortes en sus cuotas.
Todo obedece a un plan impuesto por instancias superiores y que no nos afecta sólo a los productores españoles.
En Holanda se han propuesto comprar y sacrificar el treinta por ciento de la cabaña ganadera, principalmente vacuno y porcino, y han cifrado el costo de la operación en diecisiete mil millones de euros. En Irlanda empiezan a plantearse la reducción.La Comisión Europea ha registrado esta semana, una iniciativa ciudadana denominada End The Slaughter Age, Acabar con la Era del Sacrificio, que pide la exclusión de la ganadería de las subvenciones y ayudas agrícolas, y que a su vez permita e incentive alternativas éticas y ecológicas tales como agricultura celular y proteínas vegetales.
La Iniciativa Ciudadana Europea es un mecanismo de participación ciudadana en la política europea, puesto en marcha el uno de abril del año 2012 como consecuencia de los acuerdos del Tratado de Lisboa, que permite proponer nuevos actos legislativos o la modificación de la legislación existente.
Este tipo de iniciativas tiene que cumplir varios requisitos:
– La propuesta no debe estar fuera del ámbito competencial de la Comisión.
– La propuesta no debe ser abusiva, frívola o temeraria. – La propuesta no puede ir en contra de los valores de la Unión Europea.El movimiento End the Slaugther Age cimenta la necesidad de sus propuestas en los informes realizados por el IPCC, Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, que evalúa los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta.
A la mayoría, esto del IPCC no les sonará de nada, pero si les digo que Al Gore fue vicepresidente de este grupo, tal vez puedan situarlo en el panorama de la hecatombe climática.
El ESA, el movimiento al que me estoy refiriendo, considera que entre el quince y el cincuenta por ciento de las emisiones de efecto invernadero están relacionados con el consumo y la producción de «carne tradicional«,y consideran a la carne como elemento propiciatorio de pandemias, destrucción de ecosistemas, deforestación, contaminación global, calentamiento global, el hambre y la extinción de las especies.

Como solución a todos estos problemas, proponen la supresión de la ganadería a nivel mundial en un plazo máximo de diez años, que es el periodo señalado por el IPCC para el punto de no retorno, y su sustitución por dos alternativas ecológicas y éticas englobadas en lo que denominan Agricultura Celular:
– Carne cultivada, lo que se conoce como carne de laboratorio.
– Carne vegetal.Afirman que estos tipos de «carne» emiten un noventa y nueve por ciento menos de emisiones de efecto invernadero y precisan de un noventa y nueve por ciento menos de recursos que la carne tradicional.
Diversos estudios científicos contradicen la eficiencia y la reducción de emisiones de la carne de laboratorio, a la vez que demuestran la necesidad de sacrificio de animales para la obtención de células musculares y de suero para la alimentación de las mismas. El suero se obtiene de fetos sacrificados al llegar al término de la preñez. Además, las células respiran, se alimentan y excretan residuos. Pura biología.
Tampoco tienen en cuenta el impacto socioeconómico de sus medidas ni el ecológico sobre las zonas de dehesa y pastizales, como si históricamente no se hubiera demostrado que cada vez que el hombre modifica o altera la naturaleza, las consecuencias nos son desastrosas.
Curiosamente estas propuestas no suelen ser escuchadas por los gobiernos de los países más contaminantes, suelen serlo por quienes menos contaminan, que suelen ser, a su vez, los más ricos y con población más ociosa y más acomodada.
Es gracioso que consideren a la industria, la minería, el transporte y la tecnología como causantes de un porcentaje de emisiones igual o inferior al de la ganadería.
Hoy por hoy, en un mundo completamente globalizado, la ganadería europea, sin las ayudas de la PAC, no tiene posibilidad de supervivencia.
Conseguirán el millón de firmas fácilmente, disponen de financiación y de un buen aparato propagandístico.
¿Qué hará la Comisión teniendo en cuenta que sus miembros consideran que el 70% de las emisiones proceden de la ganadería (metano y ácido nitroso) y que el 68% de las tierras agrícolas europeas están destinadas a la producción animal, treinta nueve millones de hectáreas de cereales y oleaginosas y setenta y un millones de hectáreas de pastizales de un total de ciento sesenta millones de hectáreas?
En todas las crisis se necesitan chivos expiatorios. En todas las crisis muchos se arruinan y unos pocos se hacen ricos o mucho más ricos de lo que ya eran.