
“Moraleja de los cuentos verosímiles: Nunca des tu confianza a aquellas personas que, al poco tiempo, sacan su lado diabólico y engañan compulsivamente”
Érase una vez un pueblo valiente y sabio, pero con la moral muy deteriorada y, por tanto, algo proclive a perder el sentido de la responsabilidad. Una sociedad tendente a dejarse dominar por sus verdaderos enemigos. Una sociedad muy dada a confiar y a creer falsas historias y desvaríos.
Recluido en sus casas, el pueblo vivía alejado de los asuntos verdaderamente importantes. Un pueblo dominado por un grupo de fanáticos comandados por un enviado del demonio. Un enemigo de la sociedad libre, rodeado de un numero indeterminado de aduladores que, a cambio, recibían toda suerte de prebendas. Un grupo cada vez mas numeroso hasta convertirse en un clan poderoso y cruel.
El jefe del clan, temeroso de perder algún día el poder, se dedicó a encerrar al resto de ciudadanos contrarios a sus ideas y recelosos de sus autoridad. Cada día eran mas los encarcelados, que viendo lo precario de su situación, decidieron rebelarse. Por fin habían decidido unirse en una misma causa. Asaltaron la prisión donde ya se hallaban muchos inocentes, algunos carceleros se unieron a la revuelta. Buscaban con denuedo recobrar la libertad perdida.
Trabajaron sin descanso hasta conseguir que el falso líder perdiese el poder que se había otorgado el mismo. Ese falso demócrata, huyó con parte de sus huestes a lejanas tierras. La paz y la prosperidad volvió a aquellas nobles tierras y jamás permitieron que otro diablo les engañara.
Ese grupo de falsarios huyeron a otras tierras y no se se recuerda que volvieran.
Moraleja : Nunca des tu confianza a aquellas personas que, al poco tiempo, sacan su lado diabólico y engañan compulsivamente.